Consejos para iniciarse en el ciclismo de carretera

Consejos para iniciarse en el ciclismo de carretera

Tres ciclistas en la carretera

¿Cómo empezar a salir en bici de carretera? ¿Cuántos kilómetros recorrer en tus primeras rutas? ¿Cuál es la mejor bicicleta para iniciarse en esta modalidad ciclista?

Iniciarse en el ciclismo de carretera, tanto si eres nuevo como si procedes de otra modalidad ciclista, puede resultar intimidante. Muchas imágenes lo asocian con la velocidad, el alto rendimiento o la tecnología. Con demasiada frecuencia, se presenta como una categoría 100% competitiva, en lugar de transmitir lo que realmente es: una forma de andar en bicicleta muy divertida.

Aquí tienes algunos consejos o recomendaciones para disfrutarla desde el primer momento.

Elige la bicicleta adecuada

La elección de una bicicleta de carretera no es una asunto trivial. Dependerá de tu presupuesto y de tu forma de entender el ciclismo.

En el mercado existen modelos enfocados a cubrir distintas necesidades, que cuentan con capacidades y geometrías diversas. Algunas están más enfocadas al rendimiento y la velocidad, otras son más escaladoras y ligeras; las hay más cómodas y aptas para rutas largas. Quizás sean estas últimas, las llamadas bicis endurance, las adecuadas para un ciclista de carretera primerizo. En especial, por su geometría equilibrada, a la que cualquier personas puede adaptarse con facilidad.

Es cierto que la posición en una bicicleta de carreras es, de por sí, más incómoda que la de una bici urbana o de MTB. Por eso mismo hay que prestar mucha atención a la talla del cuadro. Equivocarse aquí puede tener consecuencias nefastas.

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En cualquier caso, es buena idea acudir a una tienda de bicis con experiencia, donde te darán consejo en función de tus necesidades, te ayudarán a elegir la talla correcta, el desarrollo adecuado, etc… En definitiva, es un buen punto de encuentro y asesoramiento para tu nueva etapa como ciclista de carretera.


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bicicletas de carretera para no iniciados
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No dejes nada al azar

Actúa con previsión y no dejes nada al azar. Antes de salir con tu flamante bici de carretera, asegúrate de que la transmisión luce como nueva. Un mínimo mantenimiento debería incluir una limpieza y lubricación de la cadena regularmente. Siempre en este orden, ya que las partículas adheridas podrían dañar los engranajes. Evitarás los malditos crujidos y prolongarás la vida de la transmisión

Ni se te ocurra echar grasa nueva sobre grasa vieja por culpa de las prisas. Sólo conseguirás llenar la cadena de una pasta mugrienta.

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Chequea la presión de tus neumáticos. Es lo único que te mantiene en contacto con la carretera. Y con eso, pocas bromas. Todas las cubiertas muestran en el lateral las presiones máxima y mínima recomendadas. Pero no apures demasiado. La teoría dice que la presión ideal medida en bares debería ser el 10% del peso del conjunto ciclista-bicicleta.

La compra de una bomba de pie con medidor de presión es, por tanto, algo imprescindible. En cualquier caso, el inflado de nuestros neumáticos dependerá también de factores externos, como puede ser el estado de la carretera.

Si hablamos de ruedas, no es necesario que te gastes un dineral, pero sí que inviertas un poco en los zapatos de ti bicicleta. Compra los mejores neumáticos que puedas permitirte.

Busca una grupeta

Ciclistas saludándose
Imagen: Pexels.

En algunas ocasiones, rodar en solitario resulta una experiencia muy grata. El problema es cuando no contamos con otra alternativa. Lo ideal es unirte a un club ciclista y tener la opción de compartir ruta con personas afines. No en vano, el ciclismo es una actividad con un fuerte componente social. No se trata, únicamente, de dar pedales, sino también de cambiar de ambiente, de bromear con la grupeta, etc…

Si te comprometes con un grupo, salir a pedalear te costará menos cuando las condiciones no sean óptimas, o cuando toque madrugar más de la cuenta. Aprenderás de tus compañeros a rodar en pelotón, lo cual es imprescindible. Máxime, si aspiras a ir progresando y a participar en algún evento junto a otros ciclistas.

Inevitablemente, salir en grupo te facilitará afinar tu preparación porque habrá momentos en los que tengas que apretar para no quedarte atrás. Gracias a la experiencia de tus compañeros de grupeta, podrás conocer cuestiones de mecánica y mantenimiento… En definitiva, progresarás más y más rápido. Eso sí: al integrarte en un club, observa y no realices exhibiciones antes de la cuenta, por muy fuerte que te sientas. Sé prudente.

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Mantén la calma sobre la bicicleta

Pedalea sin miedo. Quizás conozcas a ciclistas que sienten pavor a la hora de enfrentarse a la carretera y al tráfico motorizado. Es algo bastante frecuente, por ejemplo, en riders que provienen del MTB. Es cierto que el ciclismo en ruta conlleva un riesgo. Pero no dejes que el miedo te atenace y te impida disfrutar de tu pasión por la bicicleta.

