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Los 10 mejores ciclistas de la historia

Los 10 mejores ciclistas de la historia

Los mejores ciclistas de la historia: leyendas del ciclismo mundial

Todos los aficionados al ciclismo (al de carretera en este caso) nos lo hemos preguntado alguna vez: ¿Cuáles son los mejores ciclistas de la historia? Y la respuesta no es sencilla porque comparar ciclistas de distintas épocas es un ejercicio arriesgado. Por otro lado, aplicar un único criterio para medir los méritos de corredores que brillan en terrenos muy diferentes es igualmente injusto. La Historia está repleta de grandes velocistas, escaladores sublimes, enormes especialistas en Clásicas, infalibles corredores de grandes vueltas... ¿Qué tiene más valor? ¿Quién tiene más mérito? Complicada respuesta. Desde Tuvalum, compartimos aquí la nuestra con 10 de los corredores más legendarios.

Hemos de reconocer que otorgamos mucha importancia a los ciclistas que brillan en grandes vueltas por etapas. No en vano, históricamente han sido las carreras con más seguimiento y las más deseadas dentro del pelotón. Pero no es, ni mucho menos, el único criterio. En cualquier caso, son todos ellos son corredores que, de una manera u otra, han contribuido a engrandecer la historia del ciclismo. Los recordamos en orden cronológico.

Alfredo Binda (1902-1986): el aprendiz de yesero

Alfredo Binda es recordado por ser el primer ciclista en ganar cinco ediciones del Giro de Italia, además de tres títulos en el Campeonato del Mundo. Nació en Cittiglio (Italia), pero se mudó a Niza (Francia) siendo todavía un adolescente, donde encontró trabajo con su tío como aprendiz de yesero. En su tiempo libre, él y su hermano Primo pasaban el tiempo montando en bicicleta. El Giro de Italia de 1925 marcó un momento crucial en la carrera de Binda. Toda Italia esperaba la victoria de Costante Girardengo, que por aquel entonces era el auténtico ídolo de masas. Pero el joven debutante se interpuso en su camino. La victoria de Binda fue profundamente impopular entre los aficionados. Después de su derrota, Girardengo decidió continuar compitiendo para vencer a Binda, lo que provocó una fuerte rivalidad personal entre ambos.

En el Giro de 1927, Binda ganó 12 de las 15 etapas; y en 1929, ganó 8 etapas de forma consecutiva.
Tan dominante se volvió Binda que el organizador del Giro de Italia (el periódico La Gazzetta dello Sport) le ofreció 22.500 liras por renunciar a la edición de 1930 y tratar así de relanzar el interés por la prueba. El corredor de Cittiglio aceptó el soborno y decidió competir en el Tour de Francia, ganando dos etapas. No fue hasta 1932, con su tercer título de Campeón del Mundo en Roma, cuando los italianos comenzaron a sentir simpatía por él. Comenzaron a reconocerlo como lo que realmente era: el mejor ciclista hasta la fecha. Al retirarse, Binda pasó a dirigir la selección nacional italiana, promocionando a figuras de la talla de Fausto Coppi, Gino Bartali o Gastone Nencini.

Gino Bartali (1914-2000): el ciclista piadoso

Podríamos decir que Gino Bartali fue la primera estrella italiana vinculada al ciclismo. Un fenómeno no sólo deportivo, sino también social y político. Sus triunfos se remontan a los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Ganó el Giro de Italia en 1936 y 1937, además del Tour de Francia (1938). Bartali era una persona piadosa y afín al Vaticano. Durante la Segunda Guerra Mundial, participó en el rescate de cientos de judíos perseguidos por los nazis, que invadieron Italia a partir de 1943. En su bicicleta, transportaba documentación falta para que muchos escaparan al sur de Italia, que era territorio libre. Alejado de la competición por culpa del conflicto bélico, regresó tras siete años con más victorias en grandes vueltas. En 1946 ganó otra vez el Giro, derrotando a su mayor rival, Fausto Coppi. De hecho, fue durante años su principal oponente y juntos pasaron a formar parte de la leyenda del ciclismo italiano. En 1948, dos años después, lograba su segundo y último Tour de Francia, cuando ya casi nadie recordaba el primero. Fue un escalador excepcional y un atacante inmisericorde. Su palmarés puede ser menos completo que el de Hinault, Merckx o De Vlaeminck. Sin embargo, vivir una época tan difícil como la Segunda Guerra Mundial y ganar dos Tours con 10 años de diferencia entre ambos es, simplemente, extraordinario. Su estilo inimitable representó el tránsito entre la antigüedad y la era moderna del ciclismo.

