Alberto Romero tiene 25 años, solo lleva tres compitiendo en pruebas de triatlón, y ya se ha convertido en uno de los referentes del duatlón nacional en su grupo de edad. El mes pasado se proclamó subcampeón de España en la categoría 25-29 años, demostrando que cuando la motivación y el entrenamiento se alinean, el progreso puede ser meteórico. Su historia es la de un deportista que empezó jugando al fútbol en las categorías inferiores de un club de élite, pero que terminó cambiando el balón por la bicicleta de carretera… y también por el mono de triatlón.
El año pasado competiste en el Campeonato del Mundo de Duatlón y este año te has subido al podio en el Campeonato de España. ¿Qué objetivos te has marcado ahora?
Para mí, la primera parte de esta temporada era clave. Y por primera vez, he conseguido todos los objetivos que me había propuesto. He notado una gran mejora respecto al año pasado, y se debe en parte a que ahora estoy entrenando más y mejor. En esta segunda mitad del año quiero centrarme en mejorar el segmento de natación, y para 2025, me encantaría competir en el Campeonato de España de Duatlón en categoría Élite.
¿Dónde te sientes más cómodo, en el duatlón o en el triatlón?
Me gusta más el triatlón, sin duda, pero soy más competitivo en duatlón ahora mismo. Por eso lo estoy aprovechando al máximo. Además, entreno todos los días con Emilio Aguayo, y eso me está ayudando mucho a crecer como deportista.
“Antes, con correr a 3:20 el kilómetro en duatlón subías al podio. Ahora entras en el puesto 30. El nivel está subiendo muchísimo”.
¿Cómo descubriste este deporte?
Esta es ya mi tercera temporada en triatlón. Como te decía, antes jugaba al fútbol, pero unas lesiones me obligaron a parar. Empecé a hacer deporte para mantenerme en forma y me animé a probar con el triatlón, que siempre me había llamado la atención. Al principio lo tomas como algo puntual, pero te engancha enseguida. Y lo bueno es que entrenar nunca es aburrido: nadas, corres, sales con la bicicleta de carretera o haces sesiones con la bicicleta de montaña si quieres variar un poco... Es muy completo y dinámico.
¿Notas que cada vez hay más gente llegando al triatlón desde otras disciplinas deportivas?
Muchísimo. Hay atletas que vienen del atletismo o del ciclismo con un nivel altísimo. Eso eleva el listón de todos. Antes, por ejemplo, si corrías a 3:20 el kilómetro en un duatlón, casi asegurabas podio. Ahora, con ese tiempo, entras el 30º. El nivel es muy alto, y si quieres estar arriba, tienes que entrenar fuerte cada día.
¿Sigue viéndose a los triatletas como “bichos raros”?
Todavía hay gente que se sorprende cuando le cuentas cómo funciona este deporte. Lo de combinar tres disciplinas —carrera, natación y ciclismo— les sigue pareciendo extraño. Luego están los que piensan que si no has hecho un Ironman no cuentas como triatleta. Pero la realidad es que cualquier distancia exige mucho compromiso. A medida que te vas marcando objetivos más ambiciosos, te das cuenta de lo duro que es.
¿Te planteas dar el salto al Ironman próximamente?
Sí, lo he pensado. Pero mi entrenador, Emilio, me aconseja que espere. Ahora tengo buena punta de velocidad y tengo que explotarla mientras dure. El salto al Ironman llegará cuando deje de ser competitivo en las pruebas sprint y olímpicas. Es decir, cuando ya no tenga la chispa, pero sí haya ganado el fondo necesario para afrontar distancias largas con garantías.