¿Existe una bicicleta que sirva para todo tipo de superficie y distancia? Está claro que participar en una prueba de
cross country subiendo y bajando por el monte con una bicicleta de carretera no es lo más cómodo del mundo. De la misma manera, tenemos claro que una bicicleta de montaña no es lo más adecuado para hacer la Quebrantahuesos o simplemente salir de ruta por la carretera.
Pero últimamente parece que se está poniendo de moda una nueva categoría de bicicleta diseñada para combinar tanto tramos asfaltados como rodar por pistas de tierra y caminos sin asfaltar. Son las llamadas
bicicletas de gravel.
Esta nueva categoría está pensada para satisfacer las necesidades de quienes alternan la carretera con los caminos y pistas forestales. ¿Pero realmente las bicicletas de gravel sirven para todo o se trata de un invento de las marcas? ¿Para qué tipo de usuario es esta bicicleta? ¿Qué es lo que se puede y lo que no se puede hacer con ellas? ¿En qué se diferencia de otras bicicletas?
A continuación intentaré aclarar todas estas dudas basándome en mi experiencia.
¿Qué es el gravel?
El gravel es un concepto que nació en Estados Unidos, donde está ya implantado desde hace años. Básicamente, parte de la idea de mezclar la resistencia y la versatilidad en distintos terrenos de las bicicletas de ciclocross, con la comodidad de las
bicicletas de carretera de tipo endurance o gran fondo.
Las bicicletas de gravel no están ideadas para la competición, sino más bien están enfocadas a la aventura y diversión
Por ello se consigue una bicicleta que nos vale tanto para ir por carretera como por pistas de tierra, barro o terrenos algo más rotos, siempre desde el punto de vista del ocio, ya que, aunque empiecen a verse carreras y marchas de gravel, estas bicicletas no están ideadas para la competición, si no más bien están enfocadas a la aventura y diversión.
Ni el peso ligero ni la agresividad son los valores de esta bicicleta, pero sí la comodidad, con manillares más anchos, la estabilidad con mayores distancias entre ejes y un pedalier más bajo que las de ciclocross.
También ofrecen la posibilidad de montar cubiertas mucho más anchas gracias a un mayor paso por rueda tanto en el cuadro como en la horquilla, y además suelen estar preparadas con soportes especiales para el equipaje o alforjas, conocido hoy en día como b
ikepacking. De ahí que también se las conozca como bicicletas de aventura.
¿Por qué terrenos puedo ir con estas bicicletas?
Aquí nos encontramos con uno de los puntos fuertes de estas bicicletas, y es que gracias a su polivalencia y versatilidad nos proporcionan gran libertad a la hora de escoger nuestra ruta. Dan así un giro a este maravilloso deporte y nos hace plantearnos nuestras salidas desde un punto de vista completamente distinto a lo que estamos acostumbrados con las bicicletas de carretera o de montaña.
Podremos intercalar kilómetros por carretera, sin sentirnos excesivamente lastrados -a la presión adecuada las cubiertas gravel ruedan muy bien-, con pistas, caminos e incluso senderos, sintiendo una velocidad que no alcanzaremos con las bicicletas de montaña.
Marcas como Specialized, Canyon o Cannondale están implementando sistemas de amortiguación en sus bicicletas de gravel para hacerlas más cómodas
Aquí en España somos unos privilegiados por los kilómetros y kilómetros de caminos que son adecuados para las bicicletas de gravel, que si bien es verdad que
a priori su sitio perfecto puede ser la meseta con sus pistas de zahorra que conectan fincas y carreteras, el resto del país también está plagado de caminos ideales para esta disciplina.
¿Son más cómodas en caminos y senderos que las bicicletas de montaña?
La respuesta rápida es no. Las bicicletas de gravel no son más cómodas para rodar por caminos y senderos que las
mountain bikes. Y es que las irregularidades del terreno siempre las va a absorber mejor una bicicleta de montaña con sus amortiguadores, suspensiones y cubiertas más anchas y a menores presiones.
Pero esto no quiere decir que las bicis de gravel sean incómodas o duras. De hecho, hay muchas marcas que están implementando sistemas de amortiguación para ganar en confortabilidad, como por ejemplo, el sistema
Future Shock que lleva la Specialized Diverge.
Este sistema de suspensión para gravel consiste en un muelle dentro de la pipa de la dirección que absorbe las irregularidades del terreno.
Otro ejemplo es el innovador manillar
Gravel Cockpit y la tija
VCLS de las Canyon Grail de carbono, que hace que ambos flexen unos milímetros para mejorar la confortabilidad.
También hay otras marcas, como Cannondale, que están probando con sistemas de suspensión trasera actuando sobre los tirantes con un pivote de eje pasante.
Cabe indicar que ningún sistema de amortiguación para gravel, ya sea de suspensión delantera o trasera, contempla un recorrido mayor de los 30mm.
¿Es para mí el gravel?
Sin duda este es el punto más personal de todos. Lo primero que uno debería hacer es poner encima de la mesa con total sinceridad las cosan que más le gustan de la bicicleta, qué rutas son las que más disfruta, cuáles son las que suele hacer, de qué espacio dispone para guardar la bicicleta (¿otra bici más? ¡Imposible!), presupuesto, etc. A partir de ahí todo será más fácil para decidir y acertar.
Está claro que si lo tuyo es bajar trialeras a tumba abierta o si estás obsesionado con bajar 2 segundos el KOM de tu vecino en ese repecho mítico de carretera al lado de tu casa, la bici de gravel no va a ser tu mejor amiga y puede que la malvendas en unos meses por falta de uso.
Sin embargo, si lo tuyo no es meterte por caminos imposibles, ya que tu prioridad es la comodidad y quieres una bici que te valga para casi todo, puede que aquí tengas el aliado perfecto.
Por otro lado, aquí en España se estila mucho en los cicloturistas noveles el comprarse como primera bicicleta una de MTB con una horquilla que realmente no necesitan y montadas con unas cubiertas inadecuadas para el uso que le van a dar, como no salir de los 10 kilómetros de carretera alrededor de su casa o hacerse la senda verde que más cerca tengan.
Probablemente, lo que realmente cubriría sus necesidades sería una bicicleta de gravel montada con unos desarrollos acordes a su nivel y a la orografía en la que se mueva, en vez de una bicicleta de montaña.
Conclusiones sobre las bicicletas de gravel
De primeras podríamos pensar:
“¡Otro tipo de bicicleta más no, por favor! ¡Las marcas son el mal y solo quieren nuestro dinero creándonos necesidades desde los departamentos de marketing!”
Y es que últimamente parece que hay que tener una bicicleta específica para cada cosa que hagas. Quién sabe, igual próximamente sacan la bicicleta perfecta para ir a buscar el pan.
Pero el concepto de las bicicletas de gravel va mucho más allá, y es que gracias a las combinaciones que hay hoy en día de monoplato o doble plato, cassettes cada vez más grandes que nos dan más rangos de desarrollos, etc., se puede encontrar una configuración adecuada a cada persona y puede que se convierta en tu única bicicleta.
Por ejemplo, puedes tener dos juegos de ruedas, uno con unas cubiertas más anchas y taqueadas para cuando quieras hacer tus rutas gravel (sin renunciar a ello a las carreteras), camino de Santiago o lo que se te ocurra, y otras ruedas con cubiertas de carretera, para cuando quieras salir con tu colegas de grupeta.
Tanto si estás dispuesto a probarlas como si no, lo cierto es que las bicicletas de gravel han llegado para quedarse y darnos muchas alegrías a los ciclistas o cicloturistas más aventureros.