‘Tuvalumers’ compartiendo pasión por el ciclismo

‘Tuvalumers’ compartiendo pasión por el ciclismo

Dos ciclistas con barro

«El ciclismo cambió mi estilo de vida ❤️». ¿Te suena familiar este comentario de ismaap_fly? ¿Y cómo te suena este de geovanny.m?: «Lo mejor de una ruta, los amigos con los que la compartes». ¿O acaso te identificas más con la sentencia de Evionekenobi?: “Entrenamos duro para comernos de post-entreno un buen cachopo, paella o cocido madrileño”.

En fin. La comunidad ciclista no deja de sorprendernos. No dejáis de sorprendernos, mejor dicho. Y nos encanta.

Hace unos días os proponíamos un juego en nuestras redes sociales. Os animábamos a compartir experiencias ciclistas que os hubieran marcado de alguna manera. Vivencias, sentimientos, sensaciones… Todo con la pretensión de desatar la pasión por el ciclismo, en cualquiera de sus expresiones.

Pues bien. Las contribuciones han sido tan interesantes que nos hemos dicho: ¿Por qué no compartir unas cuantas en un artículo?

Pues dicho y hecho. A continuación, testimonios de locos y locas del ciclismo, todas ellas recogidas en nuestra cuenta en Instagram.

Pasión por las marchas ciclistas

Está claro que las marchas y eventos ciclistas dejan huella. Desafíos deportivos con un punto de épica para quienes no somos profesionales de la bicicleta.

Como patri_monty, que recuerda la prueba de MTB Los 10.000 del Soplao de 2019, “lloviendo desde principio de carrera a 3 grados, por la llamada bajada de Luis el Gafas parecía Humor Amarillo: barro hasta las cejas. Subiendo Las Cocinas, un infierno, pero deseando subir para entrar en calor, y en el avituallamiento no sabía si estaba comiendo sándwich de Nocilla o de barro, pero finished. Recuerdos para contar a mis nietos». 😂😂😂

Marcha_de_la_Coliflor

Como todo en esta vida, la participación en marchas también tiene su primera vez. Y no siempre resulta 100% satisfactoria. Así lo confirma josemiguelmoyacamara: “Recuerdo la primera marcha de BTT en la que participé en Biar (Alicante): poco antes de llegar me dieron calambres en las dos piernas. Me tuve que esperar 20 minutos a que se pasasen para acabar”.

Ciclistas más experimentados tampoco se libran. Así, titron84 se acuerda de su participación en la Madrid-Segovia MTB 2022.

“Vimos pinchazos y caídas; mi compi y yo nos íbamos salvando. Pero a 5 km de Segovia, en un tramo sin dificultad aparente, la rueda delantera de mi compi se quedó clavada en la arena suelta y salió por los aires. No le pasó nada, un susto… Pero al final nos tocó”.

Miserias al margen, los eventos tienen un algo que engancha. Lo confirma el testimonio de nachobiker66, que nos habla de “esa sensación, después de una marcha cicloturista muy dura, de querer quemar la bicicleta, pero no haber pasado media hora y decidir entrenar más para hacerlo mejor el año siguiente 😂😂😂😂”.

¿Te suena esa sensación? A nosotros, también.

Pasión por el cicloturismo

Más allá de las marchas ciclistas organizadas, la comunidad ciclista transmite también pasión por el cicloturismo. Esa forma de emprender aventuras en bicicleta por libre.

En este contexto, danodino1976 nos habla de aquella jornada en la que subió hasta el Parque Nacional del Teide. “Lo hice -recuerda- con quince años, iba de sobrado y ahí descubrí el significado de la palabra pájara; menos mal que unos extranjeros que estaban de vacaciones nos llevaron de vuelta, porque no sé como habría llegado”.

Y de las Islas Canarias, al norte de la Península. Allí tuvo que darlo todo ralodo22 la primera vez que subió hasta Lagos de Covadonga. “Nunca creí que sería capaz de subir esas ramponas de La Huesera que tantas veces había visto subir por la TV a mis ídolos. Una experiencia que me puso la piel de gallina. Bueno, y las patas también”. 😂

Los pelos como escarpias debió de sentir también m_g_s_88 en su escapada por las carreteras del Tour de Francia.