Fausto Coppi (1919-1960): Il Campionissimo

Venerado todavía hoy en Italia, Fausto Coppi lo ganó casi todo: cinco ediciones del Giro de Italia (el primero, con sólo 20 años), dos ediciones del Tour de Francia y Campeón del Mundo en 1953. Logró el primer doblete Giro-Tour de la historia del ciclismo. Por tanto, no es casualidad que se ganara el sobrenombre de Campionissimo. Destacaba en casi todos los aspectos del ciclismo: escalaba como el mejor, era rápido y gran contrarrelojista. Lo que podríamos denominar, un ciclista imbatible. Coppi solía ganar con grandes diferencias sobre sus rivales. Su carrera coincidió con la Segunda Guerra Mundial, durante la que fue retenido como prisionero en el norte de África. Sin embargo, tuvo el gran mérito de triunfar antes y después de la contienda.

En la Milán-San Remo de 1946, Coppi atacó en la subida del Turchino, a 150 km de meta, y venció en solitario con 14 minutos de ventaja.
Coppi representaba la modernidad y se convirtió en un auténtico icono de la sociedad de su época, no sólo en Italia sino fuera de su país. Transformó el ciclismo profesional, aplicando nuevos métodos de entrenamiento e integrando aspectos como la dietética, la medicina deportiva, o la innovación tecnológica aplicada a las bicicletas. De hecho, fue el primero en utilizar un modelo más ligero para las pruebas contra el crono. Coleccionó todo tipo de triunfos. Fue Campeón del Mundo en 1953, se llevó el Giro de Lombardia cinco veces, fue tricampeón de la Milán-San Remo y Recordman de la Hora en 1942. Una marca de casi 46 km que no fue batida hasta 14 años después, por el gran Jacques Anquetil. El 2 de enero de 1960, Coppi fallecía por un ataque de malaria contraído durante un critérium en África unas semanas antes. Tenía 40 años. La historia de Fausto Coppi llegaba a su fin, pero la leyenda de Campionissimo comenzaba.

Felice Gimondi (1942-2019): El Fénix

Felice Gimondi, hijo de cartero y apodado El Fénix, es otro de los grandes del ciclismo italiano. Fue uno de los siete ciclistas capaces de vencer en tres ediciones del Tour de Francia. El primero de ellos, con 22 años, en su primera participación y en su primera temporada como profesional (1965). Hasta la victoria de Egan Bernal en 2019, Gimondi seguía siendo el ganador más joven del Tour tras la Segunda Guerra Mundial. Gimondi venció también en tres Giros de Italia (1967, 1969 y 1976), carrera en la que alcanzó un total de nuevo podios. Un registro inigualable. Fue el segundo corredor (después de Jacques Anquetil) en alzarse con la victoria en las tres grandes vueltas, logrando además 14 victorias parciales: 7 etapas en el Tour, 6 en el Giro y 1 etapa en la Vuelta.

Gimondi ganó el Tour de Francia 1965 sin estar seleccionado para disputarlo. Una baja inesperada en su equipo a última hora le permitió participar y hacerse con la victoria.
Muchos lo consideraban el sucesor del legendario Fausto Coppi. Sin embargo, al igual que otros muchos ciclistas profesionales que compitieron entre 1966 y 1976, Gimondi tuvo la mala suerte de competir cuando Eddy Merckx estaba en su mejor momento. A partir de 1968, la mayoría de sus grandes victorias se produjeron cuando Merckx estaba indispuesto (Giro de 1976) o ausente (Milán-San Remo 1974). En otras ocasiones, la sombra del dopaje provocó su descalificación, como ocurrió en el Giro de 1969 o el Giro de Lombardía de 1973. Tras la muerte de Gimondi, el supercampeón belga no dudó en reconocerlo como su rival más duro; en parte, porque era el que más se parecía a él.

Jacques Anquetil (1934-1987): el campeón elegante

Jacques Anquetil fue el primer corredor en ganar cinco ediciones del Tour de Francia (en 1957 y de 1961 a 1964), el primero en ganar los cinco Monumentos y el primero en ganar las tres grandes vueltas por etapas. Venció en ocho grandes vueltas durante su carrera, lo cual significó un récord hasta entonces, sólo superado después por Eddy Merckx y Bernard Hinault. Anquetil creció en una granja de Normandía donde se sembraban fresas. Era un corredor elegante que se expresaba bien en todos los terrenos, pero que contaba con un talento descomunal para luchar contra el crono. Prueba de ello es que fue capaz de vencer nueve veces en el Gran Premio de las Naciones, lo que hoy sería el Campeonato del Mundo Contrarreloj. Ello le dio el nombre de Monsieur Chrono. Sus victorias nunca fueron espectaculares, pero sí cuidadosamente planificadas y ejecutadas. Con precisión de cirujano. También supo salirse del guión en momentos puntuales. Antes del Tour de 1961, prometió que se haría con el maillot amarillo el primer día y que lo mantendría hasta el final. Y lo hizo. Algo extraordinario, teniendo en cuenta que sus máximos rivales eran Charly Gaul y Federico Bahamontes, vencedores de la prueba anteriormente. Anquetil compartió una histórica rivalidad con Raymond Poulidor durante su carrera. Y aunque Poulidor salía normalmente perdiendo y no alcanzaba el nivel de Anquetil, muchos franceses se sentían mucho más cercanos al eterno segundón, a ese espíritu sufridor y proclive a las desgracias. El normando era un corredor excelso, pero demasiado frío.

