Aunque pueda parecer trivial, elegir los pedales adecuados para tu bicicleta y modalidad de ciclismo tiene más importancia de la que parece. Los pedales son en última instancia el componente a través del que transmitimos la potencia de las piernas a la bicicleta.
¿Qué diferencia a unos de otros? ¿Cuáles debo elegir? ¿Qué tipo de pedal es el correcto para mí? En este artículos vamos a explicar algunos conceptos que debes saber para no equivocarte a la hora de montar los pedales más apropiados para tu bicicleta.
El pedal es un elemento importantísimo para la práctica del ciclismo, ya que es la unión principal que tenemos con nuestra bicicleta y sobre la que aplicaremos toda la potencia para avanzar.
En función de la modalidad que practiquemos nos encontraremos distintos tipos de pedales y de enganches con la cala de la zapatilla. Antiguamente se utilizaban pedales con calapiés, rastrales o correas para atar la zapatilla al pedal. Sí, tal cual. Durante décadas el pie se ataba al pedal, con el consiguiente riesgo que conllevaba en caso de pérdida de equilibrio o caída.
Esto se ha cambiado por un sistema de ajuste automático con calas en las zapatillas que se anclan al pedal.
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Pedales para ciclismo de carretera
Los pedales para ciclismo de carretera son más grandes y con mayor rigidez que los de ciclismo de montaña. La finalidad es conseguir mayor superficie de contacto y apoyo para perder la menor potencia posible.
Hoy en día lo que se busca es un mayor agarre y con ello menos libertad en el movimiento del pie para conseguir una pedalada lo más perfecta y uniforme posible.
Esto se consigue con un sistema formado por una cala en nuestra zapatilla y un pedal en el que ésta se ancla. Las calas en carreteras son grandes y de plástico, normalmente se fija a la zapatilla con tres tornillos.
En los pedales es importante el grosor del pedal (a menor grosor más comodidad) y la longitud o distancia a la biela (Speedplay te permite múltiples distancias). Para pedales de carretera no hay un estandar, pero aquí os hablaré de los tres tipos más utilizados.
Pedales Look
La marca francesa fue pionera junto con Cinelli en introducir el concepto de pedales automáticos en el mundo del ciclismo. El estándar que actualmente usan se denomina KEO, con una cala en forma de triángulo.
En función del movimiento de libertad o flotabilidad que le permiten al pie, las hay de tres tipos y colores:
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Negras: Con un ángulo lateral de 0º no dan lugar a ningún movimiento lateral. Son calas para profesionales.
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Grises: Son las más comunes dejándonos una flotabilidad de 4,5º.
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Rojas: Para gente que se inicia o que debido a lesiones necesitan más margen de movimiento para favorecer el descanso. El ángulo de movimiento es de 9º.
Pedales Shimano
Aunque a simple vista parezca que el sistema es parecido al de Look, la calas de Shimano no son compatibles con los pedales de la marca francesa.
En función de los materiales, de los rodamientos y del peso encontraremos varias gamas en estos pedales. Desde modelos de iniciación como el PD-RS500 con una tensión en el muelle algo más suave para favorecer un descale más sencillo y un precio que ronda los 50 euros; hasta los tope gama de carbono Dura-Ace PD-R9100 con un peso de 228 gr y un precio por debajo de los 200 euros.
En Shimano en función del ángulo lateral de movimiento que tiene la cala también trabaja con 3 tipos de calas:
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Calas rojas (SH-SM10): Son las que se denominan fijas, para profesionales con 0º de movimiento. En caso de escoger éstas hay que tener muy clara la posición de colocación, ya que debido al nulo juego que tienen, en el peor de los casos, pueden provocar lesiones.
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Calas azules (SH-SM12): Permiten 2º de flotación del pie.
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Calas amarillas (SH-SM11): Con 6º de juego son las más comunes, y las que suelen venir incluidas cuando compras unos pedales. La cabeza de la cala es más estrecha en este modelo para favorecer el descale a la hora de retirar la zapatilla del pedal.
