Hace tiempo que la indumentaria de los ciclistas dejó de ser un simple atuendo deportivo. Un arsenal de ropa técnica está al alcance de cualquiera que quiera adquirir prendas concebidas y fabricadas para favorecer el mayor rendimiento sin dejar de lado el diseño.
Lo que antes estaba solo al alcance de los máximos profesionales ha pasado a ser accesible para todo tipo de amantes del ciclismo que quieran entrenar y competir vistiendo accesorios de calidad. Los calcetines son un perfecto ejemplo de esa evolución.
Cualquiera que haya pasado unas cuantas horas dando pedales encima de una bicicleta sabe que hasta el más mínimo detalle de la bicicleta y del atuendo que portamos cobra enorme importancia.
Utilizar unos buenos calcetines es tan importante como usar unos buenos guantes o las gafas de sol apropiadas.
El ajuste del pie a la zapatilla, clave
Sí, la zapatilla toma contacto con la bicicleta gracias, en la mayoría de los casos, a los pedales automáticos. ¿Pero qué es lo que permite que el pie se aloje sin dificultad en ella? Correcto, nuestros calcetines.
Esa importancia del ajuste es determinante para hacer eficiente cada una de nuestras pedaladas, pero también
es clave para evitar fricciones y las temidas ampollas. En la actualidad la gran mayoría de los calcetines de ciclismo no tienen costuras precisamente para evitar los efectos del rozamiento constante en distintas partes del pie.
Son los encargados de la transpiración
Nuestros pies son una de las partes del cuerpo que cuenta con más glándulas sudoríparas (unas 250.000 en cada uno, si tienes curiosidad por el dato). Por eso estas extremidades se llevan una de las peores partes durante las largas jornadas de pedaleo.
El exceso de humedad puede causar problemas como la formación de ampollas.
Si a la emisión de sudor se le suma el calor generado en el interior de la zapatilla por la fuerza con la que se imprime en el pedaleo, entendemos por qué
es fundamental que nuestros calcetines de ciclismo ofrezcan una buena transpiración.
El exceso de humedad puede causar problemas como la formación de ampollas y provocar incomodidad en combinación con las zapatillas de ciclismo. Por tanto, no es extraño que las marcas pongan un gran énfasis en garantizar que sus calcetines resultan efectivos para mantener el pie seco.
El control de la humedad puede lograrse con fibras naturales y sintéticas, pero son estas últimas las más comunes. La capacidad de tener concentraciones más altas de fibras hidrofóbicas (aquellas que repelen la humedad) permite que el calcetín maneje el sudor de manera mucho más eficiente. Mientras que las fibras naturales, como la lana merino, suelen ofrecer niveles de retención de humedad notables (en torno al 7%), hay fibras sintéticas que no pasan del 1 %.
Las fibras sintéticas, ligeras y a prueba de bacterias
Las fibras sintéticas con las que se fabrica hoy la inmensa mayoría de los calcetines de ciclismo supera en prestaciones a las naturales. Más ligeros y con mayor efecto de transpiración debido a que sus fibras son hidrofóbicas, el poliéster y el nylon son grandes aliados de la práctica deportiva.
Aunque son muy absorbentes,
tienen la ventaja de que no acumulan el sudor y mantienen los pies secos, lo que ayuda a conservar el calor de los pies.
Otra de las ventajas de las fibras sintéticas es que evitan la proliferación de hongos y bacterias. Si, después de una larga jornada ciclista, te retiras los calcetines y apenas aprecias mal olor, échales la culpa a ellas.
Calcetines de lana para el invierno
Los calcetines de ciclismo hechos de lana merino son la mejor opción para tus pedaladas en climas fríos. Es un gran aislante, pero también resulta ligero y suave, lo que lo contribuye a un ajuste perfecto para las zapatillas de ciclismo. La fibra de la lana atrapa el aire entrante y bloquea el frío antes de que llegue a tus pies. Asimismo, regula la temperatura de tu cuerpo al absorber y luego evaporar la humedad.
