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Diferencias entre las bicis de gravel y las bicis de montaña

Diferencias entre las bicis de gravel y las bicis de montaña

¿Cuáles son las diferencias entre una bicicleta de gravel y una bici de montaña o MTB? Puede ser una cuestión difícil de comprender para ciclistas noveles, ya que ambas comparten muchas características. Las bicicletas de gravel están pensadas para ofrecer buen rendimiento sobre terreno accidentado, pero no extremo, tanto fuera como dentro del asfalto. Lo mismo sirven para caminos de tierra que para pistas o tramos de asfalto. No siempre es fácil definir qué es gravel y qué no, pero sabemos una cosa con certeza: las bicicletas de gravel no son bicicletas de montaña. [irp posts="3350" name="¿Para qué sirve realmente una bicicleta de gravel?"] Las bicis de MTB están fabricadas para un pilotaje mucho más todoterreno. Dotadas de suspensión (sí, ya sabemos que algunas bicis de gravel comienzan a emplearla), manillar recto y una geometría particular, las bicicletas de montaña son capaces de enfrentarse a una mayor variedad de terrenos en comparación con las bicicletas de gravel. Aunque las bicis de gravel pueden desenvolverse off-road con buenas prestaciones, no son adecuadas para descensos rocosos, trialeras o senderos empinados sembrados de raíces. Sus neumáticos más estrechos y la falta de suspensión son factores que juegan en contra. [caption id="attachment_9122" align="alignnone" width="744"]Bicicleta de gravel (Imagen: Getty)[/caption] Las bicicletas de gravel tienen otras fortalezas. Son rápidas. Con neumáticos de poco dibujo inflados a unos 3 kg, la mayoría de las bicicletas de gravel pueden rodar casi tan rápido como una bicicleta de carretera. Sus cuadros son ligeros y ágiles, y la sensación sobre el asfalto es muy similar. Los manillares con caída y una geometría con cierto toque racing ayudan en este sentido. Es una sensación muy divertida navegar con una gravel por una pista a toda velocidad y sentir, al mismo tiempo, un agarre que recuerda al de las bicicletas de montaña. En lo que respecta a la competición, el ciclismo de montaña está mucho más consolidado que las carreras de gravel, que todavía están dando sus primeros pasos. Las competiciones internacionales de MTB existen desde hace décadas, e incluyen carreras masculinas y femeninas en múltiples modalidades, como Cross-Country (STXC), Maratón, Enduro y Descenso. Las carreras de gravel, por su parte, dan sus primeros pasos y tienen más que ver con la ultrarresistencia. Las competiciones más populares del mundo suelen durar entre 5 y 10 horas, con recorridos por encima de los 300 km y los 3.000 m de desnivel. Muchos de los mejores ciclistas de gravel del mundo, al menos por ahora, han sido -o son- profesionales del WorldTour: Laurens ten Dam, Thomas Dekker, Peter Stetina, Ted King... Competición al margen, la popularidad del gravel despegó como un cohete hace sólo unos años. Millones de ciclistas de todo el mundo se lanzaron a la compra de bicicletas, pero en muchos casos sin saber realmente lo que estaban buscando. Aquí te presentamos algunas similitudes y diferencias entre las bicicletas de gravel y las bicicletas de montaña.

Ruedas y neumáticos

Una de las características que definen a las bicicletas de gravel es la amplitud del paso de rueda, que en muchos casos permite montar cubiertas de hasta 50 mm. De este modo, permiten rodar con una enorme variedad de neumáticos. De hecho, es habitual que los ciclistas de gravel de élite cambien unos u otros en función del terreno y la dificultad técnica de las carreras. En cualquier caso, los neumáticos de bicicleta de montaña juegan en otra liga si los comparamos con los neumáticos de gravel de máximo rendimiento. Los primeros están diseñados para hacer frente a senderos bacheados, raíces, piedras y rocas, etc. Las cubiertas para MTB son significativamente más anchas (a partir de 2,2" suele ser lo habitual) y a menudo utilizan bandas de rodadura más pronunciadas para la tracción en el barro. Además, son mucho más gruesos y pueden incluir flancos con protección antipinchazos.
Los neumáticos de bicicleta de montaña juegan en otra liga si los comparamos con los neumáticos de gravel de máximo rendimiento.
Aunque pueda parecer que una bici de gravel con neumáticos anchos y tacos es capaz de afrontar senderos ratoneros, realmente está mucho menos protegida contra los pinchazos que un neumático de bicicleta de montaña.

