Realmente hay pocos
bikers en el mundo que no conozcan la
Orbea Oiz. En sus casi 15 años de historia, la bicicleta de
cross country de doble suspensión de la marca española se ha convertido en símbolo de este deporte gracias a diversos factores.
Factores que, unidos, han dado como resultado una de las bicicletas más vendidas de su categoría en todo el mundo.
Además, no hay que dejar pasar por alto el hecho de que haya sido diseñada en nuestro país. Este aspecto también ha contribuido a su enorme popularidad entre los
bikers españoles.
Pero ¿qué es lo que realmente atrae de la Orbea Oiz? ¿Cuál es el secreto de su omnipresencia en marchas, carreras o cualquier grupeta de domingo? ¿Por qué sigue siendo líder de ventas casi 15 años después de su lanzamiento? Por una mezcla de los siguientes factores.
Dilatada historia
La Orbea Oiz es un modelo veterano dentro del mercado del
mountain bike y esto ya supone una ventaja con respecto a modelos rivales con menos desarrollo o poco asentados en el mismo.
Fue lanzada al mercado en 2006 como una bicicleta de XC de doble suspensión dirigida a corredores y a ciclistas aficionados que buscasen puro rendimiento en cada salida, contando al mismo tiempo con un sistema de suspensión trasera eficiente que no restara rigidez al cuadro.
Para ello los ingenieros de la marca vasca idearon el sistema de suspensión UFO. Ya en sus inicios éste incorporaba soluciones como el aprovechamiento de la flexión del carbono para eliminar puntos de giro en el cuadro y ahorrar peso.
Al mismo tiempo conservaba un nivel de rigidez muy necesario para los corredores de
cross country. Este revolucionario sistema fue la base para crear una bicicleta todoterreno rápida y muy manejable.
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Desarrollo en competición
La
primera Orbea Oiz era muy característica gracias al amortiguador instalado en la parte superior del triángulo trasero, que se mantuvo prácticamente inalterado hasta 2012, momento en el que se desarrolló la tercera generación.
Un desarrollo que tuvo como banco de pruebas principal la Copa del Mundo de
mountain bike y a dos campeones de la misma como pilotos probadores: Julien Absalon y Catharine Pendrel.
Ambos corrieron con prototipos de la nueva Orbea Oiz, cuyo diseño del cuadro, creado aún para ruedas de 26”, se parecía mucho más al actual modelo y donde se comenzó a experimentar con la construcción monocasco del cuadro, la integración del amortiguador trasero en el mismo y otras soluciones tecnológicas de las bicicletas de montaña modernas.
El resultado de estos avances fue una bicicleta más ligera, rígida y ágil para los circuitos de
cross country y pruebas de maratón XC.
Vanguardista y tecnológica
La competición ha sido el mejor banco de pruebas de las tecnologías aplicadas a la Orbea Oiz. La marca española tiene a la Oiz como blanco de todos los avances para la fabricación de cuadros y la integración de los componentes en él.
Precisamente este cuadro es una de las joyas de la corona de la marca y una de las razones de su éxito. En sus generaciones de 2012 y 2014 aplica por primera vez la técnica de la fabricación monocasco, de una sola pieza, y el uso de fibras de alto módulo (OMR, recientemente OMX), con uno de los mejores ratios peso/rigidez.
Asimismo, el trabajo con las propiedades de absorción del carbono, base del sistema de suspensión trasera UFO, se ha mantenido constante desde el primer modelo de 2006. Especialmente lo han aplicado en los tirantes, con una disposición especial de las fibras en este punto para que logre flexar sin deformarse hasta un punto crítico.
La solución permite prescindir de un punto de giro extra en el eje trasero, que aportaría peso extra. También se ha minimizado la longitud de las vainas (en el modelo actual es de 430 mm, una de las más cortas del segmento), lo que da como resultado un triángulo trasero reducido, rígido y ligero, ideal para transmitir toda la energía del pedaleo a la bicicleta e incrementar su poder de aceleración.
Una bicicleta para todo
Esta configuración monocasco, con el triángulo trasero rígido, sin puntos de giro de la suspensión, varía en la actual generación (la sexta) dependiendo de la versión escogida. Porque la actual Orbea Oiz se ha desdoblado en dos variantes, una puramente
cross country (versión XC), y otra más cercana al trail (TR).
Esta ampliación de gama sigue la tendencia actual de realizar una bicicleta más absorbente y cómoda, para largas pruebas por etapas o circuitos de XC muy técnicos.
