Diferencias entre Freno de disco hidráulico y mecánico
A la hora de comprar una bicicleta de segunda mano o nueva con frenos de disco a veces no le prestamos atención al sistema de accionamiento de éstos. ¿Son frenos mecánicos o son frenos hidráulicos? Sin embargo, este aspecto tiene una gran importancia en el comportamiento de la frenada. Los frenos de disco se han convertido ya en el estándar de referencia de todo tipo de bicicletas, sin importar la modalidad practicada: mountain bike, carretera, ciclocross o gravel). Por eso, en tu futura compra, es importante conocer las diferencias entre un montaje con frenos de disco hidráulicos o mecánicos, ya que cada uno de ellos posee características propias que acaban afectando a cuestiones como el rendimiento o el mantenimiento.
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6 diferencias clave entre frenos hidráulicos y mecánicos
Existen numerosas diferencias entre los frenos de disco hidráulicos y los mecánicos para bicicletas. A continuación mostramos las que consideramos que tienen una mayor relevancia a la hora de decantarse por un sistema u otro.
Accionamiento
Ambos sistemas cuentan con las mismas piezas esenciales: maneta, latiguillo o funda de cable, pinza, pastillas y disco. Pero se diferencian en la tecnología empleada para funcionar. En el freno mecánico la fuerza imprimida sobre la maneta se transfiere a una de las pastillas (no a las dos) a través de un cable de freno en tensión. En el freno hidráulico la fuerza que imprime el ciclista en la maneta se transfiere a los pistones de la pinza -y de ahí a las dos pastillas- mediante un líquido (aceite mineral o sintético, dependiendo de la marca de los frenos). Debido a la presión ejercida por el fluído, las pastillas acabarán moviéndose para apretar el disco y frenar así el movimiento de la rueda.
Comportamiento de la frenada
El uso de un cable o de un líquido para la transferencia de energía por el circuito de frenado hace cambiar sustancialmente el tipo de frenada. Un freno de disco hidráulico ofrecerá un comportamiento al frenar más lineal y progresivo (de menos a más).
Las ruedas no se bloquearán repentinamente, reduciendo el riesgo de percance o caída y favoreciendo un mejor control y manejo de la bicicleta. En cambio, un freno de disco mecánico aporta un tipo de frenada más brusco, menos lineal. La potencia de frenado puede ser mayor en el primer momento de la frenada, pero el ciclista tiene menos margen para modular la energía de frenado acorde a sus necesidades. En bajadas de grandes pendientes, por ejemplo, el freno mecánico es menos efectivo que el hidráulico.
Rendimiento sobre mojado
Relacionado con el comportamiento, otra de las grandes diferencias entre los frenos hidráulicos y mecánicos es su nivel de efectividad con lluvia. Una situación en la que unos buenos frenos son imprescindibles. Con el terreno mojado o resbaladizo es mejor contar con frenos de disco hidráulicos, y no sólo por poseer una mayor progresividad de la frenada. El circuito de un freno de disco hidráulico está completamente cerrado y es más estanco a la entrada de agua. En los frenos de disco mecánicos el cable está expuesto en su conexión con la pinza. Así, es más probable que el agua entre en contacto, se introduzca en el circuito y modifique su funcionamiento, mermando la potencia y modulación de la frenada.
Ajuste del freno
Los frenos de disco hidráulicos se autoajustan en potencia, modulación, etc, gracias a las propiedades del líquido de frenos, responsable de su funcionamiento. En cambio, un freno de disco mecánico necesitará de ajustes periódicos para calibrar su potencia y modulación, a través del tensando o destensando del cable, como muestran en este tutorial de Escuela de Mecánica de Bicicletas EMEB:
Recuerda que el ajuste del freno de disco mecánico se realiza en las dos pastillas, pero por separado. Sólo una de ellas recibe la fuerza de la maneta a través del cable, mientras que la otra está fija y requerirá un ajuste propio para que esté bien alineada con respecto a la otra.
Mantenimiento de los frenos de disco
Los frenos hidráulicos son mucho más fáciles de mantener y son más duraderos que los mecánicos. Bastará con hacer una revisión anual del sistema y hacer un purgado del circuito, cambiando el líquido de frenos por uno nuevo. Es una operación algo más minuciosa, pero poco frecuente y que aumentará la durabilidad del freno. Puedes ver cómo se hace en este vídeo:
Los frenos de disco mecánicos, por el contrario, se desajustan con mayor facilidad. Requieren de un mantenimiento más constante, aunque sencillo, muy similar al clásico de zapatas. Además, su durabilidad es más limitada que los hidráulicos y las pastillas suelen desgastarse más rápido.