“Pues parecerá una tontería (o una flipada 😅) -asegura- pero me acuerdo mucho de ir a ver el Tour, subir los puertos por donde luego pasan los ciclistas y que los espectadores que están también esperando te animen como si fueras parte del pelotón». 🙌😍

Ciclistas de carretera con chubasquero
Imagen: Pavel Danilyuk / Pexels

A veces, el cicloturismo tiene otro tipo de, digamos, interpretaciones. Mitoskatua69 recuerda el suceso acontecido en la etapa del Tour a la que acudió con unos amigos. Ocurrió en el Lac de Payolle, en Pirineos. Ojo al dato.

“El dia previo -recuerda- hicimos una salida y nos lo pasamos bien: una ducha, unas cervezas, y alguna más… No había mucho ambiente, así que decidimos hacer un calvo cuando pasara un coche. El primero fue un Renault Clio. Lo hicimos… y paró. Nos dijimos: ¡Qué bueno que alguien se anima a la fiesta! Pero salieron 4 gendarmes del coche y se nos bajó todo. Solo entendimos le pantaloné, así que nos lo pusimos y vuelta a la tienda». 🏕

Pasión por el Tour y las grandes vueltas

Hablando del Tour, las grandes vueltas ocupan también su lugar en el corazón de nuestros aficionados y aficionadas al ciclismo. Puro combustible para encender la llama de la pasión ciclista.

A ralodo2017, por ejemplo, no se le va de la cabeza aquel loco final del Tour 1989.

“Fue todo un shock -recuerda- cuando Lemond ganó el Tour a Fignon el último día en el mismo París por unos pocos segundos en la CRI. Francia enmudeció. Si no recuerdo mal, fue cuando Lemond sacó primera vez los acoples de triatlón para las cronos. Es historia del ciclismo y se me quedó grabado”.

Nuestros ciclistas comparten recuerdos de todo tipo: buenos, y no tan buenos. Como en el caso de tomasibapi. “Del Tour -dice- tengo recuerdos buenos y malos, viendo el final de las etapas (parte buena ), pero quitando tiempo de la siesta (parte mala )”. ¡Ay, esas sobremesas con siesta del Tour de Francia…!

En cualquier caso, los buenos momentos son los que imperan. Algunos son, incluso, irrepetibles. Como el vivido por anestesiologiademere en 1991.

Todavía lo recuerda con claridad: “Fue el año de mi primer Interrail y el primer Tour de Indurain… Celebrándolo en la embajada española en París con una bandera española enorme hecha con la tela que compramos en unos almacenes, cosida a mano… ¡¡¡Qué tiempos!!!”.

Miguel Induráin
Imagen: Eric Houdas, licencia Creative Commons.

Nawerdj también se acuerda del campeón navarro, cómo no. “Los cinco Tours de Indurain me enamoraron de este deporte”, subraya.

Los viejos tiempos pueden dejar un recuerdo imborrable. ¿Igual que los nuevos? Puede ser. De hecho, joaquin.verdejo se acordará siempre de una de las grandes etapas del Tour 2022. “La etapa del Granon de este año -comenta- va a ser un recuerdo difícil de olvidar. Lo malo es que vamos a poner el listón muy alto ☝.”

Y para el recuerdo también algunos gestos ciclistas muy particulares, como el que comparte road_toleon de manera simpática: “El mejor recuerdo fue en aquella Vuelta a España en la que Mario Cipollini se bajó de la bici por que tenía una cita con una de las chicas de podio; es un auténtico ídolo», bromea.

Pasión ciclista y recuerdos entrañables

Más allá de la competición, aficionados y aficionadas comparten recuerdos más que entrañables, ligados con las vivencias más íntimas: la niñez, la familia, la nostalgia…

Fanivillasante nos habla de cuando era niña, de aquella vez que se enamoró de la bicicleta de un escaparate.