Pedales Speedplay
Es un sistema completamente contrario al de Look y Shimano, ya que en vez de ser la cala de la zapatilla la que encaja en el pedal, en estos pedales es al revés: el pedal encaja en la cala.
Con este sistema se consigue mucha mayor superficie de apoyo y más opciones a la hora de ajuste. Sin embargo, su mayor hándicap es su elevado precio. Aparte de estas tres tipologías de calas, hay más marcas con distintos sistemas, como por ejemplo Time, que fabrica pedales de carbono muy ligeros.
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Tipos de pedales para mountain bike
Basándose en la misma idea que los pedales de carretera, los de montaña son más pequeños y con calas de metal ancladas con dos tornillos a nuestras zapatillas, que también son más pequeñas para evitar que se acumule el barro.
Los pedales para
mountain bike poseen menor superficie de apoyo, sin embargo, hay pedales automáticos de montaña que vienen con una plataforma para dar mayor seguridad en disciplinas como el trail.
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Dos de los pedales más comunes para ciclismo de montaña y ciclismo de gravel son los Shimano y los Crankbrothers.
Shimano SPD
A poco de cumplir el 30 aniversario del sistema SPD de Shimano, a día de hoy es el sistema más utilizado para el
mountain bike. Ya que es un sistema simple, fiable, robusto y que gracias a los muelles y al tornillo de tensión podemos ajustarlos a nuestro gusto. Este sistema SPD lo podemos encontrar en otras marcas de pedales.
Hay dos tipos de calas Shimano SPD:
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SPD SH51, negra y para descalarlas hay que girar el tobillo hacia afuera. Son las más comunes para MTB.
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SPD SH56, pensadas para iniciación o ciclismo urbano, donde descalarlas es mucho más sencillo y puede realizarse prácticamente en cualquier dirección.
Crankbrothers
Es un sistema más simple que permite mayor libertad de movimiento, probablemente la opción ideal si tienes algún problema de rodilla y no te acabas de hacer a los SPD.
Tienen cuatro puntos de anclaje, y en función de qué cara escojamos como la maestra, tendremos unos ángulos u otros de rotación.
Como hándicap tenemos la poca duración de las calas y que requieren un periódico mantenimiento.
Pedales de plataforma
No tienen ningún mecanismo de ajuste automático. Son los clásicos pedales de toda la vida en los que la zapatilla simplemente se posa encima del pedal sin ninguna unión entre ambos. Los hay de muchos tipos, tanto para la iniciación al ciclismo como para la práctica de bmx, enduro, ciclismo urbano, etc.
Mantenimiento de los pedales
El sonido
“clack clack” de un pedal es el clásico ruidito que nos pone la cabeza loca. Y es que todos los componentes de la bicicleta, en mayor o menor medida, requieren un mantenimiento. Así que los pedales y las calas no serán menos.
Las calas hay que cambiarlas cuando se empiecen a deteriorar. Dependiendo de si es carretera o MTB, o una marca u otra esto será antes o después. Es importante evitar caminar con las zapatillas de ciclismo, especialmente si llevamos zapatillas de carretera, para evitar que las calas se desgasten y deterioren.
De vez en cuando conviene aflojar, engrasar y apretar los tornillos (sobre todo en MTB), para no tener ningún susto el día que toque renovar las calas. En los pedales también conviene quitarlos de las bielas periódicamente y engrasar.
Y si andas muy fino con la mecánica puedes desmontar los pedales y hacerles el mantenimiento correcto de limpieza, lubricaje de rodamientos, etc.
Conclusiones
Con cualquier pedal podremos practicar cualquier modalidad, pero si lo que queremos es conseguir nuestra máxima eficiencia y confortabilidad, hay que buscar el pedal correcto para cada disciplina.
Y si eres de ésos a los que le dan miedo los pedales automáticos, ¡atrévete! El primer día irás nervioso y puede que hasta te caigas intentando descalar, pero el segundo ya no podrás vivir sin ellos.