Todo deporte tiene sus propios códigos y maneja un vocabulario propio. En el surf es común decir que se está usando el
wax (una cera con la que se limpia la tabla). En el golf llegar pronto al
green es buena señal, y si alguna vez has jugado al baloncesto seguro que has oído hablar de un gancho o de un
campo atrás.
El ciclismo no podía ser menos, y maneja una terminología propia que hasta hace preguntarse a los no aficionados si en el deporte de las dos ruedas se habla un idioma propio.
En este artículo vamos a recordar cinco de esos términos que solo entienden tus compañeros de pedaleo. Cinco palabras con las que te ganarías más de una cara de extrañeza y un ceño fruncido si las pronunciaras en otro contexto.
Hacer el afilador
Cuando se habla de
hacer el afilador, malo. Mencionarlo significa que la rueda de trasera del ciclista que va delante se roza con la rueda delantera del que va detrás. La caída, sobre todo del que va detrás, es casi segura.
Tener una cabra
Ni tira al monte ni el que tiene una está cerca de la locura. La cabra es esa bicicleta con acoples que tan buenos resultados da en pista, en etapas contrarreloj o en triatlones de larga distancia.
Cuando alguien ajeno al ciclismo pregunta qué es eso de subirse a una cabra, para evitar malentendidos hay que mostrarle la bicicleta, no sea que piense otra cosa.
Poner los cuernos
No, no es lo que puede parecer. Ponerle cuernos a una bicicleta no es más que instalar unos acoples sintéticos, de aluminio o carbono, en el manillar de una bicicleta de montaña.
Con ellos se pueden adoptarse distintas posturas sobre la bicicleta en función del terreno, la velocidad que se quiera imprimir y otros factores.
Cambiar el desarrollo
Es uno de esos términos básicos en el ciclismo y que mejor se puede explicar a un no-ciclista. La combinación entre los platos y los piñones puede traer de cabeza al que se suba por primera vez a un vehículo de dos ruedas, pero es el día a día de todo ciclista, sea cual sea su especialidad.
Quitarse los manguitos
Nada que ver con esos elementos a los que se suele culpar de las averías mecánicas de los coches. Aunque es común verlos en otros deportes, estas prendas ligeras y cálidas para los brazos le van como anillo al dedo a los ciclistas especialmente frioleros.
Otros términos que te has acostumbrado a escuchar
El entrenamiento
fartlek, en el que priman los cambios de velocidad, no es exclusivo del ciclismo, pero sí se aplica en él y será difícil que alguien que no haya practicado deporte lo conozca.
Un caso parecido es el del TRX o entrenamiento en suspensión, que aumenta la fuerza y el equilibrio.
En el apartado de la preparación física merece una mención destacada el HIIT, iniciales de High
Intensity Interval Training. Se trata de un tipo de entrenamiento basado en la alta intensidad y los intervalos de esfuerzo, con alternancia entre periodos de trabajo máximo y otros de descanso.
No se puede hablar de entrenamiento y ciclismo sin mencionar el
tapering, término que alguien ajeno a este mundo puede confundir con facilidad. Es fácil de explicar cuando se expone que es la puesta a punto de un ciclista, en concreto la planificación de la carga y los entrenamientos en cuanto a frecuencia, intensidad y volumen.
Entre otras palabras de la jerga ciclista está la pájara (también conocida con gracia como
el tío del mazo), que todo el mundo quiere mantener lo más alejada posible, pero que se ha hecho popular debido a las transmisiones televisivas de las grandes etapas de montaña.
En esas mismas emisiones se puede oír hablar con normalidad de escarabajos (referencia cariñosa a los escaladores colombianos), abanicos, cortes, demarrajes, capos, gregarios, montonera, cazaetapas, y, siempre en último lugar, el farolillo rojo.
Y si nos pasamos al triatlón, tenemos el
drafting, que no es ni más ni menos que ir chupando rueda.
¿Y tú, qué otros términos específicos del ciclismo conoces? Puedes dejarlos en los comentarios :)