Aplica el sentido común. Es importante dejarse ver, conocer la normativa y anticiparse a los peligros. En carretera, circula lo más cerca posible del arcén. Mantén siempre una trayectoria recta y previsible (especialmente, si ruedas en grupo), y mira siempre hacia atrás si vas a realizar una maniobra de adelantamiento o cambio de trayectoria.

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En ciudad, compórtate como cualquier otro vehículo, ya que la normativa te ampara. Ocupa tu carril y no circules junto al bordillo de la acera, ya que es más peligroso. Ante todo, hazte ver y respeta todas las señales de tráfico. Es posible que algún conductor no lo comprenda, pero llegarás a casa sano y salvo. Anticípate y mira a los ojos de los conductores para prever sus reacciones al volante.

Déjate ver

Una luz trasera es un elemento del que no deberías prescindir. Circula siempre con la luz trasera encendida; si es posible, en modo intermitente. Pero no te conformes con cualquier modelo o por el más barato, ya que tu seguridad está en juego. Es importante que tenga un ángulo de apertura de 180 grados. De este modo, serás visible no sólo desde atrás sino también lateralmente; te dará un plus de seguridad al circular por ciudad o en zonas sembradas de intersecciones y cruces. Una recomendación: cuando llegues a casa de tu ruta en bici, adopta como rutina la recarga inmediata de tus luces. De este modo, las tendrás listas para tu siguiente salida.

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Aunque menos que unas buenas luces, el color de tu ropa también cuenta, por supuesto. Especialmente, cuando sales sin iluminación. Por tanto, guarda un equilibrio entre moda y seguridad. Y si tienes que elegir, opta por la segunda. Hoy en día, muchas equipaciones ciclistas vienen en colores planos y poco contrastados, lo que no favorece a la seguridad. En condiciones de poca luz, huye de los colores apagados, de los grises, del negro… Diversos estudios aseguran que los colores más visibles desde larga distancia son, por este orden: el verde (muy por encima del resto), el blanco y el amarillo.

Afina tu técnica de pedaleo

zapatillas ciclismo

Si están empezando en el ciclismo de carretera, es el momento perfecto para no adquirir vicios. Con el paso del tiempo, desaprender y mejorar resulta más complicado, aunque no es imposible. No te tomes la expresión a golpe de pedal al pie de la letra. Piensa en las bielas del plato de una bicicleta como si fueran las manecillas de un reloj.

En lugar de rodar dando patadas entre las 2 y las 6, concéntrate en rodar con suavidad. Distribuye el esfuerzo entre las 12 y las 8 con un pedaleo más redondo.  Trabajarás más músculos y notarás mejoría a medio plazo. Intenta mantener una cadencia de pedaleo alta y regular, de 70 a 90 pedaladas por minuto.

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Si no tienes costumbre, los pedales automáticos pueden darte cierto respeto. Pero no te preocupes, ya que te acostumbrarás bastante rápido. Los pedales de plataforma (planos) son, por supuesto, una opción, pero con los automáticos irás mucho más rápido y con máxima seguridad.

Comienza poco a poco

Haz las primeras salidas tú solo, sin presión, y con el objetivo de ganar confianza. De esta manera, encontrarás tu propio ritmo, cambiar de marchas cuando sea necesario o controlar el kilometraje. Puedes comenzar con 20-30 km dos o tres veces por semana. Para quien está acostumbrado a pedalear, puede parecer insignificante, pero no está nada mal para empezar.

La regla fundamental es empezar progresivamene. A lo largo de los años, todos hemos visto a muchas personas darse por vencidas después de un par de salidas por exigir demasiado a su cuerpo y desenamorarse de la bicicleta.

Consulta la previsión del tiempo

Planifica tus salidas teniendo en cuenta el pronóstico meteorológico. El frío no es una excusa; pero si llueve, lo mejor es que te quedes en casa. Consulta especialmente la previsión del viento. Lo ideal es regresar a casa con aire a favor. Si quieres tenerlo todo bajo control, dispones de múltiples aplicaciones, como Accuweather, Windfinder y muchas otras.

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Entrena con cabeza y ponte objetivos

Evita salir a lo loco. Hay quien hace auténticos juegos malabares para lograr una mínima rutina de entrenamiento: estudios, familia, trabajo… Lo que ocurre es que tendemos a compensar la falta de kilómetros con salidas excesivamente exigentes, que desestabilizan nuestro organismo y que van en contra de una adecuada preparación.

Evita también esta absurda regla de tres: cuantas más horas pedaleando, mayor progreso. Error. Aplica mejor la regla del menos es más y respeta los descansos. Entrena con calidad. Diseña recorridos que te obliguen a cambios de ritmo y mejorarás con rapidez, aunque no hagas muchísimos kilómetros. Tampoco te olvides de realizar salidas largas periódicamente para acostumbrar al cuerpo, pero no te obsesiones.