Por otra parte, la lanolina que contiene la lana merino actúa como un repelente de bacterias, por lo que los calcetines fabricados con este material no tendrán mal olor después del uso. En definitiva, un material de muy buen rendimiento para la práctica ciclista.
Menos acolchado, mejor
Los calcetines para ciclistas se crean pensando en las zapatos de ciclismo: deben ser delgados y abrazar el pie. En general, los calcetines acolchados no funcionan bien.
Algunos calcetines deportivos, como los que se usan para correr, cuentan con un acolchado generoso estratégicamente colocado en todo el calcetín para ayudar con la absorción de impactos.
En general, los calcetines acolchados no funcionan bien en combinación con las zapatillas de ciclismo.
Sin embargo, en ciclismo las cosas son algo diferentes. Al andar en bicicleta, el pie se coloca en una posición única y estable, por lo que los calcetines más delgados y ajustados son más beneficiosos. Ello permite que las características técnicas del calcetín funcionen de la mejor manera posible.
Lo que se busca es un pedaleo lo más eficiente posible, permitiendo ahorrar energía valiosa al proporcionar una mayor respuesta táctil y, como resultado, una mejor transferencia de potencia.
Los calcetines excesivamente acolchados, o el exceso de movimiento de los pies dentro de la zapatillas, suelen ser los culpables de ampollas y otras molestias.
La altura adecuada
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Imagen: Getty Images.[/caption]
En su normativa, La UCI introdujo una regla en 2018 que exige que la altura máxima del calcetín no supere "la mitad de la distancia entre la mitad del maléolo lateral y la mitad de la cabeza del peroné". Para entendernos, sin llegar a cubrir la mitad de la pantorrilla (más o menos). Y ello, para evitar cualquier tipo de ganancia marginal de potencia.
Para quienes no somos profesionales, la altura ideal dependerá de nuestras preferencias personales y, por qué negarlo, de la moda. Las opciones en el mercado son diversas. Existen calcetines de ciclismo que apenas asoman por debajo del tobillo. Los hay de caña baja (unos 14 cm), de media caña (18 cm), de caña alta (23 cm) y de caña muy alta (30 cm). En la actualidad, los calcetines tobilleros ya no se estilan, siendo los de media caña y caña alta los más demandados por los ciclista que quieren estar a la última.
Un complemento divertido
Los calcetines de ciclismo son una buena manera de divertirte y mostrar personalidad. Puede ser tentador priorizar la originalidad al elegir calcetines de ciclismo, pero el estilo nunca debe prevalecer sobre la calidad, la comodidad o el rendimiento. Afortunadamente, muchos calcetines de ciclismo cumplen con todos los criterios de rendimiento, al tiempo que marcan tendencia en cuestión de moda.
La regla general es que tus calcetines de ciclismo pueden ser de cualquier color o patrón, siempre que no desentonen con el resto de tu equipación ciclista. Hay quien opta por comprarlos en colores flúor, pero digamos que las tendencias no caminan en esa dirección. Esto no significa que tus calcetines no destaquen. De hecho, bien escogidos, pueden ser la mejor maneras de agregar dinamismo a tu
look.
¿Y las medias de compresión?
Las medias que comprimen de forma constante las piernas hasta la rodilla o hasta la cadera (según el modelo) llegaron hace unos años hasta el ciclismo procedentes del mundo del running.
Cuentan con partidarios, que defienden que favorece el riego sanguíneo y ayuda a la recuperación de los músculos porque contribuye a que llegue más oxigeno a éstos. Pero a este accesorio textil tampoco le faltan los detractores, que no confían en sus supuestas propiedades de la prenda y achacan los beneficios, o supuestos beneficios, al efecto placebo.
Lo cierto es que no existen estudios científicos que relacionen su uso con mejoras medibles, aunque sí cabe la posibilidad de que ayuden a ciclistas con problemas específicos de circulación en las piernas.