Si hay algo con lo que un
globero puede soñar es con compartir ruta y hotel con alguno de sus ídolos. Si se llaman Gilbert o Alaphilippe mucho mejor, pero si es el Quick Step casi al completo y con invitación a su hotel de concentración, se convierte todo en casi un cuento de hadas.
Eso fue lo que pudimos vivir los del Team Ciclored. Quick Step nos llevó a su Campus de Entrenamiento en la Costa Blanca en enero para que viviésemos en primera persona cómo entrenan y como es el día a día de la preparación de la temporada. También para experimentar algunos de lo sacrificios que se exigen para poder rodar en un pelotón profesional.
Pero vamos paso a paso. ¿Cómo es una jornada de preparación de un equipo profesional?
El primer reto del día es el desayuno
Por la mañana, lo primero es resistirse al
buffet libre del desayuno. Una tarea difícil teniendo en cuenta que había como un centenar de tipos de comida diferentes. Y ver cómo los profesionales lo hacían sin cara de resignación.
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En el hotel, con Fernando Gaviria[/caption]
Es fácil dejarse llevar por la disponibilidad de tanta comida y coger kilos a pesar de entrenar 3 y 4 horas diarias. No resulta fácil vivir de hotel en hotel cuando necesitas cuidad tu alimentación para mantenerte en tu peso ideal. Yo, como buen
globero, acabé sucumbiendo con algún
croissant de más.
Ejercicios antes de tomar el primer café
Para la mayoría de los ciclistas profesionales el entrenamiento comienza antes de desayunar, realizando series de estiramientos y ejercicio. Hace años había ejercicios que no se tenían en cuenta para entrenar en ciclismo. Hoy, en cambio, son la base para prevenir lesiones por sobreesfuerzo. Hablamos de ejercitar el
core y hacer planchas, sentadillas y estiramientos.
Después de esta primera rutina de entrenamiento y de desayunar, a las 10h. llega la hora de subirse a la bicicleta. Previamente ésta ha pasado por las manos de los mecánicos. En la concentración del Quick Step hay hasta media docena de ellos que se encargan de realizar los ajustes de última hora antes de cada salida.
Durante las concentraciones, los ciclistas reparten las tardes entre sesiones de masaje y charlas técnicas para seguir aprendiendo
Las bicicletas de Quick Step son Specialized y llama la atención lo limpias que están, colocadas al milímetro por el equipo de mecánicos. Los días en los que estuvimos el equipo realizaba sesiones de pruebas, y cada ciclista contaba con tres modelos de bici: las ultraligeras para las jornadas de alta montaña, las aero para las rutas llanas, y las de contrarreloj para los días de entrenamiento especial con crono.
A rueda con los profesionales
El Quick Step tiene esta temporada 27 corredores en nómina. En el
stage al que acudimos faltaban los 6 que se encontraban compitiendo en el Tour Down Under de Australia -entre ellos Enric Mas-, los 3 sudamericanos que andaban preparando la Vuelta a San Juan, más los 4 que estaban haciendo Seis Días en Holanda.
A pesar de estas ausencias, la nómina de ciclistas profesionales presentes en el stage no estaba nada mal para un
globero friki como yo. Te puedes hacer fotos con Gilbert y con Alaphilippe o charlar con Jungels y Gaviria con toda naturalidad.
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A punto de iniciar la sesión de entrenamiento[/caption]
Con esta
grupetta de grandes corredores, más los Serry, Vakoc, Keisse, De Clerq, Lampaert, Senechal, Martinelli y compañía, se hacía difícil tirar del grupo. Así que tocaba ir a rueda y a disfrutar de un ritmo constante.
Masajes y aprendizaje continuo
Tras comprobar lo difícil que es seguir el ritmo con ciclistas de este nivel, toca comida para recuperar mientras los mecánicos siguen ajustando las bicicletas del equipo. Ese día había una sesión de presentación con la prensa, pero no es lo habitual en las jornadas de entrenamiento del Quick Step.
Lo normal es que las tardes de un campus de entrenamiento se dividan en sesiones de masaje (hasta 4 masajistas se había traído el equipo), pruebas de material y charlas sobre biomecánica y datos. Una parte muy importante del entrenamiento de un ciclista es aprender, no sólo dar pedales.