Marchas y frenos

En realidad, existen bastantes similitudes entre las bicicletas de gravel y las de montaña en lo que se refiere a cambios y frenos. De hecho, las bicis de gravel han ido adoptando cada vez más tecnologías que antes eran territorio exclusivo del MTB. Las transmisiones monoplato o los frenos de disco son dos ejemplos clásicos. Existen infinidad de opciones de cambios tanto para las bicicletas de gravel como para las de montaña, y puedes encontrar configuraciones que incluyen uno, dos, o incluso tres platos. El mundo del gravel sigue estando bastante dividido en lo que respecta a las configuraciones 1x o 2x. Normalmente, la elección depende del lugar por el que se circule. Si vives en una llanura, probablemente no necesites una configuración 2x con un cassette enorme. Pero si te gusta darte caña en subidas del 20%, buscarás el mayor rango de marcha posible. Transmisión de una bicicleta de gravel En las bicicletas de montaña la configuración 1x es ya un estándar. Los fabricantes de componentes han sido capaces de diseñar un enorme rango de coronas en el cassette (de 10 a 50 dientes, por ejemplo), lo que permite adoptar siempre la marcha correcta; da igual que vayas a 8 km/h o a 35 km/h. Mucho antes de que el ciclismo de carretera resolviera sobre la cuestión de los frenos de discos hidráulicos, estos ya eran la opción preferida en MTB. Ofrecen una potencia, modulación y durabilidad muy superiores en caminos y senderos. Las bicicletas de gravel recogieron el testigo desde sus comienzos.

Geometría del cuadro

A simple vista (y sólo a simple vista), las bicicletas de gravel están diseñadas de forma muy parecida a las bicicletas de carretera. El ciclista adopta sobre ellas una posición que guarda un equilibrio entre aerodinámica y comodidad: ni muy erguida, ni muy aero. En general, las bicicletas de gravel son más cortas que las de montaña, que tienen ángulos de dirección más flojos y distancias entre ejes más largas. [irp posts="9684" name="Geometría de la bici de gravel: ¿Diferente a una de carretera?"] Los modelos de MTB están diseñados para terrenos técnicos. Un reach más largo las hace más estables a velocidad, especialmente en terrenos abruptos. El ángulo de dirección más cerrado ayuda a mantener equilibrado el centro de gravedad del ciclista en los descensos pronunciados, mientras que las potencias cortas y los manillares anchos mejoran el efecto de palanca y la maniobrabilidad. Estos manillares rectos de las bicicletas de montaña también mejoran el agarre y la estabilidad en los saltos o en los terrenos técnicos, donde un mayor efecto de palanca resulta beneficioso.

Suspensiones

En general, una bici de gravel convencional no monta suspensiones, aunque algunas sí que las llevan. Sin embargo, aun montándolas, cuentan con un recorrido mucho más corto que el de una bicicleta de montaña. Puede haber modelos de gravel con 20-30 mm, que poco tienen que ver con modelos enduro de montaña de 140 o 170 mm. A diferencia de las bicis de gravel, la mayor parte de las mountain bikes del mercado se dividen en dos categorías: las rígidas (o semirrígidas, para ser más precisos), con suspensión en la horquilla, y las de doble suspensión, con amortiguador también en la parte central de la bici. Las primeras son más económicas, de mantenimiento más sencillo y con cuadros más ligeros, lo cual permite un buen rendimiento en la modalidad de cross-country y en pruebas donde se busca velocidad y reactividad.

