Ir directamente al contenido
tuvalumtuvalum
Mousse antipinchazos: la solución 3 en 1 para tus cubiertas

Mousse antipinchazos: la solución 3 en 1 para tus cubiertas

El temor de todo ciclista ante la posibilidad de pinchazos va bajando en intensidad. El motivo, la introducción en el mercado de múltiples soluciones antipinchazos. Una de ellas es el mousse, cada vez más populares para todo tipo de bicicletas. Se trata un aro de espuma que sustituye a una cámara interna. En sus orígenes, el mousse fue un elemento usado por riders de Descenso y Enduro para evitar desllantar en las bajadas. Éstos, a su vez, lo heredaron del motociclismo, especialmente de modalidades como el motocross. Hoy en día existen marcas ciclistas especializadas (Vittoria, Tannus, etc.) que, incluso, ofrecen versiones específicas para MTB, Cross Country o Carretera. ¿A qué se debe esta popularización del mousse? ¿Es realmente eficaz para prevenir pinchazos? ¿Es fácil de instalar? Respondamos a éstas y otras cuestiones habituales sobre este sistema.

Mousse antipinchazos: características y tipos

El mousse para bicicletas tiene forma de aro, al igual que una cámara. A diferencia de esta, su interior y exterior es un mismo cuerpo, fabricado de material plástico flexible. Se instala de forma sencilla entre el neumático y la llanta, o entre el neumático y la cámara. Su finalidad es taponar los pinchazos o cortes de la cubierta. [caption id="attachment_8342" align="alignnone" width="744"]Mousse Vittoria Air-Liner. Imagen: Mousse Vittoria Air-Liner (Vittoria).[/caption] El mousse también da volumen a la rueda y reduce el riesgo de desllantar el neumático. La forma del mousse cambia según el tipo de rueda al que vaya destinada, adaptándose a la sección o forma que tiene la cubierta una vez montada. Por ejemplo, un mousse para tubeless no tiene la misma forma de sección redonda de una cámara, sino puntas y formas poligonales para facilitar su instalación y acomodarse a los movimientos de la rueda.
Se pueden distinguir dos clases de mousse según el tipo de neumático (convencional o tubeless) y varias por modalidad (MTB, carretera, gravel, etc)
De esta forma, se diferencia ya entre mousse para tubeless y para cámara. El primero, en unión con el líquido sellante, es el más más usado y demandado, sobre todo en MTB. El mousse para cámara se limita a usos puntuales en las modalidades de Descenso o Freeride, donde el aumento de peso no es tan decisivo. Existen tipos de mousse adaptados a diferentes especialidades ciclistas. Hay marcas que ofrecen modelos específicos para Carretera, más delgados y con sección hexagonal; también los hay para Gravel, Cross-Country, Trail, Enduro, Descenso y hasta para e-bikes.

Ventajas del mousse

El mousse antipinchazos cuenta con indudables ventajas. A continuación, algunas de ellas:

1. Solución antipinchazos muy práctica

El mousse tapona y protege de manera muy eficaz las fugas de aire, tanto con cubierta de cámara como tubeless, gracias a la gran opacidad de su material. Esto es una ventaja añadida, por ejemplo, en las carreras de MTB; en especial, las de Cross-Country. Aún teniendo tubeless, los pinchazos son inevitables. El mousse evita que se escape el aire y el biker puede rodar con relativa comodidad hasta boxes para sustituir la rueda.

2. Mayor confort de marcha

Con el mousse la rueda gana en volumen. Esto conlleva mayor agarre y estabilidad, especialmente en los descensos (aunque también es útil en subidas técnicas). Del mismo modo, incrementa el poder de absorción del neumático ante impactos sobre el terreno y reduce su efecto rebote.

3. Reduce el riesgo de destalonar

En los apoyos o impactos más fuertes, el mousse evita que que la carcasa del neumático se deforme demasiado, reduciendo considerablemente las posibilidades de destalonar. Al mismo tiempo, se consigue un beneficio extra: protege la llanta de daños, especialmente si es de carbono. De hecho, al mousse también se le conoce como protector de llanta. [caption id="attachment_8344" align="alignnone" width="744"]Mousse Vittoria Air-Liner. Imagen: Mousse Vittoria Air-Liner (Vittoria).[/caption]

Inconvenientes de los mousse

El uso del mousse conlleva también algunos inconvenientes.

1. Incremento del peso

Un mousse (de MTB) añade, por término medio, un extra considerable de 150 g por rueda. Si tu objetivo es obtener la máxima ligereza y te pasas al tubeless, añadir un mousse a tu bici será contraproducente. Por otro lado, aumenta ligeramente la fricción de la banda de rodadura con el suelo debido al mayor lastre.

2. Son costosas

El coste de un mousse es similar al de un neumático, entre 30 y 50 euros por unidad. De hecho, es de las más caras soluciones antipinchazos. Y su durabilidad es limitada.

3. Obliga a reajustar las suspensiones

Añadir mousse a tus cubiertas modificará factores como el volumen o dinámica de la rueda. Esta cuestión afectará también a la suspensión, en caso de montarla en tu bici. Sumando el poder de absorción de la cubierta con el de la suspensión, tendrás una bicicleta con exceso de compresión. Un cambio que puede ralentizar las reacciones y contaminar la pedalada. De ahí que sea necesario reajustar el rebote, la compresión y la presión, tanto de la horquilla como del amortiguador.

Otras consideraciones sobre los mousse

Además de lo expuesto, si te decides finalmente por el mousse no deberías olvidar algunas cuestiones. Aquí te compartimos algunas.

En cubiertas tubeless, habrá que añadir más líquido

Algunos modelos de mousse tienen cierta porosidad en la espuma, lo que acaba absorbiendo el líquido tubeless como si fuera una esponja. Esto puede reducir la capacidad de protección. Los últimos modelos o los de mayor calidad son más estancos para que no sea necesario gastar tanto líquido.

El comportamiento de la bicicleta cambia ligeramente

Con el mousse, la rueda se nota con algo más de aplomo y más pesada en cambios de ritmo o fuertes aceleraciones. No son diferencias sustanciales con respecto a una cubierta convencional o neumático tubeless. Pero deberás adaptar un poco tu conducción y manejo habitual a los efectos del mousse.

Resistente y flexible, pero con duración limitada

Un mousse no dura eternamente. La vida útil estimada, con un uso frecuente e intenso, es inferior a un año. En este caso, se puede extender su uso durante dos o tres ciclos de mantenimiento tubeless (de 6 a 9 meses). Te recomendamos aprovechar el momento de cambiar el líquido para revisar su estado. Si apuras mucho su uso, se pueden partir y trocear, pegándose a las paredes del neumático, volviéndose inservible.
Carrito 0

Su carrito está vacío.

Empieza a comprar