En el sector de la bicicleta parece que se ha desatado una guerra de dietas. Los distintos fabricantes se han lanzado a una carrera por ver quién es capaz de desarrollar el cuadro más ligero de su categoría.
Tener una bicicleta con un cuadro de menos de 1 kilo de peso parece cosa del pasado. Ahora las nuevas barreras se sitúan por debajo de los 700 gramos. La última marca en presentar su apuesta de cuadro para las 'flacas' (nunca mejor dicho) es
Canyon, que ha desarrollado un cuadro de carbono para su modelo
Ultimate CF EVO de tan sólo 665 gramos de peso.
Ciertamente, el peso es un elemento a tener en cuenta a la hora de medir el rendimiento que puede ofrecer una bicicleta en competición. Sin embargo, que un cuadro pese 50 gramos más o menos no siempre es determinante. Sobre todo teniendo en cuenta que la diferencia de precio puede ser muy significativa y que hay otros componentes en los que se puede invertir para aligerar el peso del conjunto de la bicicleta, como por ejemplo las ruedas o las bielas.
Ahora bien, si hablamos de cuadros ligeros, ¿dónde está el límite? Quizás en poco tiempo veamos cuadros por debajo de los 500 gramos e incluso por debajo de los 300 gramos. Suena a ciencia ficción, pero la realidad es que ya existe la tecnología que permite fabricar una cuadro de bicicleta con un peso menor que el de una bolsa de patatas fritas.
En julio de 2016 Dassi Bikes presentó el primer cuadro fabricado con grafeno del mundo. Bueno, realmente se trataba de un cuadro que contenía un mínimo de un 1% de grafeno.
El grafeno es un material hasta 300 veces más resistente que el acero y con una densidad similar a la del carbono. Pero tiene la peculiaridad de que es extraordinariamente ligero (hasta 6 veces más ligero que el aluminio). Además, su grosor es de tan sólo 1 átomo.
El cuadro en cuestión pesaba 750 gramos, lo cual no es ninguna revolución en el sector. Sin embargo se trataba en realidad de un prototipo. Dassi estaba experimentando con la tecnología de fabricación en grafeno. Según explicó la compañía, en un futuro no muy lejano será posible desarrollar cuadros de 350 gramos de peso con unas condiciones de rigidez y resistencia superiores a las de los cuadros de carbono.
Hay dos limitaciones para la fabricación de cuadros de grafeno. La primera es su precio. Un gramo de grafeno cuesta más que un gramo de oro. La segunda es que es un material complicado de trabajar debido a que es extraordinariamente delgado. Stuart Abbot, fundador y presidente de Dassi, cree que el futuro pasa por combinar resinas de grafeno y fibra de carbono para crear cuadros cada vez más ligeros... ¡hasta de 350 gramos!
¿Y qué es el grafeno?
El grafeno es un material llamado a revolucionar la industria. Se trata de una capa de átomos de carbono dispuestos en forma plana. De ahí que sólo tenga un átomo de grosor. Fue descubierto en 2004 por dos científicos a partir del grafito de las minas de los lapiceros y el descubrimiento les valió el Premio Nobel en 2010.
Se trata de un material con unas propiedades sorprendentes. Su estructura molecular es hasta 300 veces más fuerte que la del acero, con una ligereza 6 veces mayor que la del aluminio. Además, es flexible, transparente y un excelente conductor eléctrico.
El grafeno tiene un gran potencial como material de fabricación en diferentes ámbitos industriales, desde los coches al sector aeroespacial.
En la industria del ciclismo, ya hay marcas que están apostando por el grafeno como apuesta de futuro. El fabricante italiano Vittoria, por ejemplo, ha invertido 45 millones de euros en los últimos años en investigaciones y prototipos de componentes fabricados con grafeno.
Vittoria asegura que ha sido capaz de elaborar un nuevo compuesto para ruedas a partir de grafeno, caucho y carbono. Según la compañía italiana, estos neumáticos tienen una menor resistencia a la rodadura, una mayor durabilidad y un mejor agarre. Además, estas ruedas son un 15 por ciento más ligeras y un 18 por ciento más resistentes a impactos.
¿Será el grafeno la próxima gran revolución de la industria ciclista?