Así, la geometría del cuadro de una u otra variante es un poco diferente, con ángulos más lanzados, reach y stack más largos y 20 mm más de recorrido de suspensión en ambos ejes.
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No obstante, Orbea no se ha dejado llevar por modas y, aun con esta ampliación de modelos, se mantiene fiel a un esquema de geometría muy polivalente, con medidas más propias de anteriores modelos XC (ángulo de la dirección relajado a 69º) y actualizaciones en puntos clave para no quedarse atrás y atraer también a nuevos
bikers (vainas cortas, reach largo, etc).
Detalles prácticos
Además del ligero y trabajado cuadro, la Orbea Oiz siempre ha sido una bicicleta pensada para facilitar la vida al
biker. Cuenta con varias soluciones tecnológicas diseñadas para este fin, como el guiado de cables interno optimizado, que oculta hasta el del bloqueo del amortiguador.
Esto, unido también a la integración de este camuflado bajo el tubo susperior, deja espacio para instalar hasta dos portabidones, una posibilidad muy atrayente para corredores de pruebas maratón.
También incorpora, en su último modelo, la patilla de cambio SRAM UDH, un nuevo estándar compatible con todos los desviadores traseros del mercado (SRAM, Shimano, BOX, Sunrace). Esto hará que, en caso de rotura de esta, sea más sencillo encontrar el repuesto.
Además, el cuadro de la Orbea Oiz posee protectores de plástico de serie, modelados por doble inyección, muy ligeros y que protegen las partes más sensibles. La potencia OC (siglas de Orbea Components), por su parte, viene con un soporte para ciclocomputador de forma opcional, compatible con los principales modelos que utilizan adaptadores estándares.
Relación calidad-precio
Es uno de los argumentos principales del éxito de ventas de la Orbea Oiz. Aunque viene equipada con algunas de las tecnologías más avanzadas del mercado, no es una bicicleta elitista, porque opta por montajes eficientes pero no muy exclusivos, primando, como hemos visto, el sentido práctico de estos.
Además, la Orbea Oiz también posee versiones con cuadro de aluminio hidroformado, cuyo acabado imita a la perfección la terminación monocasco de el de carbono. Esta gama en aluminio no se acota a uno o dos modelos, como viene sucediendo en marcas rivales desde hace un tiempo, sino que se ofrece en tres montajes diferentes, todos dentro de la configuración más polivalente, la Trail (120 mm).
Comparando con uno de sus grandes modelos rivales en el mercado, la Specialized Epic, la Orbea Oiz ajusta más los precios en su gama de carbono, sin mermar en exceso la calidad de los componentes. Su modelo de entrada, el M30, parte de 3.599 €, mientras que la Epic arranca en 3.999 € en su versión EVO de Down Country (120-110 mm).
Asimismo, la gama Oiz incluye las variantes de aluminio en su gama (aunque sólo en versión TR), que rebaja el precio en 1.000 euros, versiones que la Specialized Epic no tiene, ya que sólo está disponible con cuadro de carbono.
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Una bicicleta viral
Todos los aspectos anteriormente comentados, uso de tecnologías avanzadas de fabricación, geometría XC y Trail/maratón, soluciones prácticas y precios contenidos, se complementan con una efectiva y novedosa campaña de marketing en redes sociales que ha posicionado a la Orbea Oiz como líder de su segmento.
Orbea ha aprovechado el potencial de las redes sociales, valiéndose del poder de captación de
influencers del sector, para promocionar su Oiz. Hemos visto a ciclistas muy seguidos en las redes, como Tomi Misser, rodando con la doble XC por sus carreras y marchas favoritas o realizando todo tipo de test y entrenamientos, lo que ha incrementado su visibilidad y presencia en estos canales de seguimiento masivo.
La calidad y polivalencia de la Orbea Oiz está fuera de duda, pero en su éxito también ha tenido que ver su longevidad en el mercado y la intensa campaña de marketing detrás de ella. Hay que valorar con objetividad estos aspectos para ver el modelo en perspectiva.
La Orbea Oiz no deja de ser un modelo pensado para el rendimiento. No es una bicicleta diseñada para un
biker ocasional o novel. De hecho, no es económica y no ofrece una versión viable para este perfil de ciclista.
Por eso, si no te consideras un
biker de buen nivel ni te has planteado competir, aunque sea ocasionalmente, la doble de Orbea quizás no sea la mejor opción de compra.