Mujer ciclista con maillot de manga larga
(Imagen: Coen Van De Broek – Unsplash)

Tienes muchas opciones. Una salida larga de unas 4 horas el fin de semana, más dos salidas de un par de horas entre semana puede ser una fórmula adecuada para alcanzar una buena forma y plantearte algún que otro reto deportivo, como la participación en pruebas ciclodeportivas.

Recuerda que plantearte objetivos te ayudará a poner más empeño en tus salidas en bici de carretera.  No centres tu preparación ni en la velocidad ni en el número de kilómetros. Céntrate en el tiempo de pedaleo, en la cadencia y en las pulsaciones. Un ciclocomputador será siempre un buen aliado. Y si cuentas con un medidor de potencia, mucho mejor, aunque no es lo habitual en el caso de ciclistas principiantes.

Equípate a conciencia

Cuida tu equipación, empezando por el casco y unas buenas gafas, y siguiendo por la ropa. Especialmente, en invierno. Un error típico es abrigarse más de la cuenta. Cuando hace frío y sales por la puerta, debes sentir el calor justo. Ni más, ni menos. Al estar parado, deberías tener la ligera necesidad de pedalear para entrar un poco más en calor.  Si te abrigas de más, sudarás en exceso al primer repecho, te sentirás incómodo y tu rendimiento se resentirá.

Por debajo de los 10-11 grados, te recomendamos adoptar el método de las tres capas: una camiseta térmica pegada al cuerpo, un maillot largo encima y una chaqueta de invierno. De este modo, podrás ajustar tu ropa de abrigo con prendas de más o menos grosor, en función de la temperatura.

Gorro de ciclismo para invierno

 

Una de las mejores inversiones que puedes realizar para empezar en ciclismo de carretera es un buen culotte con tirantes. Sin duda, una opción más adecuada que uno con ajuste o goma en la cintura (aunque menos es nada). Un culotte con tirantes garantiza un buen ajustes y una ausencia de costuras, lo que evita roces e irritaciones innecesarias. Sobra decir que esta prenda ha de emplearse sin ropa interior, ya que está expresamente diseñada para ello. Y si quieres evitar irritaciones a toda costa en tus zonas más delicadas, puedes emplear crema específica para untar en la badana del culotte.

Resuelta la cuestión de la ropa, debes equiparte con algunas herramientas básicas. Al menos, con aquellas que te permitan reparar un pinchazo en ruta. Todo lo que necesitas para empezar es una cámara de aire de repuesto del tamaño adecuado, un par de desmontadores y una pequeña bomba. Tampoco estaría de más portar una multiherramienta básica para pequeños ajustes, como la altura del sillín.

No juegues con la comida

Cuida tu alimentación, antes durante y después de tus rutas. Deberías descartar algunos tópicos: ponerte hasta arriba para desayunar, atiborrarte a pasta o arroz la noche antes de una ruta.

Por supuesto, tus depósitos deben estar llenos antes de salir, pero meterle al cuerpo más energía de la que puede gestionar puede ser contraproducente. En lugar de eso, sigue una pauta diaria de alimentación saludable y no olvides alimentarte durante la ruta.

¿Qué ocurre cuando forzamos nuestro organismo más allá de nuestros límites? Pues que llegan las pájaras o desfallecimiento, los calambres, etc. Se trata de males provocados por falta de entrenamiento o por una carencia de alimentación o hidratación. En cuanto a la primera, no hay más solución que entrenar más. En cuanto a la ingesta durante tus salidas en bici, no hay medidas exactas, pero sí una ley de oro: bebe antes de tener sed y come antes de sentir hambre.

Ciclista bebiendo agua

Para esfuerzos que no pasan de 60 minutos, con un bidón de agua tendrías suficiente. Si tu ruta ronda las tres horas, deberías ingerir carbohidratos. A partir de ahí, habría que incluir también proteínas. Eso sí, limita las grasas, ya que dificultan la digestión. Al llegar a casa, tampoco te excedas. De hecho, tras un esfuerzo exigente, es posible que ni siquiera tengas apetito hasta pasadas una horas.

Conclusión

Tal como lo entendemos, el ciclismo de carretera va más de disfrute que de sufrimiento. Al principio, no te preocupes demasiado por superar tus límites, por competir o por actualizar tu bicicleta con la última tecnología disponible. Cuando estás empezando, lo mejor es limitar tu equipo a lo esencial, sin escatimar en seguridad. A partir de ahí podrás ir creciendo.

Entrena regularmente para aumentar tu resistencia y fíjate pequeños objetivos alcanzables a corto plazo. De este modo, verás pronto los resultados y crecerá tu motivación. Es preferible ir de rutas más cortas a más largas poco a poco que tener que reducir la intensidad porque hemos rebasado nuestros límites.

Sin duda, tus primeras salidas serán las más difíciles físicamente. Sin embargo, descubrirás lo rápido que tu organismo es capaz de adaptarse a los esfuerzos. Ahora te queda pedalear por las carreteras y divertirte.

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