En las primeras 99 ediciones del
Tour de Francia el ciclismo británico jamás subió a lo más alto del podio. En las últimas cuatro, en cambio, lo ha hecho en tres ocasiones. Bradley Wiggins rompió la estadística en 2012, y su compatriota Chris Froome la secundó en 2013 y ahora en 2015. ¿Qué ha pasado para que los ciclistas del Reino Unido de repente hayan pasado a ser la referencia en la ronda gala?
La respuesta parece estar en un hombre:
Dave Brailsford, director general del Team Sky, y en sus revolucionarios métodos matemáticos de entrenamiento.
En 1995 Hein Verbruggen, por entonces presidente de la Unión Ciclista Internacional, declaró que el ciclismo británico era "el agujero negro de este deporte en Europa", dado que la presencia de sus corredores era meramente testimonial en las grandes carreras. En aquella época la Federación Inglesa de Ciclismo se financiaba a través de la lotería, con un presupuesto que no llegaba a las 100.000 libras al año.
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En 2001 Dave Brailsford se puso al frente del ciclismo británico, dispuesto a cambiar este panorama. Lo hizo construyendo una nueva estructura totalmente desde cero, con nuevas formas de organización y una metodología de entrenamiento radicalmente distinta a lo visto hasta entonces. El trabajo de Brailsford no tardó en recibir recompensa, primero de la mano del Mundial de persecución que ganó Bradley Wiggins en 2003 y, después, de los millones de libras que llegaron posteriormente para respaldar su trabajo y, especialmente, preparar una hornada de grandes corredores de cara a las citas olímpicas de 2008 en Pekín y de 2012 en Londres.
En los Juegos Olímpicos de 2008 el ciclismo británico fue el rey indiscutible de la pista: 8 oros, 4 platas y 2 bronces con Wiggins y Cavendish comandando una nueva forma de rodar que ahora, tras el traslado de esta metodología al ciclismo en ruta, comienza a ser percibida como la última gran revolución del ciclismo.
Dave Brailsford fue la persona elegida en 2009 para hacer del Team Sky un equipo campeón. Con plenos poderes, un presupuesto millonario y la experiencia acumulada por los éxitos en la pista, Brailsford puso todo su empeño en lograr que un ciclista británico ganara el Tour de Francia.
Lo consiguió en 2012, con el triunfo de Wiggins. Lo volvió a hacer en 2013 con Chris Froome. Y ha repetido una vez más en 2015 con la segunda victoria de Froome. ¿Dónde está la clave de su éxito?
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80 auxiliares para 30 ciclistas
La clave de todo parece estar en los revolucionarios métodos de entrenamiento y la precisión matemática con la que Brailsford cuida cada detalle de la preparación ciclista. Desde la alimentación, con un equipo de cocineros que elabora los menús en función de los requerimientos de peso/potencia que vayan a necesitar los corredores en cada etapa, a la indumentaria deportiva. El Team Sky cuenta con maillots de diferente densidad de tejido en función de la temperatura y porcentaje de humedad que vaya a hacer en la carretera.
Por un lado están los entrenamientos condicionados, con una metodología científica que trata de recrear las condiciones de temperatura y humedad que posteriormente deberán soportar los corredores. Wiggins, por ejemplo, llegó a entrenar sobre el rodillo dentro de un invernadero para preparar la Vuelta Ciclista a España.
Por otra parte está el entrenamiento invisible, una de las grandes armas del Team Sky de Brailsford, centrándose en aspectos como el descanso, el impacto emocional e incluso el corte de pelo.
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En el Team Sky hay más de 80 auxiliares para un equipo de 30 ciclistas. Entre los primeros se encuentran técnicos cuyo trabajo consiste en desinfectar las habitaciones donde van a dormir los corredores para eliminar los ácaros y revisar los flujos de aire acondicionado. Durante el pasado Giro de Italia el equipo renunció a dormir en hoteles para hacerlo en el
motorhome del Team Sky, una espectacular caravana acondicionada para un descanso matemático de los ciclistas donde cada uno de los corredores tenía un colchón y una almohada diseñados específicamente para sus requerimientos de descanso.
La obsesión por cada detalle es tal que en el Team Sky incluso se tiene en cuenta el corte de pelo de los ciclistas para medir la eficiencia de la disipación de calor. Incluso hace unos años Brailsford contrató a un psiquiatra especializado en psicopatías criminales para analizar los resortes emocionales de sus corredores y controlar su carácter en cada etapa.
Nada está dejado al azar en el Team Sky, donde todo se controla, se mide y se ejecuta con precisión científica. Con esta metodología Brailsford ha dado un giro de 180 grados en el ciclismo británico, incorporando un nuevo paradigma en la preparación ciclista dentro del pelotón.
(Fotos: Team Sky)