“Mis padres hicieron algún que otro sacrificio para comprármela -rememora-, pero nunca se arrepintieron. Iba en ella a toooodas partes. Esa sensación de libertad que te da la bici no se olvida y yo todavía la tengo hoy al salir”.

Por su parte, a pep_serra_planell le encanta recordar las vivencias con su hijo sobre la bicicleta. En especial, cuando recorrieron juntos el Valle de Aosta.

Caballito en bicicleta

Los recuerdos familiares han marcado también la pasión por el ciclismo de gonzi.jorge. “Mis padres nos enseñaron a mi hermano y a mí a montar en bicicleta sin ruedines en verano dentro del camping al que seguimos yendo actualmente. Mi hermano aprendió un día y yo me piqué con él y aprendí un rato después. Al final, yo soy el que sigue montando en bicicleta”.

Un sentir parecido al de magdalenasolanaperez, que se remonta también a sus orígenes. “Recuerdo mis primeros paseos en bicicleta con ruedines por el pueblo. La cuesta más ligera me hacía sentir que estaba subiendo un puerto de categoría especial”.

También sergi_boada_ se recrea en un regreso al pasado de casi cuatro décadas: la época en la que comenzó su historia de amor por la bicicleta. “Fue viendo fotos de mi abuelo corriendo codo con codo con Miquel Poblet, y mas adelante con el gran Bahamontes. Ahí me entró el veneno del ciclismo y ya han pasado mas de 35 años. Gràcies avi!!”.

De su abuela se acuerda también jacsevilla00. Y de forma emotiva. “Recuerdo aquellas tardes de verano de los 90 con mi abuela pegado al televisor viendo el Tour y los míticos duelos entre Indurain y Pantani. A mi abuela no le gustaba, pero se sentaba a mi lado daba sus cabezadas y yo la sentía muy cerca; ya no está, pero los recuerdos perdurarán para siempre.”

Recuerdos de miseria ciclista

La felicidad en bicicleta se disfruta con más intensidad cuando se han vivido momentos de miseria. A veces, los recuerdos ciclistas que perduran no son los más gozosos. Al menos, a priori.

A anestesiologiademere la memoria le traslada a 2019, cuando todo pareció irse al traste. “Mi recuerdo -comenta- es carecer de recuerdos tras una caída en BTT en la que me fracturé una vértebra cervical, una torácica, costillas, omoplatos… Un poco de todo, como en botica”.

Sin llegar a ese extremo, daniyes24team nos habla de aquella salida en bici 🚴🏾 sin herramientas. “Fue pinchar y hacerme 10 km hasta casa encima de la bici y pensar: no vuelvo a salir sin herramientas. ¿Y sabéis que? 😂 Pues que en la siguiente salida volví a salir sin herramientas 😂”.

Ciclista descansando
Imagen: Munbaik – Unsplash

Otro clásico de las salidas ciclistas fallidas son los encuentros con perros con malas pulgas. Así lo vivió ohcanzepol, implicado en más de una aventura de este tipo. Aquí nos cuenta la peor de las vividas. No te la pierdas porque no tiene desperdicio.

“Volvía a casa después de unos 90 km. Agosto, mucho calor, mediodía, Torrevieja… De repente sale un perro ladrando de una finca. El perro era muy grande, se me tira encima y me tira. Yo caigo rodando y me quemo con el asfalto. El perrito, no contento con haberme tirado, me sigue ladrando y tratando de morder. Le tiro el bote de bebida y el portaherramientas, y el muy… coge el portaherramientas y ¡se lo lleva! Bueno, al menos me deja en paz. Me levanto dolorido.  La bicicleta, y las ruedas están… ¡pinchadas! En fin, no puedo arreglar los pinchazos. Voy a llamar a casa para que vengan a recogerme y el móvil, de la caída, destrozado. Terror. Así que vuelvo a casa, en calcetines para no cargarme las calas, unos 10 kilómetros andando, con la bici al lado. ¿He dicho que hacía calor? No sé si hay algo más terrorífico…😂😂😂 Y a pesar de ello, ¡sigo montando en bici!».

Impresionante.

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