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¿Cada cuánto tiempo hay que cambiar las cubiertas de la bicicleta?

¿Cada cuánto tiempo hay que cambiar las cubiertas de la bicicleta?

¿Cuándo es el momento ideal para renovar los neumáticos de tu bici?

Del buen estado de las cubiertas de la bicicleta depende la estabilidad y el manejo de la misma, lo que repercute directamente en la seguridad del ciclista. Unas cubiertas o neumáticos desgastados aumentan seriamente el riesgo de caída y, por consiguiente, lesión. Además de los propios daños ocasionados a la bicicleta. Por eso es crucial saber cuándo ha llegado el momento de cambiarlas por unas nuevas. La duración de una u otra cubierta varía dependiendo de su material, modalidad y uso. Pero hay unas pautas generales y síntomas comunes que te indicarán el momento de desechar unos neumáticos viejos y sustituirlos por unos nuevos.

Factores que influyen en el desgaste de las cubiertas

El desgaste de las cubiertas y neumáticos de una bicicleta depende de dos tipos de factores:

Externos: terreno, modalidad y estilo de conducción

Aquí entra el tipo de terreno, las condiciones meteorológicas, la modalidad practicada y el estilo de conducción del ciclista. Por lo general las cubiertas se desgastan más rápido en firmes más secos e irregulares que en mojados y firmes. No obstante, la humedad también puede afectar negativamente a las gomas y compuestos de la banda de rodadura. Además hay que tener en cuenta la modalidad practicada (carretera, montaña, gravel, etc) y el manejo de la bici, para alargar o acortar la vida útil de la cubierta. Un neumático de MTB por lo general va a tener una vida útil más corta que uno de carretera. Por otro lado, un ciclista más agresivo y técnico necesitará de cubiertas con goma más resistente y duradera que el que se dedica a rodar plácidamente por el llano.


Internos: material y construcción de la cubierta

Atañen a la propia construcción del neumático, sus materiales y también sus medidas. Toda cubierta está construida con dos capas. La primera es la banda de rodadura, hecha de goma o caucho con relieves o tacos para incrementar el agarre y la tracción. La segunda capa es la carcasa, la capa interna hecha con un trenzado de nailon que determina la ligereza y la protección ante los pinchazos. Una banda de rodadura más fina y con tacos o relieves más pequeños tendrá un carácter más rodador y potenciará la velocidad. Pero el desgaste por la fricción con el terreno será más rápido. La carcasa, por su parte, no determina el desgaste del neumático sino el peso de ésta y su protección ante los pinchazos.


Cuándo cambiar las cubiertas de la bicicleta

Para saber si una cubierta está desgastada o no habrá que examinar la banda de rodadura, es decir, su superficie exterior. Pero la verificación será diferente en función del tipo de neumático usado para cada modalidad ciclista. A continuación te indicamos cuáles son los síntomas que nos ayudarán a saber que la cubierta está desgastada y ha llegado el momento de cambiarla, dependiendo de si se trata de un neumático para bicicleta de montaña o de carretera.


Desgaste en neumáticos de mountain bike

El primer síntoma de cubierta desgastada lo encontrarás en la parte central de la banda de rodadura. Si los tacos han perdido buena parte de su altura o directamente han desaparecido tendrás que cambiar la cubierta. No esperes a que también se desgasten los tacos laterales, por lo general más grandes y duraderos.

El principal síntoma de desgaste está en la banda central. Si está muy lisa la estabilidad de la bicicleta se verá comprometida, así como la resistencia frente a los pinchazos.


Desgaste en neumáticos de carretera

La revisión del desgaste en una cubierta de carretera es diferente, debido a la ausencia de tacos. Habrá que fijarse principalmente en el perfil o silueta. Una cubierta sin desgaste tiene un perfil curvo entre flanco y flanco. Cuando esta curva se hace plana es que está desgastada y habrá que sustituirla. Además, hay otros signos que indican el desgaste de un neumático de carretera. Algunos de ellos tienen pequeños surcos o dibujos para incrementar la adherencia en mojado, adoquinado, etc. Si este dibujo desaparece o se difumina la cubierta estará pidiendo una sustitución. Asimismo, la aparición de grietas o cortes en la banda de rodadura anuncian el fin de su vida útil.