Eddy Merckx (1945-...): El Caníval

El belga Eddy Merckx fue la gran estrella del equipo Molteni.[/caption] Eddy Merckx era conocido como el El Caníbal por su hambre insaciable de victorias. Durante su carrera, el belga fue dominador del ciclismo profesional como ningún otro en la historia. Lo ganó prácticamente todo, por lo que es considerado por muchos como el mejor ciclista de todos los tiempos. Nadie ha logrado alcanzar su increíble cifra de 11 victorias en grandes vueltas (incluyendo 65 triunfos parciales), siendo el ciclista que ha ganado más etapas en el Tour de Francia (compartido con Mark Cavendish), con 34. En su debut en la Grande Boucle (1969), ganó 6 etapas, la general por puntos, el maillot de la montaña, el de la combinada y el premio a la combatividad. Por supuesto, también resultó vencedor final de la prueba.

Durante su carrera profesional, Eddy Merckx venció en una de cada tres carreras en las que participó.
Además de sus cinco victorias en la general del Tour, otras cinco en el Giro de Italia y una en la Vuelta a España, ganó los cinco Monumentos (las Clásicas de un día más prestigiosas del calendario), con mención especial para sus siete triunfos en la Milán-San Remo. Fue tres veces Campeón del Mundo y se alzó con la victoria en un sinfín de carreras. En 1972, estableció en México el Récord de la Hora en 49,4 km, una marca que no fue batida hasta 28 años después por Francesco Moser. Se retiró con la increíble cifra de 525 victorias. Un palmarés inigualable y un dato demoledor: Merckx venció el 30% de las carreras en las que participó. Aun y todo, su carrera pudo ser todavía más glorioso. En 1969 sufrió una fuerte caída en una prueba en pista disputada en Blois (Francia). A partir de ese día, tuvo que convivir con problemas de espalda que mermaron su rendimiento. Sus dos últimas victorias en grandes vueltas tuvieron lugar en 1974 (Giro y Tour). Ese mismo años se proclamó Campeón del Mundo por tercera vez, convirtiéndose en el primer corredor en alcanzar la Triple Corona. Tras su retirada, sólo Stephen Roche fue capaz de lograrlo, en 1987.

Roger de Vlaeminck (1947-...): Monsieur París-Roubaix

Roger de Vlaeminck fue uno de los mejores corredores de Clásicas de todos los tiempos. Es uno de los tres ciclistas (junto a Merckx y Rik Van Looy) que han ganado los cinco Monumentos. Pero fue en la París-Roubaix donde fraguó su leyenda, al llevarse el triunfo en cuatro ocasiones, solo igualado por Tom Boonen. Es considerado el mayor especialista de todos los tiempos en esta carrera. Apodado El Gitano por nacer en una familia de pañeros ambulantes, fue uno de los grandes ciclistas de la historia, pero siempre tuvo que luchar contra Eddy Merckx. La única ventaja de De Vlaeminck era su gran habilidad como ciclista de ciclocross. De hecho, ha sido uno de los pocos grandes corredores de ruta profesionales que también ha ganado campeonatos de ciclocross. En 1968 se hizo con el Campeonato Mundial Amateur; en 1975, venció en el Profesional. Sin duda, esta habilidad le ayudó a triunfar en la París-Roubaix y derrotar a Merckx en este terreno. Roger De Vlaeminck fue un ciclista ultracompleto. Decidido a emprender una carrera como futbolista, la bicicleta se cruzó en su camino y decidió probar. Y parece que la apuesta le salió bastante bien.

Bernard Hinault (1954-...): El Patrón

En 1978, un joven bretón llamado Bernard Hinault debutaba en el Tour de Francia y conseguía la victoria. Todo un anticipo de lo que vendría después. El mejor ciclista francés de la historia cuenta en su palmarés con cinco Tours de Francia, tres Giros de Italia, dos Vueltas a España y un Campeonato del Mundo, además de otras muchas carreras. Fue un ciclista de los grandes que lideró una generación de ciclistas, igual que lo hicieron antes corredores como Coppi, Anquetil o Merckx. Justo después de la Era Merckx, llegaba la Era Hinault. Si bien su dominio no fue tan abrumador, es una buena comparación. Hinault era un corredor supercompleto que atacaba constantemente. Apodado El Tejón, el francés era un tipo duro. Un ejemplo que lo define fue la Lieja-Bastogne-Lieja de 1980, donde la nieve y el frío provocó que abandonara la carrera casi todo el pelotón, excepto 21 ciclistas. Uno de ellos, Hinault, que llegó el primero a meta con más de 9 minutos de ventaja sobre el segundo clasificado.

