La
tija telescópica es uno de los avances más significativos de la industria ciclista en materia de componentes. Se comenzó a utilizar en las modalidades más radicales del
mountain bike y ha ido extendiéndose a todo tipo de bicicletas, incluyendo gravel y urbanas.
Pero pocos esperaban que la tija telescópica llegase hasta el
ciclismo de carretera. Y menos, en carreras de primer nivel.
Fue lo que sucedió en la
Milán San Remo 2022. El vencedor de la prueba, el esloveno
Matej Mohoric, marcó un hito al ser el primer profesional en vencer con una tija telescópica. Una decisión inédita que él consideró muy importante para fraguar su victoria en los kilómetros finales del primer Monumento de la temporada ciclista.
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La tija de Mohoric sorprendió a aficionados y expertos, generando debate sobre su utilidad en las
bicis de carretera, además de numerosas preguntas a las trataremos de responder.
¿Es útil una tija telescópica en ciclismo de carretera? ¿O simple marketing?
Antes que nada, hay que precisar que el esloveno no es el primer profesional que emplea en carrera este mecanismo. El pionero fue
Vincenzo Nibali, un bajador igualmente excepcional. El italiano ha empleado con frecuencia tija telescópica. En especial, durante su primera época en Astana (2013-2016).
Tija telescópica, ¿qué es y cómo funciona?
Lo primero es aclarar el concepto de tija telescópica, para quienes no estéis familiarizados con ellas.
La
tija telescópica es una variante de la tija fija clásica de metal. Aterrizó para solucionar un problema recurrente de los practicantes del MTB trail o enduro. Al afrontar un descenso técnico y empinado, muchos
bikers se veían obligados a bajar la tija fija del sillín para facilitar los movimientos.
Una tija de sillín más corta permite también desplazar hacia abajo y atrás el peso corporal, con lo que se gana en
estabilidad. De esta forma, es más sencillo controlar la bici en pendientes negativas pronunciadas.
Se activa mediante un mando o control remoto instalado en el manillar.
La introducción de la tija telescópica vino para solventar el engorroso proceso de un ajuste manual de este componente. Una labor que hasta entonces sólo podía hacerse en parado.
¿Y cómo lo consiguió? Pues introduciendo en su interior
un cartucho de muelle o hidráulico, similar al de una horquilla de suspensión. Gracias a este cartucho interno es posible bajar parte de la barra de la tija hacia abajo, ayudándose del propio peso del ciclista.
El mecanismo se activa mediante un
mando o control remoto instalado en el manillar de la bicicleta. Este puede ser de levas o palancas, de cable o inalámbrico, o integrado en el puño. Al pulsar la palanca del mando, la tija baja hasta que dejas de pulsar. Y para dejar la tija en su posición original, basta con accionar de nuevo la palanca, pero sin apoyar el cuerpo en el sillín.
Ventajas de la tija telescópica para el ciclismo de carretera
Es, por tanto, un mecanismo
sencillo de usar, que conlleva una serie de ventajas asociadas al manejo de la bicicleta, su estabilidad y la comodidad del ciclista. Pero también inconvenientes, relacionados sobre todo con la mayor complejidad mecánica. En un artículo anterior ya analizábamos
ventajas e inconvenientes principales de este sistema en bicicletas de montaña.
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En el caso de una
bicicleta de carretera se añaden nuevos matices a los beneficios ya conocidos de este tipo de tija. Entre ellos, los siguientes:
Mejora de la aerodinámica
Si bien no es un aspecto muy relevante para la bici de montaña, en carretera cobra una gran importancia, especialmente en competición. La tija telescópica permite bajar la posición del cuerpo del ciclista y acercarlo al cuadro. Un cambio que permite un
impacto menor del viento y, por tanto, un ahorro de energía y vatios.
El propio Mohoric destacó esta mejora tras su victoria en la Milań San Remo. El esloveno, uno de los mejores bajadores del pelotón, fue uno de los precursores de la postura denominada
supertuck o
bicho-bola. Aquella en la que el ciclista se agacha, baja del sillín y se apoya en el tubo superior.
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Imagen: Gian Mattia D'Alberto/LaPresse/RCS[/caption]
Esta posición fue
prohibida por la UCI en 2021, lo que abrió la puerta a nuevas fórmulas para lograr una posición igualmente aerodinámica. Y aquí entra en juego la tija telescópica, para imitar esta postura
aero.
De este modo, no parece ni una ocurrencia más de un profesional, ni una acción de marketing. Existen
razones convincentes para su utilización.
Precisión en los giros
En el descenso de un puerto, la trazada de las curvas es fundamental en dos facetas:
rendimiento y seguridad. Salirse de ella es dar al traste con toda la progresión. La tija telescópica permite bajar la posición de cuerpo y brazos, acercándolos a la bici y el manillar. Ello permite más control para facilitar cualquier maniobra.
Mejora de la frenada
Es otro de los beneficios que justificó Mohoric para instalar este tipo de tija en su bicicleta. La postura más baja que permite la telescópica proporciona
más control de la inercia al frenar. Digamos que controla la fuerza que lanza al ciclista hacia adelante cuando reduce la velocidad en curvas, cambios de rasante, etc. Así, consigue modular mejor y más rápido la velocidad para gestionar cualquier tramo técnico.
