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Geometría de la bici de gravel: ¿Diferente a una de carretera?

Geometría de la bici de gravel: ¿Diferente a una de carretera?

Comparativa de geometría entre bicicletas de gravel y carretera: principales diferencias

A veces, no todo es como parece. Nos referimos a la modalidad de gravel. A primera vista, pueden parecer bicicletas de carretera con neumáticos más grandes, pero la realidad es que están diseñadas y fabricadas con objetivos muy distintos. Las exigencias del ciclista de gravel dista mucho de las de los ciclistas de carretera. Mientras que la geometría de las bicicletas de carretera va enfocada hacia un manejo preciso y una conducción rápida y receptiva, en la modalidad de gravel se busca un plus de estabilidad y rendimiento en terrenos más técnicos, así como una manejo cómodo para largas jornadas de ruta. Vamos a profundizar en la geometría de las bicicletas de gravel para conocer en qué medida su diseño difiere con respecto a los modelos de carretera.


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Pero antes que nada. La geometría de una bicicleta es la base matemática que predice el comportamiento del cuadro para un tipo de pilotaje específico. Cualquier cambio, por pequeño que parezca, puede cambiar el carácter de la bicicleta. Alterar los ángulos de los tubos en un grado, por ejemplo, puede modificar sustancialmente la posición del ciclista sobre la bicicleta, o cambiar el comportamiento de la dirección y la interacción con el terreno.

 

Bajo las mismas condiciones de marcha, no existe una geometría que se ajuste al 100% en todos los casos y para todos los ciclistas. Simplemente, existen geometrías que priorizan diferentes aspectos del rendimiento del cuadro. En líneas generales, las bicicletas de gravel se diseñan con una geometría que coloca al ciclista en una posición del cuerpo más erguida que una bici de carretera. Siempre hay excepciones; por ejemplo, en las geometrías de los modelos de gravel de competición este aspecto no es tan evidente. Pero, en general, cuentan con un reach más corto y un stack más alto que la mayoría de bicicletas de carretera. En este sentido, sí que existen bicicletas de carretera gran fondoendurance que cuentan con una posición menos agresiva, por lo que pueden detectarse ciertas similitudes. Por regla general, en cualquier caso, las bicis de carretera cuentan con una distancia entre ejes corta, ángulos más pronunciados y un cockpit más bajo para una calidad de conducción ágil y un manejo dinámico.

➡️ Qué son el stack y el reach de una bicicleta y por qué son importantes

Algunas de las medidas más determinantes en un cuadro de bicicleta son el ángulo del sillín, el ángulo de dirección, el pedalier y la distancia entre ejes. En el cuadro de una bicicleta de gravel, la interacción de estos ángulos y medidas es la forma que tienen los ingenieros de conseguir que resulte solvente en superficies todoterreno. Las bicicletas de gravel están concebidas para rodar por terrenos muy variados: lo mismo por asfalto, que por pista, que por caminos y senderos. El desafío, por tanto, es dar con una geometría que se comporte dignamente en todos los terrenos, pero que no se comprometa en exceso con un terreno concreto.  

Trasladar la geometría de una bici de carretera a una de gravel no es un buen negocio, ya que las condiciones son diferentes. Por ejemplo, las bicicletas de carretera son más cortas, lo que tiene una explicación simple: los ciclistas necesitan obtener cualquier ventaja aerodinámica o posicional dentro de un grupo. Y eso implica seguir muy de cerca la rueda de otros ciclistas. Las bicicletas más cortas son más nerviosas ante cualquier acción del ciclista o cambio en las condiciones del terreno. Por lo tanto, no es la geometría ideal para una bicicleta de gravel. Partamos del hecho de que, en muchas ocasiones, el estado del terreno es impredecible. La geometría de una bicicleta gravel está pensada para que el peso del ciclista esté mejor distribuido para la conducción en terreno técnico, de modo que más peso del cuerpo esté colocado sobre la rueda trasera, en comparación con las bicis de carretera.

La geometría de una bicicleta gravel está pensada para que el peso del ciclista esté mejor distribuido para la conducción en terreno técnico.

Pongamos un ejemplo. Para disfrutar con seguridad sobre una bici de gravel de un descenso técnico, la estabilidad es fundamental. Y aquí es donde la geometría juega un papel protagonista. Una bicicleta con mayor distancia entre ejes siempre será más estable porque es más larga. Cuanto más disten las ruedas entre sí, menos influirá una sobre otra. En una bicicleta de gravel, notarás que un golpe del terreno sobre la rueda delantera tiene menor impacto sobre la dirección que el que recibes sobre una bicicleta de carretera. Y ello se debe, sobre todo, a la geometría.