Bernard Hinault solía referirse a la París-Roubaix como “una carrera de mierda”. Pero acudió para demostrar que podía ganarla; y la ganó.
Bernard Hinault era respetado por los ciclistas, pero temido por muchos por su temperamento. Era el auténtico Patrón del pelotón. Para el recuerdo quedará el plante de ciclistas que lideró en el Tour de 1978 para protestar contra las etapas de doble sector. Al final de la temporada 1986, se retiró para dedicarse a la agricultura y a la cría de vacas lecheras en su granja, junto a su primo René. También se integró en ASO, la empresa organizadora del Tour de Francia, con la que trabajó en cuestiones organizativas hasta 2016.

Sean Kelly (1956-...): de esprínter a ciclista total

Sean Kelly fue uno de los ciclistas más exitosos de la década de los ochenta y uno de los mejores clasicómanos de todos los tiempos. Fue un corredor todoterreno que se quedó muy cerca de las 200 victorias como profesional. Pocos pensaban que este irlandés, que trabajaba con su tractor en la campiña de Waterford, podría colarse entre los mejores ciclistas de la Historia. Aunque venció en una Vuelta a España, su verdadera especialidad eran las vueltas cortas y las pruebas de un día. Venció en nada menos que siete ediciones, ¡consecutivas!, de la París-Niza, además de ganar cuatro de los cinco Monumentos. Se le resistió el Tour de Flandes, donde fue tres años segundo.

En sólo una semana (tanto en 1984 como en 1986), Kelly fue capaz de enlazar un 2° puesto en Flandes, tres etapas y general en la Vuelta al País Vasco, y victoria en la París-Roubaix.

Kelly era un escalador de nivel medio, tirando a bueno, dotado de una punta de velocidad que le etiquetaba como favorito en casi todas las pruebas en las que participaba. En el Tour de Francia ganó el maillot de los puntos en cuatro ediciones y se clasificó cuatro veces entre los diez primeros de la clasificación general. Desde que el ranking UCI (con otras siglas) fuera introducido, en 1984, ocupó 6 años el primer puesto mundial. A pesar de sus éxitos, Sean Kelly nunca perdió su nobleza sobre la bicicleta. Educado, solitario, discreto... Su sencillez se ganó el aprecio de los aficionados.

 

Miguel Indurain (1964-...): El Extraterrestre tranquilo

Miguel Indurain fue un ciclista dotado de enorme potencia que destacó por su talento portentoso en contrarreloj. Su trayectoria estuvo claramente marcada por sus cinco victorias en el Tour de Francia, compartiendo esta marca con Eddy Merckx, Jacques Anquetil y Bernard Hinault. En cualquier caso, sólo Indurain lo consiguió en años consecutivos, entre 1991 y 1995. Ganó su primer Tour frente a Greg Lemond, el gran favorito aquel año. Un triunfo histórico que significaba la cuarta victoria para un español en la ronda gala, después de las de Bahamontes (1959), Ocaña (1973) y Delgado (1988). Venció dos veces en el Giro de Italia, siendo uno de los siete corredores que han sido capaces de alcanzar el doblete Giro-Tour. En 1994 batió el Récord de la Hora en 1994, con un registro de 53,040 km), y un año después se proclamó Campeón del Mundo Contrarreloj. Su último gran triunfo tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde ganó la medalla de oro olímpica en la prueba contra el crono. A pesar de su corpulencia, Indurain era un escalador notable, aunque poco amigo de exhibiciones, aun en sus mejores momentos. De hecho, su carácter tranquilo y su humildad despertaron casi tanta admiración como sus gestas sobre la bicicleta. Indurain, que se ganó el apodo de El Extraterrestre, solía fraguar sus victorias en una enorme superioridad contra el crono, lo que le permitía administrar buenas diferencias para manejarse en la montaña.  

Bien es cierto que no todos podemos ser igual de grandes que estas leyendas, pero algo tenemos en común: nos encanta el ciclismo de carretera. Si tú quieres sentirte un campéon o campeona sobre el sillín, no te pierdas nuestra sección de bicicletas de carretera reacondicionadas de segunda mano. Desafía tus límites y disfruta de las rutas en tu nueva bicicleta.

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