Engrasar o lubricar la cadena de tu bicicleta es una operación de mantenimiento básico que no debes olvidar. Deberás hacerlo con frecuencia para que el funcionamiento de la transmisión sea el correcto y alargues la vida útil de la propia cadena, coronas y platos.
A la hora de elegir el lubricante ideal los ciclistas están divididos entre partidarios del aceite o los de la cera. Adelantamos ya que ninguno de estos productos es claramente mejor que el otro. La elección dependerá del uso que le des a tu bicicleta, el tipo de terreno por donde ruedes y del estado de la cadena, si seca o húmeda. En precio ambos están a la par, por lo que no sería un factor determinante.
Así pues, es hora de entrar en detalle y explicar la composición, propiedades, ventajas e inconvenientes de la cera y el aceite a la hora de engrasar la cadena.
Cera para la cadena: propiedades, pros y contras
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Imagen: Daniel Race[/caption]
El lubricante de cera, también llamado lubricante seco, se compone fundamentalmente de agua y partículas cerámicas y su color característico es el blanco. Al aplicarlo sobre la cadena la base acuosa se va evaporando mientras que la parte cerámica se queda pegada en las diferentes partes de la cadena. Estas partículas forman una película protectora invisible que repele el polvo y reduce la fricción al contacto con los dientes de los platos.
Al usar una base de agua, la cera es biodegradable y por tanto respetuosa con el medio ambiente.
Ventajas de la cera
Gran repelente de polvo y barro: la cera evita en la mayoría de casos que las partículas de polvo o de barro queden adheridas en la cadena y aceleren así el desgaste de la misma y de los platos, debido a la fricción.
Deja la cadena más limpia: al ser un gran protector ante la acción del polvo o la suciedad, la cadena acumulará menos suciedad una vez acabes la ruta y su limpieza será mucho más sencilla que si usas aceite.
Penetra en todas las partes de la cadena: la menor densidad de la cera, gracias a su base acuosa, permite que las partículas cerámicas penetren muy a fondo en el interior de los eslabones y las pequeñas piezas como los pasadores, etc.
Inconvenientes de la cera
Poca resistencia al agua: al tener menos densidad, la cera es menos resistente a la humedad, aunque puede soportar una ruta en mojado sin grandes incidencias. Es un lubricante muy recomendado si vives en una región seca o para tus rutas de verano. Asimismo,
si lavas tu bici con agua deberás volver a engrasarla completamente, ya que la mayor parte de la cera habrá desaparecido.
Durabilidad limitada: esta mayor volatilidad del lubricante hace que sea necesario lubricar la cadena más a menudo, mínimo cada dos salidas o cada 70 km si no has lavado en ese tiempo la bicicleta.
Necesario engrasar la cadena con antelación: para que la cera sea efectiva deberás aplicarla en la cadena el día anterior a tu salida. Si no es posible, al menos 20 minutos antes de comenzar la ruta. Esto dará tiempo al líquido a evaporarse y a que las partículas protectoras se adhieran bien al metal de la cadena, evitando que se pierdan.
Aceite para la cadena: propiedades, pros y contras
La base de este lubricante para la cadena es precisamente aceite, como su nombre indica. En el mercado se ofrece en dos versiones: para cadena seca o mojada. La primera posee menos aceite y se mezcla con teflón, por lo que es menos denso y de color más transparente. Esta composición hace que retenga menos polvo y suciedad que la versión de aceite en mojado.
El segundo tipo tiene mayor concentración de aceite, es más viscoso y su color es entre azul y verde. Su mayor densidad permite proteger mejor la cadena del agua. Así se evita que con el paso del tiempo los engranajes de la cadena se oxiden prematuramente.
Ventajas del aceite
Lubricante de larga duración: al contrario que la cera, el aceite queda adherido a la cadena durante mucho más tiempo, prolongando la lubricación incluso después de la lavarla con agua.
Resistente al agua: ambos aceites repelen muy bien el agua, sobre todo el de mojado. Es posible realizar una ruta de larga distancia con la cadena mojada sin problemas de fricción. Eso sí, una vez acabada la ruta será recomendable limpiarla, secarla y volver a engrasar, sobre todo porque habrá atraído suciedad, partículas de barro, etc.
Efectiva al instante: al contrario que la cera, no requiere esperar unas horas para que se seque el líquido y pueda ser efectiva la lubricación. En el momento que aplicas el aceite por la cadena y lo repartes un poco girando las bielas y cambiando coronas, ya es posible rodar.
Inconvenientes del aceite
Retiene más el polvo o el barro: debido a su mayor densidad y viscosidad, el polvo y el barro se pegan más fácilmente a la cadena. En rutas con carreteras o caminos polvorientos, la acumulación de suciedad puede provocar que la cadena gire con mayor fricción, no obteniendo la suavidad de movimiento deseada y provocando mayor desgaste tanto de ésta como de los platos y coronas.
Ensucia más la cadena: el aceite, especialmente si es denso para cadenas mojadas, es capaz de retener y acumular una gran cantidad de suciedad (polvo, barro, etc.), por lo que se hace necesario limpiar a fondo con agua (o con ayuda de un desengrasante) cadena, corona, platos y roldanas, para que la mezcla entre aceite y polvo no se quede impregnada y se solidifique entre los dientes.
Efectiva dependiendo del estado de la cadena: aunque en los últimos años han surgido aceites especiales que mezclan propiedades tanto para seco como para mojado, lo cierto es que en general es más efectivo adquirir el aceite más adecuado en función del terreno y de las condiciones en las que habitualmente montes, bien en seco o bien en mojado.
Conclusiones: ¿cuál es el lubricante ideal para mi cadena?
Tu elección dependerá de la frecuencia de uso de la bicicleta y del estado en el que estará tu cadena la mayor parte del tiempo, si seca o mojada. Si sales a rodar con frecuencia por terreno seco, lo más adecuado será engrasar la cadena con lubricante de cera, más efectivo en estas condiciones, aunque su duración será algo menor.
En cambio, si realizas rutas por terreno mojado o tu zona es de lluvias frecuentes, te aconsejamos optar por el aceite. Esta opción también se recomienda si sales de ruta o entrenas de forma esporádica, por el mayor tiempo de permanencia del aceite en la superficie de la cadena.
Por último, y si atendemos a la modalidad ciclista practicada, un lubricante de cera puede resultar más conveniente si practicas mountain bike, puesto que repele mejor el barro y el polvo y su durabilidad limitada se adapta a la menor duración de las rutas. En cambio el aceite, por su protección más duradera, se puede adaptar mejor al ciclismo de carretera. Además, la cantidad de polvo o barro a la que está expuesta es mucho menor en el asfalto que en los caminos de tierra.