El sillín de la bicicleta es un componente que ha experimentado una gran transformación en los últimos años. Nuevas formas y medidas han traspasado la alta competición para irrumpir en el campo aficionado. El sillín corto es herencia de todo este
movimiento.
Nuevas opciones para el ciclista que vienen acompañadas de algunas dudas: ¿Qué sillín es el más adecuado o cómodo?
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Comprender las diferencias entre un sillín corto y uno largo es interesante si buscas mayor comodidad sobre la bici. Aquí te ofrecemos una comparativa, para que tengas claro cuál se adapta mejor a tu postura y al tipo de rutas que realizas.
El sillín corto: características y ventajas
La tendencia a acortar la longitud de los sillines, recortando el saliente de la parte delantera o nariz, surgió hace una década en el mundo del triatlón y de las bicicletas de contrarreloj.
El objetivo era acomodar mejor la pelvis del ciclista y adelantar su postura, acercándola al manillar, para un rodar más aerodinámico y acoplado.
Al mismo tiempo, marcas como
ISM, una de las pioneras en adoptar este tipo de diseño, ensanchó la parte trasera, la del apoyo de los isquiones, para compensar el menor apoyo en el períneo. Los isquiones son dos huesos situados en la base de la pelvis que soportan la mayor parte de la presión del peso del ciclista.
En la práctica, de la longitud de un sillín convencional (de 260 a 270 mm), se pasó a modelos de 250, e incluso de 240 mm.
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Imagen: Sillín Selle Italia X Green Superflow.[/caption]
Los sillines cortos poseen, generalmente, más beneficios ergonómicos que los de nariz larga. Repasemos algunos de ellos:
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Postura aerodinámica o de ataque más cómoda. Son sillines recomendados para corredores de competición, ya sea en carretera, triatlón, e incluso en la modalidad MTB de Cross Country.
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Reducción de la presión sobre el perineo. Al adelantar la postura hacia adelante, el perineo (la parte de la pelvis situada entre los genitales y el ano) recibe toda la presión del peso del cuerpo contra el sillín. Con el paso de los km, provoca dolor y entumecimiento, dada su proximidad al nervio pudendo. Reduciendo el tamaño de la parte central y delantera del sillín, se reduce también el punto de presión y se traslada más hacia la pelvis trasera o isquiones. Una zona más alejada de este nervio.
Un sillín corto tendrá una punta o nariz de 10 a 20 mm más corta (240 – 250 mm).
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Menos rozamiento (para muslos desarrollados). Al compactarse las dimensiones, el riesgo de rozamiento de los muslos con el sillín es menor. Sobre todo, para ciclistas con muslos muy desarrollados, generalmente rodadores, especialistas contra el crono o corredores de pista. Son los más fieles al sillín corto.
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Más anchos y curvos. Las marcas que fabrican modelos de sillín corto aprovechan para ensanchar su parte trasera, al ser la que recibe buena parte de la presión. Asimismo, la mayoría son antiprostáticos, con una canal central que alivia aún más la opresión del perineo. Por último, el perfil no suele ser tan recto como en un modelo convencional. Tiene una forma ondulada que reparte mejor la presión, liberándola también de la zona central.
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Sillín mejor adaptado a mujeres. La proliferación de sillines cortos también es beneficioso para la mujer, cuya forma específica de pelvis se adapta a la perfección a este tipo de asiento.
Sillín largo: ventajas y a quién va dirigido
Aun con muchos puntos a su favor, el sillín corto puede no ser la mejor elección para determinados ciclistas o modalidades. Esto hace que el diseño convencional, con nariz más larga, todavía sea la opción mayoritaria; en especial, en el ciclismo aficionado. ¿Quieres saber por qué?
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Imagen: Sillín Fizik Antares R3 Large.[/caption]
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Cómodo en posturas erguidas. Un sillín de nariz larga suele ser más estrecho y las zonas de apoyo en el asiento tenderán a irse para atrás. Ello lo convierte en la mejor opción para rodar mucho tiempo en postura de pedaleo relajada, no tanto de ataque.
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Más práctico para MTB. En esta modalidad, es extraño rodar sentado y acoplado durante mucho tiempo. Al contrario, son frecuentes los cambios de posición para afrontar desniveles, realizar cambios de ritmo, mantener el equilibrio, etc. Por ello, el biker necesita un sillín equilibrado con diferentes zonas de apoyo, tanto en la parte delantera como trasera. Además, el mayor ancho de un sillín corto puede resultar contraproducente en bajadas. El ciclista tiende a echar su cuerpo hacia atrás para compensar la inercia de la bici, lo que podría aumentar el riesgo de enganchar el pantalón o baggy con esta parte trasera.
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Menos posibilidad de roces. Relacionado con el punto anterior, un mayor ancho no siempre es la opción más cómoda. Habrá que tener en cuenta también el ancho de cadera del ciclista. Un sillín ancho para un ciclista de cadera estrecha podrías generarle roces en los muslos, incomodidad e ineficacia al rodar.
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Sillín más económico. La oferta de sillines convencionales es más amplia. Esto es sinónimo de variedad de precios. Un sillín corto tiene una ergonomía específica y una utilidad concreta. Son factores que acaban traduciéndose en un precio más elevado.
Sillín corto o largo: factores para elegir el adecuado
En resumidas cuentas, en la elección del tipo o tamaño del sillín juegan diferentes factores que debes tener en cuenta. El primero es tu físico. El ancho de isquiones es la medida básica a la hora de buscar el ancho de sillín ideal para ti.
Por otro lado, influye mucho el grado de rotación pélvica (hacia adelante o hacia atrás), lo que condiciona la longitud del sillín. Una mayor rotación pélvica implica una postura más adelantada, con mayor presión en al zona central.
La elección de uno y otro tamaño del sillín dependerá de tu físico, número de horas sentado, postura y modalidad.
Otro factor decisivo es el tiempo que pasas sentado en la bici. Muchas horas rodando sentado implicará la elección de un sillín más específico o con ergonomía mejorada. En este caso, el corto será la elección correcta.
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Imagen: Sillín corto Bontrager Verse Comp.[/caption]
También influye la postura en la que te guste rodar. Si te gusta ir sentado hacia la punta del sillín, en modo ataque, un sillín corto será la opción más cómoda. En cambio, si eres de rodar erguido, más relajado, uno más largo te presionará menos la pelvis.
Por último, ten en cuenta el tipo de recorridos y modalidad ciclista que practiques. En general, los sillines cortos están más asociados al ciclismo de carretera o al XC. Los sillines largos son más frecuentes en el Cicloturismo, Gravel o el MTB más radical (Trail, Enduro, etc).
La suma y balance entre todos estos factores facilitará la elección del sillín ideal para tu bicicleta.