Cómo sustituir las cubiertas de mi bicicleta

La operación de sustitución es muy sencilla, aunque es necesaria una cierta habilidad para separar los aros de la cubierta de los raíles laterales de la llanta. Bastará con desinflar completamente la rueda y, con las manos, empujar fuerte el flanco del neumático hacia el centro de la llanta para abrir un hueco en el lateral, desde donde iremos separando ambos. Para la retirada del aro puedes ayudarte de unos desmontables. Aunque si usas cámara deberás introducirlos con cuidado para no pellizcarla y que sufra un pinchazo. A veces esta operación se puede complicar más de lo que crees, sobre todo si has tubelizado los neumáticos, porque el líquido sellante puede haber pegado el neumático con la llanta o los propios flancos haciendo muy difícil el desmontaje. Si te sucede eso prueba a introducir de nuevo con la bomba un poco de aire para que se despegue y vuelve a desinflar. En estos casos deberás tener un poco de paciencia e ir separando el flanco poco a poco.


Principales riesgos de rodar con las cubiertas desgastadas

La primera consecuencia directa de rodar con unas cubiertas desgastadas o apurarlas más de lo debido es la pérdida de agarre y estabilidad de la bicicleta. Se nota sobre todo al tomar curvas y al subir por pendientes con firme sucio o suelto. Esto puede provocar reacciones imprevistas, que la bicicleta se descontrole repentinamente y perder el equilibrio. Y el final inevitable es tener una caída. Por otro lado, un síntoma de desgaste y consecuencia clara de no haber cambiado las cubiertas cuando debías es el aumento inusual de los pinchazos. La banda de rodadura es menos gruesa y más lisa y cualquier objeto punzante, por pequeño que sea, puede perforar ésta y también la carcasa, con una gran facilidad. En general, el comportamiento de la bicicleta se ve afectado. El trabajo de la suspensión no se percibe igual, el manejo es más torpe y requiere de un mayor esfuerzo muscular. Todos estos contratiempos se van sumando para hacer mermar el rendimiento y que, en definitiva, no disfrutes de la salida en bicicleta.


Recomendaciones para que las cubiertas de tu bici duren más

Por último, queremos compartir unos consejos o trucos muy sencillos que puedes aplicar en tu día a día para aumentar la duración de tus cubiertas:


Infla las ruedas a la presión adecuada

Una presión excesiva o insuficiente es una de las principales causas de que el desgaste de las cubiertas se acelere. Por eso es importante saber la presión adecuada a la que llevar los neumáticos de tu bicicleta. Para aproximarnos lo máximo posible a la cantidad ideal podemos consultar las tablas de presiones recomendadas del fabricante y de ahí ir aumentando o disminuyendo la presión en función del tipo de ruta, la posición de la rueda (delantera o trasera), el estado del terreno o tu estilo de conducción, entre otros factores.


Comprueba la presión frecuentemente

También deberás chequear antes de cada salida que la presión no haya disminuido. Los principales fabricantes recomiendan hacerlo, como mínimo, una vez al mes. Pero nosotros te recomendamos hacerlo cada vez que vayas a montar en bici. Rodar siempre con la presión correcta repercute en un menor desgaste.

Mantén el resto de la bici en buen estado

Las suspensiones, los frenos, el cambio... Tener todos los componentes de la bici en buen estado repercute también en el menor desgaste de los neumáticos. Unos frenos desajustados o sin tacto, por ejemplo, provocarán que el neumático derrape o no se detenga cuando tenga que hacerlo.


No hagas derrapes innecesarios

El derrape aumenta exponencialmente el desgaste de la banda de rodadura. Por eso evita hacerlo de manera innecesaria. Toma las curvas a velocidad moderada, valiéndote también de tu cuerpo para mantenerte en la trazada y evitar tocar lo mínimo el freno.


Evita los cambios bruscos de velocidad

Una conducción muy agresiva con fuertes aceleraciones y frenadas va minando la resistencia del neumático. En carretera, por ejemplo, al afrontar el descenso de un puerto es más eficiente y seguro tomar las curvas de manera controlada, modulando la frenada, que bajar a toda velocidad sólo por obtener unas ganancias que en muchos casos serán marginales.


Evita los firmes irregulares y los arcenes sucios

Siguiendo con ejemplos de ciclismo de carretera, rodar por carreteras con buen asfalto acabará alargando la vida útil de las cubiertas. Para ello evita, en la medida de lo posible el paso por carreteras bacheadas o con arcenes muy sucios. Todos estos detalles suman en la degradación de la goma y en la pérdida de adherencia.
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