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¿Merece la pena comprarse una bicicleta de carretera sin frenos de disco?

¿Merece la pena comprarse una bicicleta de carretera sin frenos de disco?

¿Vale la pena optar por una bici de carretera con frenos de zapata?

Las bicicletas de carretera con freno de disco se han extendido rápidamente. La inmensa mayoría de las bicicletas del pelotón profesional ya los montan, reportando beneficios para la potencia y la modulación de la frenada, así como su mayor eficacia y seguridad en condiciones de lluvia. Pero, ¿existe aún alternativa a los discos? ¿Merece la pena comprarse una bicicleta con frenos de puente o zapata? En este artículo respondemos a éstas y otras cuestiones, con un enfoque dirigido sobre todo al ciclista aficionado que duda sobre qué sistema de frenado debería tener su próxima bicicleta de ruta.

Ventajas de los discos que no tienen las zapatas

Los principales avances que trajeron los discos para la frenada de la bicicleta se pueden resumir en dos: modulación de la propia frenada y eficacia en mojado. El primero se refiere a que la bicicleta no se detiene bruscamente, más aún si el sistema de frenado es hidráulico (líquido de freno) y no mecánico (cable tensado). Una cualidad muy útil a la hora de controlar la bicicleta en bajadas con fuerte pendiente, por ejemplo. En cuanto al segundo avance, el disco soluciona la problemática del frenado en mojado, especialmente si es de tipo hidráulico. En un freno de zapata la pista de frenado se moja y la eficacia disminuye, volviéndose la bici más descontrolada y menos potente y requiriendo una mayor pericia en el manejo.


Ventajas de las zapatas que no tienen los discos

Pero estas dos grandes ventajas de los frenos de disco sobre los frenos de zapatas para una bicicleta de carretera no son determinantes para jubilar a los segundos. Actualmente gana el disco en los montajes de serie de las marcas. Pero ambos sistemas conviven perfectamente y aún no se puede afirmar que los frenos clásicos estén obsoletos.

No lo están por dos sencillas razones (la primera tiene incluso más importancia que la segunda): el peso y el mantenimiento. El primer factor es capital para el rendimiento en carretera, no tanto en el ciclismo de montaña. Por ello en esta modalidad su implantación ha sido mucho más lenta y ha tenido más detractores. El sistema de frenos de disco es más pesado. El aumento está cifrado, por lo general, entre 200 y 500 gramos. Un incremento significativo que se acaba notando a la hora de rodar y que para competir puede marcar la diferencia.

Un modelo con frenos de zapata sigue siendo una opción de bicicleta ligera muy atractiva
En el capítulo del mantenimiento el freno de puente o zapata sigue ganando la partida. Es, además de más asequible si se compra todo el kit (o los componentes por separado), menos costoso que mantener a corto y medio plazo. No necesita purgado del circuito como los hidráulicos cada año. Con una simple revisión periódica de la tensión o el estado de las zapatas es suficiente en muchos casos. Además, para un ciclista principiante o poco acostumbrado a la mecánica son más fáciles de mantener o ajustar en casa.


Integración y aerodinámica: la virtud infravalorada de los discos

La aerodinámica es uno de los factores que el grueso de ciclistas aficionados apenas valora en unos frenos de disco, pero acaba siendo muy importante en temas de rendimiento. Varios estudios de aerodinámica de las marcas en el túnel del viento, como los de Cervélo, han demostrado que el montaje con frenos de disco acaba aportando ganancias aerodinámicas a la bicicleta que compensan el propio aumento de peso del sistema. Esto se consigue, sobre todo, por prescindir del puente de freno delantero, que entorpece el flujo de aire frontal (el que mayor resistencia produce).

Al mismo tiempo, los discos permiten a los fabricantes hacer un enrutamiento de los cables más efectivo. Está demostrado y corroborado que limpiar de cables el cuadro de la bicicleta otorga beneficios aerodinámicos que repercuten en el incremento de los vatios y la mejora de la velocidad media.


¿Merece la pena aún comprar una bicicleta con frenos de zapata?

Así pues, vistas las principales ventajas y propiedades de los frenos de disco y de zapata es hora de contestar a la pregunta que planteamos en este artículo. Si tenemos que dar una respuesta rápida tenemos que decir sí, merece la pena aún comprar una bicicleta con frenos de zapata. Pero esta respuesta necesita cierto desarrollo. Merece la pena y depende, como muchos otros aspectos del ciclismo, del perfil de ciclista que seas, nivel, tipo de ruta, bicicleta que uses y presupuesto. Si eres un ciclista novel que sale de vez en cuando por recorridos sencillos, probablemente tu compra deberá ser una bicicleta con frenos de zapata: más económica, más sencilla de mantener y con la potencia de frenado suficiente para rodar seguro.

Si eres ciclista principiante, una bicicleta con frenos de zapata debería ser tu opción prioritaria
En cambio, si tienes experiencia en el ciclismo de carretera, te gusta subir puertos (y bajarlos) y priorizas el rendimiento sobre cualquier otra cuestión, una bicicleta con discos puede ser muy interesante para ti. En este punto, sin embargo, hay algunas excepciones, marcadas por el mayor peso que aportan los discos. Si tu fuerte es la escalada y te tomas los descensos con calma, tu bici deberá ser ligera y los discos añaden lastre. Asimismo, si quieres dar el paso a la competición y tienes un buen nivel de técnica, opta por hacerte con una buena bicicleta con frenos de zapata, en la que el resto de los componentes no estén condicionados en calidad por los discos. Además de mantener bajo el peso, ahorrarás incluso unos euros en el precio final y también con el mantenimiento posterior.
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