Las piernas de la foto de la izquierda pertenecen al ciclista Pawel Poljanski durante sus vacaciones en La Toscana, mientras que las de la derecha muestran el impacto de las 16 primeras etapas del Tour de Francia de este año. La comparación, compartida por el propio ciclista en su cuenta de Instagram, refleja la extrema exigencia física de una gran vuelta por etapas. "Después de 16 etapas, creo que mis piernas parecen un poco cansadas", escribió Poljanski en la publicación.
Esta transformación es el resultado de la intensa exigencia del ciclismo profesional, donde los corredores pasan horas sobre sus bicicletas de carretera, acumulando kilómetros y desgaste muscular en cada etapa. Las grandes vueltas, como el Tour de Francia, son un verdadero desafío para la resistencia y recuperación de los ciclistas, quienes deben gestionar su esfuerzo al máximo para mantenerse competitivos.
Pero el desgaste no es exclusivo del ciclismo en carretera. En pruebas de resistencia extrema en bicicletas de montaña, como la Cape Epic o la Titan Desert, los ciclistas también experimentan un esfuerzo similar, enfrentándose a terrenos abruptos, cambios de altitud y condiciones climáticas adversas. Tanto en la montaña como en el asfalto, la clave para soportar este nivel de exigencia está en la preparación física, la recuperación y una planificación estratégica del entrenamiento.