La transmisión es una de las partes de la bicicleta que con más frecuencia hay que revisar, debido a la fricción y desgaste continuo de todos sus componentes. Además, una avería de algunos de ellos -piñones, plato, desviadores o cadena- conlleva un gran gasto ya que no son piezas nada económicas y el mal estado de una acaba afectando a las otras.
Por eso es recomendable realizar una revisión de manera periódica al estado de la transmisión, así como un correcto lubricado y mantenimiento.
Lo bueno de la revisión y mantenimiento de la transmisión es que, por lo general, la puedes hacer desde casa y es sencilla. Realizando el chequeo de manera correcta y a tiempo prolongarás por mucho tiempo su vida útil, funcionará como debe y evitarás reparaciones costosas.
Revisar la transmisión desde casa en 6 sencillos pasos
Cada paso de la revisión estará centrado en un componente o partes de la transmisión, para que el chequeo sea completo. A continuación te explicamos cómo revisar cada componente y cada cuánto tiempo de uso debes hacerlo.
Cadena: después de cada salida
Es el componente de la transmisión que más hay que cuidar y revisar. Se debe comprobar su estado después de cada salida, especialmente si practicas ciclismo fuera del asfalto, como mountain bike o gravel.
Si acumula polvo o restos de barro hay que limpiarla. Primero con agua y jabón o con un spray desengrasante, secarla y volver a engrasarla, bien
con aceite o lubricante de cera.
Una herramienta esencial que debes tener siempre es un medidor de desgaste de la cadena
Además de su limpieza y lubricación deberás comprobar la elongación de la cadena. Con el uso los eslabones de la cadena se desgastan y la cadena se alarga, aumentando la fricción y el desgaste entre ésta y los dientes de platos y coronas.
Por eso es muy importante que te hagas con un medidor de cadena y lo utilices como mínimo una vez al mes para ver la evolución de su desgaste. Si las puntas del medidor del 1% (1.0) entran completamente en el hueco de los eslabones deberás sustituir la cadena por una nueva y también el cassette. En este vídeo de Macario Llorente que compartimos te explican al detalle cómo usar correctamente este medidor:
https://youtu.be/UTAGb8KBg_M
Platos, coronas y roldanas: una vez al mes
El siguiente punto es revisar el estado de platos, piñones y roldanas. Revisa que los dientes no estén sucios ni acumulen polvo o restos de grasa. De no ser así, convendría limpiarlos a fondo con agua y jabón o aplicando producto desengrasante. Es conveniente revisarlos, como mínimo, cada quince días o un mes.
Desviadores: una vez al mes
Uno de los puntos a los que más atención hay que prestar, ya que de ellos depende el cambio correcto de un piñón a otro o de un plato a otro, son los desviadores. Comprueba primero el desviador trasero. Verifica que la roldana superior de la patilla del cambio esté alineada con la corona más pequeña y también con la más grande, para evitar salidas o
chupados de cadena.
Si no está alineada tendrás que apretar o aflojar el tornillo H del desviador para el tope inferior (corona más pequeña) hasta dejarla en la posición correcta. El tornillo L, situado al lado del H, servirá para alinear la roldana con la corona más grande.
Al mismo tiempo, revisa que la pata del cambio no esté doblada. Si lo está, será necesario desmontar el desviador trasero y enderezarla. En este caso mejor pedir ayuda a un mecánico, que tendrá las herramientas necesarias para ello.
Para el desviador delantero, la alineación con los platos se realiza de idéntica manera al del trasero. Apretando o aflojando los respectivos tornillos H y L ajustaremos la precisión del cambio de platos y evitaremos que la cadena se salga. Tampoco está de más engrasar con una gota de lubricante (si es para condiciones de seco mejor) los puntos de giro de ambos desviadores, cada mes o dos meses.
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Bielas: una vez al mes
Uno de los problemas más frecuentes de un mal funcionamiento de la transmisión, razón de ruidos molestos o de crujidos durante el pedaleo, es la holgura de las bielas. Para comprobar que estén correctamente apretadas puedes tirar de ellas hacia ti en perpendicular al sentido de la marcha.
Los fabricantes de bielas recomiendan un apriete de las mismas preventivo cada 200 km recorridos. Pero para que no se te olvide, añade este chequeo a la revisión mensual o bimensual que recomendamos para componentes como platos, piñones o desviadores.