 

Un principio fundamental de la geometría de una bici de gravel es evitar, en la medida de lo posible, que el terreno desvíe la bicicleta de su trayectoria. La distancia entre ejes más larga (al igual que las vainas) reduce esa sensación de nerviosismo cuando circulas por superficie irregular a gran velocidad. También influye la altura del pedalier, más baja que en un modelo de carretera, lo que favorece la estabilidad. En definitiva, la calidad de pilotaje es más suave. Dado que una bicicleta de gravel es más larga, la cantidad de material del chasis, obviamente, es mayor que en cualquier bicicleta de carretera, sea cual sea la talla. Si este material se trata convenientemente para optimizar la absorción de vibraciones, esta estructura más grande influirá en una mayor comodidad de conducción.

El chasis de una bici de gravel cuenta con más cantidad de material que una de carretera, lo que aporta más estabilidad y comodidad.

El ángulo de dirección es la otra medida que define y diferencia un cuadro de gravel de un cuadro de bici de carretera de alto rendimiento. Cuanto más abierto es el ángulo de dirección, la respuesta al giro del manillar es más reactiva, más rápida e, incluso, más violenta en ocasiones. Puesto que las bicis de gravel tienen un ángulo cerrado, la respuesta es justo la contraria: una dirección más perezosa. ¿Pero por qué una bicicleta con una capacidad de respuesta más lenta? Tiene su explicación. En un recorrido gravel, siempre existe la posibilidad de la que rueda delantera se enganche en alguno de los obstáculos del terreno. Cuando esto ocurre, se requiere la intervención del ciclista para corregir la dirección con el manillar. El hecho de que una bici de gravel reaccione con más lentitud, ofrece cierto margen de maniobra al ciclista. De lo contrario, podría no darle tiempo a evitar una posible caída.

Las bicicletas de gravel tienen un ángulo de dirección notablemente más cerrado que las bicicletas de carretera, lo cual influye de manera decisiva en el manejo de la propia dirección. ¿Quieres otro ejemplo? Podríamos comparar la geometría de dos bicicletas de la marca Specialized: el modelo de carretera Roubaix y el modelo de gravel Diverge. La diferencia en el ángulo de dirección es significativa: 73,5 grados de la Roubaix frente a 71,75 grados de la Diverge. Una diferencia de 1,75 grados que podríamos calificar como notable. De hecho, si estuviéramos hablando de bicicletas de montaña, esta diferencia situaría a estas bicis en modalidades diferentes. Digamos que la diferencia entre una bicicleta de montaña de trail y una de enduro es la misma que existe entre una de carretera y una de gravel. Para que te hagas una idea.

La diferencia entre una bicicleta de montaña de trail y una de enduro es la misma que existe entre una de carretera y una de gravel.

Siguiendo con el ejemplo, la Specialized Roubaix cuenta con una distancia entre ejes de 988 mm en talla 54, por los 1.032 de la Specialized Diverge.

 

Las potencias cortas y los manillares con un flare más ancho marcan también la diferencia entre una gravel y un modelo de carretera. Una potencia modesta le da al ciclista de gravel más fuerza de palanca a través del manillar, de modo que puede controlar mejor la rueda delantera cuando rueda con velocidad por terreno accidentado. Esta geometría explica también la facilidad para instalar bolsas de viaje. Nunca portarás este tipo de elementos en el manillar o en el cuadro de una bicicleta de carretera. En una de gravel es perfectamente viable.   En tal caso, cargar peso en el manillar o en el cuadro altera el centro de gravedad de una bicicleta de gravel. Para contrarrestarlo, la mayor anchura del manillar, junto con una potencia corta, permite estabilizar las inercias de la dirección. Ya lo hemos apuntado anteriormente. En resumen. Para no iniciados, una bicicleta de carretera y de gravel puede parecer cosas muy similares. Sin embargo, la geometría las sitúa en planos muy diferentes. El ángulo de dirección, el ancho del manillar o la longitud de la potencia son elementos capitales, si bien tampoco deberías tomarlos de manera aislada. Otras variables como el desplazamiento de la horquilla y la distribución del peso son igualmente importantes en el comportamiento de tu máquina. 

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