Aprende a dominar el frenado en tu bicicleta de montaña de forma segura y eficiente
En el el ciclismo de montaña los frenos son, posiblemente, de los tres componentes más importantes de la bicicleta, junto a cubiertas y transmisión. No es casualidad que los avances tecnológicos más relevantes en materia de frenos se probasen primero en bicicletas de montaña, como los frenos de disco. Innovaciones que han acabado extendiéndose a otras modalidades ciclistas, como la carretera o el ciclocross. La inversión en unos buenos frenos es uno de los primeros consejos que te podemos dar en este sentido. Si hay que escatimar en gasto, es preferible hacerlo en otro tipo de componentes menos cruciales para el manejo de la bicicleta o tu seguridad (material de ruedas, periféricos, accesorios, etc). Porque tener un sistema de frenado fiable ya mejora de por sí el comportamiento de la bicicleta. Y si se sabe usar con soltura y cabeza, mucho mejor. Pero no solo se trata de contar con unos frenos adecuados, sino también -y especialmente- de saber cómo usarlos de manera correcta. ¿Cuándo es necesario frenar a fondo? ¿Cómo deberías encarar la frenada en una bajada? ¿De qué manera se debe usar el freno delantero? Dominar la técnica de frenado en el ciclismo de montaña te ayudará a tomar ventaja en los senderos más exigentes, mejorando tus resultados y rendimiento. Además, evitarás un buen número de sustos, percances o caídas.
Cómo ajustar y accionar las manetas de freno
Antes de aconsejarte sobre técnica de frenado, es importante que las manetas estén bien colocadas con respecto al manillar. Por norma general, se recomienda inclinarlas por debajo del manillar, permitiendo que antebrazo, muñeca, mano y dedos se encuentren estirados en línea recta. Además, hay que ajustar el alcance de la maneta. Es decir, la distancia entre la palanca y el puño. Muchos de los frenos actuales de gama media y alta ya tienen una rueda de ajuste rápido para regularlo. Si no, cuentan con una tuerca para moverla hacia delante o atrás. Por último, asegúrate que la posición de anclaje de la maneta al manillar sea la adecuada para permitir accionar el freno sin forzar dedos o muñeca. En este artículo de Solo Bici puedes ver más en detalle cómo es este ajuste de la maneta en tres pasos.
Maneta trasera
Un buen ajuste de posición e inclinación de la maneta permitirá accionar con más fuerza y precisión el freno, modulando la potencia en función de las necesidades del terreno. El freno trasero será el de guía, el que regula la velocidad y controla el movimiento de la bicicleta.El freno trasero sirve para controlar la bicicleta, no para deternerlaEs el freno que debería usarse más, siempre de forma controlada y no brusca, para evitar derrapar. El freno trasero es esencial para controlar la trazada en curvas y reducir la velocidad antes de la entrada en éstas, en obstáculos o saltos. Es el freno de control, no el que detiene la bicicleta.
Maneta delantera
El freno delantero es menos progresivo, más brusco y generalmente posee un punto más de potencia que el trasero. Es el encargado de parar la bicicleta y actúa más como freno definitivo o freno de seguridad. También es el único capaz de contrarrestar las inercias de la bici, especialmente si son fuertes. Por eso, de accionarlo, te recomendamos hacerlo de forma suave y progresiva, nunca de forma fuerte o brusca, para evitar que la rueda delantera se bloquee repentinamente y tu cuerpo, con el del resto de la bici, salte por encima de la rueda bloqueada y sufras una aparatosa caída, o la propia rueda se resbale si el terreno está resbaladizo o embarrado.
El freno delantero siempre hay que pulsarlo con suavidad y de menos a másOtra de las situaciones más frecuentes del uso del freno delantero es para controlar las fuertes inercias en las bajadas y evitar que la bici se descontrole y te salgas de la trazada o incluso del sendero.
¿En qué situaciones no debes frenar?
Como consejo general, te recomendamos que no abuses del freno. Las bicicletas de montaña actuales poseen un diseño y geometría destinados a controlar con el propio movimiento y manejo del ciclista las fuertes inercias de ésta. Normalmente, ante una bajada pronunciada o cortado lo mejor es usar el freno antes de la llegada al tramo complicado, soltarlo y dejar caer la bici sin frenar. La bicicleta hará su trabajo, al igual que los tacos de los neumáticos, para salir de la dificultad de forma controlada. Otras situaciones frecuentes en los que no usar los frenos de tu bicicleta de montaña son las siguientes:
Dentro de una curva
Hay que frenar antes de entrar a ella. Sólo en el caso de que sientas que te has desviado de la trazada accionarás el freno trasero. Si eso no basta aprieta con suavidad pero sin pasarte el freno delantero, pero sólo en casos excepcionales. Antes que frenar, es más importante mover o inclinar el cuerpo para guiar la bici por la trazada correcta.
En obstáculos o rocas
Ante el paso por raíces, piedras, rocas, socavones u otros obstáculos similares la frenada siempre debe realizarse antes, pulsando el freno trasero para adecuar la velocidad al paso del obstáculo. Nunca frenes en medio el obstáculo. El terreno es irregular, inestable y podría hacer patinar ambas ruedas, descontrolando la bici y perdiendo el equilibrio.
En pasos por ríos o charcos
Es frecuente ver a bikers atrancados en mitad de un charco o arroyo por no haber sabido vadearlo bien o haber frenado en mitad del agua. Tampoco hay que frenar ante el cauce de un río. Lo mejor, como en los puntos anteriores, es moderar la velocidad ligeramente y pasarlo sin aminorar demasiado, pedaleando de forma suave y decidida.
En bancos de arena
Una frenada brusca en medio de un banco de arena puede tener dos consecuencias: quedarnos clavados y atrancados o hacer resbalar alguna de las ruedas, perder el control e incluso caerse. Por eso es mejor frenar moderamente antes del tramo, sin pararse, agarrar con firmeza el manillar y guiar la bicicleta por el lado donde haya menos concentración de arena, formando un surco que te permita superarlo rápidamente y sin desequilibrios.
Principales riesgos por frenar mal
2017/07/accidente-bicicleta.jpg"> Detrás de una mala frenada está el 80% de las caídas en el mountain bike. Llegar a una curva muy pasado de frenada, frenar en mitad de rocas, obstáculos o similares, o apretar fuerte el freno delantero son causas muy comunes de caídas, que en algunos casos pueden ser graves. Además de las caídas, un uso muy intenso y a veces innecesario de los frenos acelera el desgaste de los neumáticos y desajusta más rápido la tensión de los frenos. En el caso de los discos, pueden llegar a calentarse demasiado, perdiendo mordiente si no los refrigeras, al mismo tiempo que la pista de frenado de las pastillas se gasta con mayor rapidez.