Manillares

Una de las mayores diferencias entre las bicicletas de gravel y las de montaña son sus manillares. Las bicicletas de gravel montan, normalmente, manillares curvados similares a los de carretera, mientras que las mountain bikes utilizan manillares rectos, o con una ligera curvatura. Esto afecta significativamente al manejo de cada bicicleta, así como a la posición y comodidad del ciclista durante largas jornadas sobre el sillín. En su parte delantera, las bicicletas de gravel proporcionan una sensación muy similar a la de una bicicleta de carretera. El ciclista puede elegir entre tres posiciones principales para colocar las manos: en las manetas, en la parte superior o en en la caída del manillar. La tendencia suele ser pasar la mayor parte del tiempo con las manos en las gomas cubremanetas. Desde allí es sencillo alcanzar el freno y el cambio. Con las manos en la parte alta es mucho más complicado frenar o cambiar de marcha con rapidez. Colocar las manos en la parte baja del manillar aporta seguridad y acceso fácil a las manetas de freno, por lo que es una postura muy habitual en los descensos. También ofrecen una posición de conducción más aerodinámica y agresiva. Las bicicletas de montaña, por su parte, utilizan manillares rectos en lugar de manillares con caída. Dependiendo del modelo, pueden contar con una ligera curvatura entre los puños y el centro del manillar, a diferencia de los manillares de gravel, que parecen cuernos de carnero.       ciclista con su bicicleta de montaña En el caso de los ciclistas de MTB, la posición de las manos sobre el manillar suele se siempre la misma: apoyadas en las empuñaduras de cada extremo del tubo del manillar. Algunos ciclistas avanzados tienen la costumbre de poner las manos muy cerca de la potencia, para estrechar los hombros y adoptar una posición aerodinámica. Quizá durante un tamo llano y poco técnico de un recorrido puede tener sentido.

Ergonomía y posición de marcha

Los manillares de gravel proporcionan al ciclista más opciones para adaptar su posición sobre la bicicleta. A diferencia de la posición más agresiva que adopta un ciclista de carretera, las bicicletas de gravel cuentan con una geometría más orientada a la resistencia que les permite pedalear de forma eficiente sin inclinarse demasiado hacia delante. Sí que existen momentos en los que se requiere una postura más agresiva. De hecho, pedalear agarrado a la parte baja del manillar de una gravel permite controlar mejor la bicicleta, aunque puede perjudicar la comodidad y forzar en exceso la espalda, el cuello o la musculatura de los brazos. Una posición habitual sobre una bici de gravel es apoyar las manos en las cubremanetas del freno. El acceso a los frenos es inmediato. Sin embargo, apoyar las manos en los topes puede ofrecer un alivio significativo cuando el piloto se siente cansado o experimenta alguna molestia en la zona lumbar. Por contra, con las manos en esta posición, el control sobre la bici es menor; especialmente, en caminos con baches, senderos arenosos o grava suelta. Por ello, no es recomendable adoptar esta postura fuera del asfalto o de caminos bien pisados. Los bikers suelen adoptar una postura muy diferente en sus bicis de MTB, especialmente condicionada por los manillares rectos y la geometría del cuadro. Los manillares son bastantes más anchos que los que se montan en las bicis de gravel. La medida más común para una bici de montaña XC oscila entre 72 y 74 cm, mientras que los manillares de gravel suelen oscilar entre 40 y 46 cm, siendo 44 cm lo más habitual. En consecuencia, en una bicicleta de montaña pedaleas con los codos mucho más abiertos.
Los bikers suelen adoptar una postura muy diferente en sus bicis de MTB, especialmente condicionada por los manillares rectos y la geometría del cuadro.
Este tipo de manillares tiene sus ventajas, pero también penalizan al maniobrar: cuanto más largos, más lenta resulta la dirección. Además, son aerodinámicamente menos efectivos. De hecho, existe una tipología de bicicletas de gravel de competición enfocada específicamente a la velocidad. Las bicicletas de montaña colocan al ciclista en una posición relajadas y erguida, que es la mejor para tomar curvas y controlar la bicicleta con más seguridad. Sin embargo, en senderos revirados con vegetación, un manillar ancho pueden provocar impactos inesperados. Los manillares rectos no están pensados para la velocidad. Por contra, las bicicletas de gravel colocan al ciclista en una postura algo más racing.
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