Comodidad
En teoría, una tija telescópica permite un ajuste más fino de la posición del ciclista en la bicicleta, con independencia del terreno. Contribuye a
combatir la fatiga que produce la competición; en especial, en pruebas por etapas. De hecho, ese fue el argumento esgrimido en su día por Vincenzo Nibali, el verdadero pionero en este campo.
Asimismo, este dispositivo puede ser un gran aliado en momentos en los que una avería obliga a un repentino
cambio de bicicleta entre compañeros. Recordemos, por ejemplo, la imagen de Esteban Chaves en la Vuelta de 2019. Una estampa casi surrealista al tratar de adaptarse a la bicicleta de su compañero Damien Howson, que le sacaba 25 cm.
Desventajas de la tija telescópica para el ciclismo de carretera
Como en el resto de modalidades, instalar una tija más compleja implica asumir una serie de contrapartidas:
Más peso
Posiblemente sea el mayor freno para la implantación generalizada de la tija telescópica en el ciclismo de carretera. Si bien es cierto que cada vez salen al mercado modelos más ligeros y compactos,
el aumento de peso es notorio. Por término medio, se pueden añadir hasta 400 gramos más a la bicicleta con respecto a una tija convencional, incluyendo el mando remoto.
Necesita mantenimiento extra
Si se opta por una tija con cartucho hidráulico, será necesario hacer un mantenimiento interno del mecanismo; al menos,
una vez al año. Esto implica limpieza, sustitución de juntas y engrasado. Por otro lado, las mecánicas pueden desajustar el accionamiento por cable con relativa facilidad, provocando que la tija suba lentamente o baje muy rápidamente.
Escasa compatibilidad con bicicletas actuales
El cuadro debe estar preparado para albergar la tija y el cableado que la conecta con el manillar. Y, realmente,
muy pocas bicicletas están preparadas aún para instalar de manera sencilla este componente. Es un aspecto que puede solucionarse con el paso del tiempo si los fabricantes ven un verdadero potencial de estas tijas para ciclismo de carretera.
En el caso Mohoric, la bici que el esloveno venía montando para estas carreras era la
Reacto, el modelo más
aero de Merida. Pero en la Milán San Remo 2022 escogió el modelo
Scultura, más polivalente. El motivo es que es una bici adaptada a una tija de sillín convencional de sección redonda, y no en forma de cuña, como lucen las bicis más aerodinámcias.
La tija de Mohoric: de MTB, ligera y sencilla
La
tija telescópica que eligió Matej Mohoric para asaltar la Milán San Remo es un modelo orientado al MTB que se lanzó al mercado en 2021. Se trata de la
Fox Transfer SL. Una tija que se hizo muy popular en los montajes de la Copa del Mundo de XC, debido a su bajo peso y mecánica sencilla de muelle.
El esloveno eligió, incluso, un acabado de gama media: el
Performance, con 60 mm de recorrido (de serie es 75) y un peso es de 353 gramos. Supone un incremento de 200 gramos con respecto a la tija fija de carbono que utilizaba hasta ahora. Una cifra que en competición se acaba notando bastante.
Ciertamente, a nivel cicloturista no implica un lastre excesivo y los beneficios que conlleva pueden justificar el cambio.
Mohoric accionó la tija varias veces, valiéndose de un mando Grip Shift integrado en el puño.
Para accionar la tija, Mohoric empleó un
mando Grip Shift integrado en el puño izquierdo, evitando así añadir abrazaderas y tornillos extra. “Ahora creo que todo el mundo empezará a usar tijas de este tipo. Será como en la Fórmula 1, donde hace años los coches sólo tenían un pedal de acelerador y otro de freno y ahora cuentan con decenas de botones”, afirmó Mohoric tras ganar la prueba.
¿Y qué dice la UCI?
La repercusión de este asunto ha llevado a a UCI a
confirmar la legalidad de la tija telescópica en ciclismo profesional. De hecho, la aprobación de este mecanismo para competiciones de carretera ya fue aprobado en 2014.
En este sentido, es suficiente con que los montajes se ajusten a la
normativa. Esta dicta que la punta del sillín debe estar a un mínimo de 5 cm por detrás de la línea vertical imaginaria que pasa por el eje del pedalier. En este sentido, la mayor o menor altura del sillín es irrelevante.
Conclusiones: ¿merecen la pena para ciclismo de carretera?
El camino abierto por Mohoric puede tener consecuencias en el mercado y es posible que más pronto que tarde aparezcan las primeras bicicletas de carretera con tija telescópica de serie. Pero aún es un paso que las marcas no han confirmado y es posible que la decisión conlleve
análisis y estudios más profundos sobre su conveniencia.
Por eso, si ya has contemplado seguir los pasos del campeón esloveno y te planteas instalar una telescópica en tu bicicleta, te recomendamos que lo pienses bien antes de soltar el dinero. Debes revisar también la
compatibilidad de tu bici con el sistema: comprobar el diámetro de la tija, su recorrido y la posibilidad de llevar un mando remoto en el manillar.
Antes de lanzarte a comprar una tija telescópica, comprueba la compatibilidad de tu bicicleta con el sistema.
Por último, valora si el aumento de peso y mayor complejidad mecánica, además de la mayor inversión, va a ser peor que el extra de seguridad y confianza que te aportará en las bajadas. Puede que al final, por el tipo de recorridos o por tus habilidades en los descensos, apenas la uses.
O, por el contrario, podría ser un elemento fundamental para quitarte por fin
el miedo a las bajadas.