Las
bicicletas de Gravel están de moda. Son divertidas, versátiles y permiten disfrutar de rutas por pistas de tierra y caminos sin asfaltar. Esto puede llevar a más de uno a preguntarse si una gravel puede sustituir a una mountain bike. Si es tu caso, quizás te interese leer lo que tengo que decirte.
Antes de continuar, es preciso aclarar que éste es un post de pura opinión, basado en mi experiencia utilizando una bicicleta de gravel en todo tipo de terrenos, incluyendo pruebas de mountain bike.
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Voy a poner especial énfasis en el uso que he hecho de ella en zonas más técnicas, rutas pensadas para bicicletas de montaña, ya sean
hardtail o de
doble suspensión.
En primer lugar, la bicicleta de gravel que utilicé fue una Canyon Grail CF 8.0 con las siguientes características:
- Transmisión SRAM Force mecánico.
- Desarrollo 1x11 con monoplato 42T y piñonera 10-42.
- Frenos de disco hidráulicos de 160mm.
- Manillar específico de Canyon para gravel con doble altura, pensado para subidas (agarre arriba), bajadas (agarre medio) y llano (abarre abajo).
- Cubiertas Schwalbe de 40mm, con mucho taqueado. Hablamos de cubiertas ligeras pero delicadas.
Utilicé la bicicleta durante cinco semanas, combinando el gravel con la carretera. Dejé aparcada mi bicicleta de montaña Canyon Exceed para prepararme técnicamente para realizar la Marcha BTT Puro Singletrack con la bicicleta de gravel.
Ésta es una marcha de mountain bike que se celebra en Carbonero El Mayor (Segovia), sobre un trazado de 66 kilómetros y 1.300 metros de desnivel acumulado. El terreno está configurado con pistas y senderos rápidos, algunas trialeras y muchos muros cortos, con pendientes de más del 15%.
Durante las semanas previas a la prueba hice dos tipos de rutas con la gravel: carretera más pistas, y pistas más zonas técnicas. La idea era dominar la bicicleta de cara a afrontar el reto con garantías.
"Rodando con una bicicleta de gravel por pistas te sientes como Van der Poel compitiendo contra juveniles"
Rendimiento sobre pistas y carretera
En este terreno es donde mejor se desenvuelve una Gravel. Ya que por el tipo de terreno no tenemos necesidad de bajar presiones en los neumáticos, no apreciamos lastre alguno en carretera.
No se puede comparar a la sensación de afrontar un falso llano al 3% con una bicicleta de tipo aero, pero se va medianamente rápido. Las sensaciones son buenas.
En pista es donde una Gravel marca la diferencia, y no me refiero solamente a la velocidad, sino a la sensación de ir rápido. Acostumbrados a ir a 20kmh con una bici de montaña, con una Gravel podemos llegar fácilmente a los 30kmh, y la sensación que produce esta diferencia de velocidad es indescriptible. Te sientes Van der Poel compitiendo contra juveniles. Una pasada.
Por otro lado, tenemos la comodidad. Las Gravel presentan una geometría gran fondo. La postura es más relajada que en una
bicicleta racing de carretera, o que en una de Ciclocross. Por ello, en pistas y carretera podemos comer kilómetros y kilómetros sin sentir fatiga en hombros y espalda.
Rendimiento por zonas técnicas
En lo que respecta a rodar por trazados técnicos, todo depende de la técnica del ciclista. Si bien una bicicleta de gravel no ha sido concebida para bajar trialeras, éstas sí se pueden afrontar con garantías.
En mi caso, al vivir en Asturias, donde el
mountainbike es, digamos, técnico, sí puedo decir que mis capacidades a la hora de subir y bajar zonas complicadas son buenas. No me considero un ciclista con unas habilidades a destacar, pero todo lo que me encuentro lo suelo subir o bajar, según toque. Es algo que simplemente se consigue con práctica.
Durante las semanas que tuve la Canyon Grail hice tres rutas bastante técnicas, con subidas en repechos llegando al 20% y con trialeras. Zonas de barro, zonas de piedras grandes (bolos) y zonas de raíces. Un poco de todo, y todo para bicicleta de montaña, incluso de doble suspensión.
Rendimiento en una prueba de MTB
Podéis ver lo que sucedió corriendo la Marcha BTT Puro Singletrack con una bicicleta de gravel en el siguiente vídeo:
https://youtu.be/zWw6Am8fezg
A continuación describo las conclusiones que saqué tras afrontar la prueba con la Canyon Grail.
El carbono es muy muy resistente. Yo peso 86kg y mido 182, y con una Grail CF talla M he afrontado bajadas muy muy rápidas en pista rota y con piedras y rocas, donde la bici no generaba inseguridad o inestabilidad alguna.
Las presiones deben ser bajas, en torno a 2 bar para mi peso. Por encima se genera un rebote muy molesto, y por debajo corremos el riesgo de
besar la llanta. Un
mousse tipo Panzer puede ser una buena opción en este tipo de bicis.
Tubeless sí o sí. En mi caso, con las cubiertas de Schwalbe tuve un par de pinchazos. Nada serio, así que el líquido antipinchazos hizo su trabajo. Es cierto que en la Puro Singletrack rajé la cubierta con un trozo de pizarra, pero bueno, podemos decir que podría haberle pasado a cualquiera.
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Subiendo es un infierno, el desarrollo es muy muy limitado. Equivaldría a un Eagle 1x12 con plato de 34 dientes y 10-50 en la piñonera, donde no podemos usar los dos piñones más grandes. Esto es, un 10-36. Muy mal en zonas muy empinadas y técnicas. Con un plato de 38 dientes sería suficiente, aunque en un falso llano hacia abajo por carretera, te puedes despedir de tus amigos.
Manejo de la bici en trialeras: las bajadas siempre se afrontan agarrado en la zona media del manillar. El asunto es tener siempre el dedo índice en el freno, a medio accionar. Si nos agarramos arriba, es imposible frenar con garantías.
Y pensarás viendo la foto: ¿y qué pasa con la postura? ¿Cómo afrontas una bajada al 30%? Pues por absurdo que parezca, se baja bastante bien, aunque no rápido. La técnica a emplear es pasar el sillín entre las piernas y apoyar el estómago en éste. Así conseguimos el balance de pesos correcto y llevamos la bici al sitio. Yo en ningún caso me sentí salir por encima del manillar, cosa que sí me ha sucedido en un par de ocasiones con bicicletas de montaña
hardtail (suspensión delantera) y sin tija telescópica.
Conclusiones generales
Como ya he indicado en anteriores párrafos,
con una bicicleta de gravel con generosos neumáticos y las presiones adecuadas podemos afrontar todo tipo de terrenos con seguridad, siempre y cuando nuestras habilidades acompañen. Ahora, el problema es otro: disfrutar.
Según compañero Edu, “en esas rutas técnicas y en la Puro Singletrack, con una bici de montaña lo hubieses pasado mucho mejor”. He de darle la razón.
Una trialera con una bici de gravel se puede bajar, pero con una bici de montaña, se disfruta. Una subida técnica al 20% con una bici de montaña se sube, pero con una de gravel no.