Pedalier: una vez al año
En cuanto al pedalier, es recomendable hacer una limpieza interna (rodamientos, cojinetes) y lubricación como mínimo una vez al año. En caso de practicar ciclismo de montaña o tras el invierno, agentes externos como el agua, el barro o el polvo pueden introducirse dentro del eje y dañarlo, haciendo necesaria una limpieza extra.
Pulsadores y cableado: una vez cada dos meses
El penúltimo paso de la revisión es comprobar el estado de los mandos y cables de cambio. Para los primeros, comprueba que las palancas se mueven correctamente sobre su eje y no tengan holguras. También que con cada movimiento de ésta haga clic y se cambie la corona y el plato.
Si no se hace clic ni cambia tendrás que abrir la tapa del pulsador, aplicar desengrasante en spray y volver a engrasar el mecanismo con lubricante líquido. El lubricante de cadena puede valer pero no lo apliques en exceso. Esto permitirá que el trinquete del pulsador esté libre de suciedad y pueda volver a moverse correctamente.
Por otro lado, comprobar el estado de los cables y fundas del cambio es muy importante. Realiza un chequeo cada dos o tres meses de uso, o bien después de la temporada invernal o de verano. La existencia de fundas rozadas o cortadas harán necesario un cambio éstas por unas nuevas. Un cambio de marchas desajustado e impreciso puede deberse al desgaste de los cables, que habrá que sustituir completamente.
Pedales: después de cada salida
Por último, no olvides revisar los pedales, tanto la lubricación de sus muelles y mecanismo de calado (sin son automáticos) como su apriete a la biela. Tras cada salida, o bien después de haber lavado la bicicleta, deberás aplicar una gota de lubricante en cada uno de los muelles del pedal.
En segundo lugar, comprueba que están bien apretados, ya que de lo contrario puede originar ruidos molestos fruto de la holgura. Te recomendamos quitar los pedales, engrasar la rosca de la biela y la de los pedales con grasa de montaje y volver a instalarlos cada dos meses si has salido en bici frecuentemente.
Recuerda no pasarte apretando los pedales, ya que ellos mismos se aprietan solos al pedalear y será muy difícil extraerlos en la próxima revisión
Averías frecuentes de la transmisión y cómo solucionarlas
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A continuación enumeramos los problemas más frecuentes que pueden surgir si no se realiza un mantenimiento correcto de la transmisión:
Cadena oxidada
No es muy difícil que la cadena se oxide y puede suceder incluso sin estar desgastada o elongada. Si has salido con tu bici en un día lluvioso y una vez acabada la ruta no has limpiado o engrasado la cadena, el óxido comenzará a aparecer de forma superficial.
Si aparece óxido en la cadena, límpiala a fondo con un producto desengrasante. Hay marcas de lubricantes que incluso tienen limpiadores específicos para eliminar óxido. Deja actuar el producto unos minutos y después frota la superficie de la cadena con un cepillo de alambre fino. Seguidamente aclara con agua, seca la cadena con un trapo y vuelve a lubricarla. Si hay mucho óxido acumulado, deberás remplazar la cadena por una nueva.
Cambio desajustado
Es una de las averías más habituales, fruto del propio uso de la bicicleta. El cable de cambio tiende a destensarse con el tiempo. Cualquier golpe en el desviador o en la pata del cambio hará que al subir o bajar de marchas se produzcan tirones, salte a otra corona o directamente no cambie.
Para prevenirlo, puedes ajustar tú mismo la tensión del cable del cambio desde la rueda tensora del cable, situada generalmente en el conector del cable con el pulsador. En bicicletas de carretera se suele colocar a la altura de la pipa de la dirección. Girando el tensor en el sentido de las agujas del reloj destensarás el cable para que las coronas bajen mejor. En cambio para que las coronas suban correctamente deberás girar el tensor en sentido contrario a las agujas del reloj.
Sin embargo, la tensión del cable no es la única razón de un mal funcionamiento del cambio. Puede deberse también a que la pata del cambio esté doblada o a que ésta no esté correctamente alineada con la corona más grande o pequeña del cassette. En este último caso habrá que apretar o aflojar los tornillos H y L del desviador, como te hemos explicado más arriba.
Dientes rotos
Una avería algo más grave es la rotura de un diente de un plato o corona, fruto del impacto de alguna piedra, una caída, etc. Esto puede provocar saltos y salida de cadena, cambio de coronas impreciso, etc.
Será necesario sustituir la corona afectada por una de su mismo número de dientes. Misma situación para el plato. No demores su sustitución, ya que de lo contrario la transmisión no funcionará como debe y acelerará el desgaste de la cadena, el cassette y los platos.