Campeona de Europa de Ultramaratón (2017) y Campeona de España de Enduro (2017, 2018). Embajadora de Orbea,
Sandrá Jordà es una de las ciclistas más conocidas del
mountain bike femenino. Embajadora de Orbea y
biker enormemente popular en redes sociales como
Instagram. Su padre le inculcó la pasión por el mundo del motor, pero Sandra probó la bici y de ahí no la sacaron. Sus inicios fueron en la pista y con
bicicleta de carretera, pero siempre supo que lo suyo era la
MTB.
¿Te resulta sencillo compaginar dos modalidades tan distintas del MTB como son la ultramaratón y el enduro?
Es casi más complicado para un entrenador: le dices que quieres hacer las dos cosas, pero él necesita saber en cuál quieres competir. Para mí, es simple. Me gusta ir en bici y corro lo que me apetece. Enduro y ultramaratón no se parecen en nada, pero yo lo he podido compaginar. En la ultramaratón pones tu propio ritmo y te tienes que olvidar de tus rivales durante 10 o 12 horas. Pedaleas en soledad durante mucho tiempo. En enduro haces tu tramo, pero luego coincides con otras compañeras hasta que viene la siguiente bajada, comentas tus sensaciones, etc. En ambas modalidades he hecho buenas amigas.
¿Cómo vives el ascenso del ciclismo femenino?
Cada vez hay más chicas y las marcas se preocupan mucho más por ofrecer artículos que nos gusten. El ejemplo más claro es la ropa. Hace 20 años apenas había equipaciones para chicas; simplemente, no se adaptaban a nuestra morfología. Todavía hay algunas diferencias, que se ven más en ciclismo de carretera que en MTB. Se nota que invierten más recursos para chicos que para chicas. La voluntad es que se vaya igualando, aunque ojalá fuera un poco más rápido. En cuanto a la cantidad de ciclistas, sí que veo más chicas practicando carretera y gravel, que MTB, y no sé por qué…
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Imagen: Sandra Jordà (Instagram)[/caption]
Hablas con frecuencia de la importancia que el ciclismo tiene en tu vida…
El ciclismo es para mí una manera de vivir y una pasión. Si te gusta, te gusta toda la vida tengas los años que tengas. Ha llegado un punto que ya no quiero probar más bicis; bici que pruebo, bici que me encanta y que quiero exprimir. Lo mismo montaña, que carretera, que urbana, que
fixie…
Cómo te organizas para entrenar. ¿Cómo concilias tu trabajo en banca con la práctica ciclista?
Claro, dependo de mi horario de trabajo. Normalmente, el fin de semana aprovecho a tope, por lo que los lunes descanso. Los martes y miércoles hago entrenamientos de calidad. El jueves, un poco más de rodaje y desde el viernes aprieto de nuevo. Eso como norma general, aunque luego depende del calendario de carreras.
Siempre entreno por las tardes. En invierno es duro porque entrenar de noche se hace muy cuesta arriba. Por eso intento salir en grupo; así es mucho más fácil cumplir cuando flaquean las fuerzas.
En verano es distinto porque tengo de 5 a 10 de la noche para entrenar. Por eso mi punto de forma óptimo es en septiembre-octubre. De todas formas, cuando tienes carrera a la vista tienes que ir sola con frecuencia porque debes concentrarte en entrenamientos muy específicos.
¿Cuáles son tus bicis? Al ser embajadora de Orbea…
Efectivamente, todas son Orbea. La que más empleo es la Orbea Alma, la rígida de montaña: por sensaciones, ligereza… Sientes muchísimo la bici, que es algo muy chulo. En las bajadas tienes que trabajar mucho más el cuerpo, subiendo resulta muy agil… La llevo montada con plato de 34 dientes. También uso bastante la Oiz (doble), especialmente en competiciones por etapas, en las que la espalda se carga más. También la empleo mucho para entrenar por la zona del Collserola (Barcelona), que está llena de zonas técnicas. Además, con los 120 mm de recorrido que lleva montada me resulta muy polivalente.
¿Alguna bici más?
¡Claro! Para enduro uso la Orbea Rallon, con un plato 32. En carretera, llevo siempre la Orbea Orca. La tengo montada con un 39-52, pero quiero volver al
compact. En cuanto a la Terra (el modelo de gravel de Orbea), la uso para hacer algo de pisteo, pero todavía no la he disfrutado a tope. Quiero meterme más a fondo en el mundo del gravel. Quizás próximamente haga alguna escapada por la zona de Girona, que es una de las mejores zonas para esta modalidad.
Ah, y para trabajar voy en una Katu, con motor.
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Imagen: Sandra Jordà (Instagram)[/caption]
Hablando de competición, ¿cuáles son las carreras que recuerdas con especial cariño?
Las primeras veces siempre son especiales. Guardo un recuerdo brutal de mi victoria en el Campeonato de España en pista cuando tenía 15 o 16 años. También me acuerdo mucho del Campeonato de España en ruta de 1997, donde fui segunda por detrás de Merche Cagigas. Se daban varias vueltas a un circuito, pero no estaba claro si íbamos a dar tres o cuatro. Me decía a mí misma: "si son tres, gano yo". Pero al final fueron cuatro y ganó Merche.
También guardo un recuerdo espectacular del Campeonato de Europa de Ultramaratón que gané. Fueron 215 km y 6.000 m de desnivel. Iba con mucho miedo y llovió desde el primer kilómetro. Encima, rompí la tija. Hubo un montón de adversidades, pero me sentí físicamente tan fuerte que lo fui gestionando todo muy bien.
¿Y algún reto reciente que te haya impactado especialmente?
De lo más reciente, sin duda, el
Camí de Cavalls 360º Non-Stop, en 2021. Una vuelta completa a la isla de Menorca por uno de los recorridos más bonitos, y más técnicos, que he hecho en MTB en mi vida. Iba sola con el GPS, con el mar a la vista todo el rato... Un recuerdo brutal.
En este vídeo, puedes ver un resumen de la increíble experiencia vivida por Sandra Jordà en Menorca.
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Cuando bajas de la bici, ¿te definirías como una friqui de la bicicleta?
Como friqui, me flipan los reportajes de coches. En cuanto a bici, me gusta más montar que saberlo todo sobre el ciclismo. A veces me empiezan a explicar cosas que incluso he preguntado yo y acabo desconectando. La sensación de pedalear es de las cosas que más feliz me hace. Puedo estar triste o enfadada, pero andar en bici me cambia el carácter. Me pasaría el día en bici; me gustaría que el día tuviera más horas para andar más y más en bicicleta.
¿Y eres muy fanática de las innovaciones que se introducen en el mundo de la bicicleta?
¡La tija telescópica! Como ciclista, soy mejor técnicamente que físicamente. Es decir, bajo mejor de lo que subo y siempre me resistí a la tija telescópica. En parte, por ahorrar un poco de peso, que eso sí que me obsesiona. Pero cuando hice la Camí de Cavalls me di cuenta de que aquello era una locura. Probé con la tija y ya no pienso quitarla nunca. Necesitas un par de semanas de adaptación, pero una vez que la pruebas ya no la quitas.