Que lo retro está de moda es innegable. Resucitan los discos de vinilos, florecen las tiendas que venden objetos vintage y hasta las antiguas consolas de videojuegos viven una segunda juventud. ¿Por qué no iba a ocurrir lo mismo en el deporte y, más en concreto, en el ciclismo?.
Los ciclistas siempre han sido respetuosos con la historia de su deporte, pero algunos aficionados han ido unos cuantos pasos más allá de discutir sobre qué etapa del Giro de Italia fue más mítica.
Las marchas cicloturistas clásicas llevan un tiempo instaladas en el calendario nacional de competiciones a las que merece la pena prestar atención, pero es ahora cuando se aprecia un mayor número de aficionados que se apuntan a ellas.
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¿Qué ingredientes tiene una marcha cicloturista clásica?
En primer lugar, olvídate de la competición. Deja en casa el cronómetro y no te preocupes por la clasificación. Lo que reina es la camaradería y las bicicletas antiguas, en algunos casos con más de 40 años encima.
Aquí no se trata de llegar el primero, sino de disfrutar del trayecto y de hacerlo sin prisa, paladeando cada metro de recorrido.
Eso sí, en estas competiciones clásicas prima el estilo, empezando por las propias bicicletas. De los cuadros de acero a las manetas de cambio en el cuadro, pasando por los pedales de rastrales, es posible ver toda una amalgama de tecnología que ha sido superada por sucesivas innovaciones, pero que conserva un encanto único.
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El estilo retro no se desprende de las bicicletas, sino que también lo hace de los protagonistas, que no dudan en lucir la vestimenta más genuina. Es posible ver maillots de equipos como los legendarios KAS, Fagor, Reynolds, Kelme o Teka.
Hay hasta quien porta él mismo los neumáticos de repuesto sobre los hombros, al más viejo estilo de los primeros participantes en las grandes vueltas. En este tipo de marchas se cuida hasta el más mínimo detalle, como las motocicletas de acompañamiento, que también son de época.
¿Y el avituallamiento? No esperes geles ni bebidas energéticas, aquí lo que se lleva son desde los alimentos de toda la vida, como la tortilla de patata, a los productos típicos de la zona, en muchos casos postres caseros. Tampoco te extrañes si, de repente, alguien te pasa una bota de vino.
¿Qué marchas cicloturistas clásicas se celebran en España?
Los amantes del sabor auténtico de este tipo de carreras tienen tres citas ineludibles que pueden marcar con color rojo en el calendario:
La Pedals de Clip
Tiene lugar en el mes de mayo en la localidad catalana de San Martí Sarroca, en la provincia de Barcelona. Cuenta con dos rutas, una de 70 kilómetros y otra de 46 kilómetros. No es solo una marcha cicloturista, sino que a su alrededor se organiza todo un programa de actividades que rinde homenaje a la bicicleta clásica, como exposiciones de antiguo material ciclista, exhibiciones de pintura con la misma temática, charlas, talleres, etc.
Además, se celebran coloquios con ciclistas del pasado y protagonistas vinculados de una u otra manera con el mundo de la bicicleta. Es común que participen en ella ex profesionales como Perico Delgado, Joan Llaneras o los hermanos Lejarreta.
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La Histórica
Cada mes de mayo se celebra, con comienzo y salida en la localidad soriana de Abejar, esta marcha cicloturista de 55 kilómetros que recorre varios pueblos con encanto de la provincia castellana.
Es obligada la visita al Museo del Ciclismo de Abejar y más que recomendable participar en los actos paralelos que acompañan a la carrera. Los participantes recorren caminos de tierra y vías sin asfaltar.
Para recuperar fuerzas, en los avituallamientos no faltan los tradicionales torreznos. Es común ver en la línea de salida a corredores históricos.
La Retrovisor
En septiembre, en Valdecilla-Medio Cudeyo (Cantabria) se dan un festín de nostalgia sobre ruedas gracias a una marcha en la que no se admiten bicicletas con menos de 25 años ni cambios en las manetas de frenos.
La distancia total es de 60 kms y el recorrido, que atraviesa el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, es en sí mismo un placer.
Sin necesidad de usar medidores de potencia, ni grupos de cambio electrónicos, ni cuadros de fibra de carbono, las marchas cicloturistas de estilo retro pasan por un gran momento de forma. Es otra forma de vivir el ciclismo con la vista puesta en las grandes gestas del pasado.