Las Islas Baleares son uno de los destinos vacacionales de referencia en verano. Y seguramente si piensas en ellas lo último que te venga a la cabeza sea hacer una ruta en bicicleta. Pero... ¿Y si te dijera que sus carreteras guardan más de una sorpresa para disfrutar del ciclismo?
Te proponemos 5 rutas únicas en las Islas Baleares. Fabulosas calas e interminables carreteras de montaña te están esperando, siempre enmarcadas por fascinantes paisajes que harán que, en cuanto acabes, ya estés pensando en cuándo volver a empezar.
1. Sa Calobra, en Mallorca
La Sierra de Tramuntana, en el noroeste de Mallorca, sorprende hasta a los viajeros más experimentados. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y está compuesta por 54 cimas que sobrepasan los 1.000 metros de altura.
La ruta que te proponemos parte de la localidad de Alcudia, a orillas del Mediterráneo, y tiene la llegada en la cala de Sa Calobra. Una distancia de 52 kilómetros que se puede adaptar a tus preferencias en función de tu nivel físico.
De exigencia alta, puedes hacerla más extensa si incluyes el paso por interesantes subidas como Coll de Sa Batalla o Coll de Sant Llorenç.
Aviso: la adrenalina se dispara en la llegada a Sa Calobra, 10 kilómetros de descenso en herradura que requieren de ciertos conocimientos para evitar sorpresas.
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Vista de la carretera del puerto de Sa Calobra, con su bajada en herradura.[/caption]
2. Puig Major, en Mallorca
Puig Major es, con sus 1.445 metros, el pico más alto de todas las Islas Baleares. Localizado también en la Sierra de Tramuntana, pone de acuerdo a todos los ciclistas que lo han recorrido en que cuenta con todo para el máximo disfrute sobre los pedales.
La refrescante brisa de su cumbre y, por supuesto, las impresionantes vistas, hacen que el esfuerzo de llegar hasta ella merezca la pena. Partiendo desde Sóller la distancia con la cumbre es de solo 23 kilómetros, pero es aconsejable añadirle el posterior paso por lugares como Escorca, Coll de Sa Bataia, Inca o Consell.
Si las fuerzas te llegan, aunque sea en otra etapa, no dejes de conocer tanto Camí de Cabana como Camí dels Reis, ya casi en Palma de Mallorca.
3. Camí de Cavalls, en Menorca
Menorca es, a diferencia de su
hermana mayor, una isla sin apenas desniveles. Baste decir que el Monte Toro (358 metros) es su lugar más elevado.
El símbolo del ciclismo en Menorca es el camí de Cavalls, un sendero de 185 kilómetros de extensión que describe todo el perímetro de la isla y es idóneo para explorar en bicicleta de montaña.
En él se realiza, cada año, la Vuelta a Menorca, y está indicada para ciclistas con experiencia. Valles, barrancos y humedales serán testigo de tus pedaladas.
Pero, ¿qué puntos no debes perderte para disfrutarlo al máximo? Algunos son el tramo de 8,22 km que va de cala del Pilar a Algaiarens, el de 6,84 km entre cala Morell y Punta Nati o los casi 10 kilómetros entre cala Galdana y Santo Tomás.
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El Camí de Cavalls ofrece más de 180 kilómetros para disfrutar del BTT.[/caption]
4. El norte de Ibiza
Ibiza rebosa riqueza natural y patrimonio cultural. Conocerla en bicicleta es algo más que una moda en la isla.
Se trata de una experiencia completa, que permite contemplar calas, preciosos pueblos interiores o acantilados en completa libertad.
Nuestra propuesta es un recorrido por el norte de la isla que comience en la cala Saladeta, quizá la más hermosa de Sant Antoni, y concluya en la coqueta playa de Es Canar, en Santa Eulària.
Es una ruta de 70 kilómetros en los que pasar (y, si queremos, parar) por Santa Agnès de Corona, la Playa Puerto San Miguel, Portinatx y la cala de Sant Vicent.
El recorrido cuenta con abundantes kilómetros asfaltados y está repleto de lugares con encanto, así que, si tienes sitio y puedes cargar con ella, no olvides llevar la cámara de fotos.
5. Faro de la Mola, en Formentera
Apodada la
isla tranquila, Formentera es todo un paraíso para los cicloturistas. Sobre todo para los que no buscan recorridos de mucha exigencia física o técnica. Toda la isla cuenta con carriles especiales para las bicicletas en el 90% de sus carreteras y con infinidad de caminos rurales que puedes explorar a tu ritmo.
El secreto es la rehabilitación que se ha efectuado de antiguos caminos rurales, hoy dispuestos para el uso y disfrute de ciclistas de toda condición.
Nuestra propuesta, convertida en un clásico en Formentera, es la de recorrer en ida y vuelta la distancia de 26 kilómetros que separa Sant Ferran de ses Roques del faro de la Mola, en el extremo este de la isla.
Poco después de dejar atrás el municipio de partida ya podrás deleitarte con la vista de las aguas color turquesa de la playa de Migjorn. O dejarte embelesar por el puerto pesquero de Caló de Sant Agustí.
Las vistas al Mediterráneo desde el propio faro y el monumento en recuerdo al escritor Julio Verne marcan el punto más oriental de la isla y el lugar desde el que emprender el regreso a Sant Ferran de ses Roques.