Las e-bikes vinieron para quedarse: son cómodas, eficientes y divertidas. Pero también requieren un mantenimiento específico, condicionado por su sistema eléctrico. Es su verdadero rasgo diferencial. Un mantenimiento adecuado es vital para prolongar su vida útil y ahorrar dinero a largo plazo.
Comencemos por lo básico.
Si te compras una bici eléctrica, lo primero que has de hacer es leer el Manual del Propietario. Una costumbre tan obvia como poco habitual, pero indispensable para comprender tu e-bike.
Allí podrás consultar el funcionamiento de todos sus componentes: desde la batería hasta el motor.
Encontrarás información útil para resolver problemas menores, así como consejos de mantenimiento y seguridad. Recuerda que hablamos de sistemas eléctricos que manipulados incorrectamente pueden proporcionar algún que otro disgusto.
El Manual del Propietario te ayudará a comprender mejor cómo funciona tu bicicleta eléctrica.
En el mantenimiento de una e-bike, la batería juega un papel fundamental. Del tratamiento que le dispensemos dependerá, en buena medida, el rendimiento de nuestra bici.
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¿Qué ocurre con el motor? Evidentemente, es el otro elemento clave, pero escapa de nuestro control. Casi todos están construidos para que no necesiten mantenimiento. Suelen estar alojados en una unidad estanca y autónoma, por lo que rara vez es necesario desmontarlos.
Como propietario de e-bike, tendrás que mantener limpia la carcasa del motor y vigilar cualquier signo de desgaste. Pero poco más puedes hacer. Si algo va mal, ponte en contacto con el fabricante para sustituir la unidad completa antes de intentar cualquier reparación por tu cuenta.
Mantenimiento general de la batería de una e-bike
La batería es una absoluta prioridad cuando se trata de abordar el mantenimiento de nuestra e-bike. Pero no te vamos a engañar. Todas las baterías de iones de litio envejecen de forma natural, incluso cuando no se utilizan. De hecho, lo recomendable para conservar una batería en buenas condiciones es emplearla frecuentemente.
Las marcas de e-bikes suelen ofrecer garantía de hasta dos años. En ese periodo de tiempo, no deberías preocuparte en exceso, ya que cualquier problema funcional estará cubierto durante dicho periodo.
¿Pero qué ocurre después?
No existen fórmulas milagrosas, pero sí puedes poner en práctica algunas recomendaciones. Tu bicicleta eléctrica es una valiosa inversión y con el cuidado adecuado puede durarte mucho tiempo.
Diversos factores pueden condicionar la vida útil de la batería de tu e-bike: un uso intensivo de la bici, someterla a temperaturas extremas, guardarla 100% cargada o descargada durante mucho tiempo, exponer la bici a la luz solar directa…
Por contra, ciertas prácticas pueden ayudarte a prolongar el rendimiento de la batería de tu e-bike: limitar el número de recargas, mantener la batería en un ambiente templado, o almacenar la batería a media carga.
Si no tienes previsto andar con tu eléctrica durante bastante tiempo, retira la batería de la bici; tanto por seguridad como para mantenerla en las mejores condiciones posibles.
¿Qué hacer cuando decides colgar la bici durante una buena temporada?
En lugar de abandonar la batería en un armario totalmente cargada o agotada, es preferible guardarla a un 60% de su capacidad (aproximadamente). Aun y todo, es bueno que revises el nivel de carga, al menos, una vez al mes. Si ves que cae por debajo del 20%, no dudes en recargarla hasta alcanzar de nuevo un 40-70% de su capacidad.
Si no lo haces, la batería podría entrar en modo de suspensión y recuperar su rendimiento máximo será tarea casi imposible. De hecho, deberías desconfiar de cualquier batería que lleve más de 2 meses sin recargarse.
Si la batería no se recarga durante varios meses, será imposible recuperar su rendimiento original.
Recuerda emplear un cargador compatible para asegurarte de una carga completa y segura. En caso de duda, consulta con el fabricante o en el Manual de Usuario. Si no es compatible con los valores de voltaje y amperaje, la batería de tu e-bike podría sufrir sobrecargas.
Al efectuar la recarga, es importante el orden en que establezcas la conexión. Primero, conecta el cargador a la toma de corriente; segundo, conecta la batería al cargador. De este modo evitarás dañar la batería por culpa de una descarga eléctrica directa.
Guarda la batería en un ambiente seco y templado, entre 15ºC y 30ºC. Si tu e-bike cuenta con batería extraíble, lo tienes fácil. Algunos fabricantes, incluso, ofrecen fundas de neopreno para que la batería se enfríe más lentamente.
Si es una bici con batería integrada, deberás guardar tu máquina a resguardo del frío.
Mantenimiento de la batería de una e-bike en invierno
Si el mantenimiento de tu e-bike es siempre importante, la llegada del invierno exige un extra de atención.
Seguro que has escuchado mil veces aquello de que las baterías no se llevan bien con el frío. Efectivamente, su rendimiento se reduce en invierno y esto afecta a la autonomía de tu e-bike.
¿Por qué ocurre esto?
Sin entrar en detalles científicos, los iones de litio de las baterías de las e-bikes flotan en un electrolito líquido. Al bajar la temperatura, este electrolito se vuelve más viscoso y se solidifica, reduciendo su conductividad. Los iones de litio migran más lentamente del ánodo al cátodo y viceversa.
Resumiendo: nos guste o no, la realidad es que las e-bikes no están hechas para climas extremos. El ciclista, tampoco, ¿o sí?
Si eres de las personas que sigue montando en bici eléctrica cuando llega el invierno, enhorabuena. Una decisión estupenda de la que se beneficiará tanto tu salud como tu bolsillo. Eso, lo primero. Pero si prefieres abandonar la bici durante el más crudo del invierno, es el momento ideal para pedir cita con tu distribuidor especializado y realizar un mantenimiento rutinario.
¿Sientes que con la llegada del frío la batería de tu e-bike se agota con más rapidez?
No te preocupes porque es normal. El descenso térmico afectará al rendimiento de tu bicicleta, sí o sí. Por debajo de los 15ºC, puede ya notar que la batería va mermando. Si la temperatura se sitúa bajo cero, algo nada extraño en las mañanas de pleno invierno, la autonomía de las batería podría situarse por debajo del 50% de lo que sería normal.
En temperaturas bajo cero, la autonomía de la batería de una e-bike puede descender por debajo del 50%.
La buena noticia es que se trata de un problema temporal. La batería volverá a funcionar con normalidad conforme suba la temperatura. Una forma de afrontar esta cuestión es salir a rodar con una batería que se ha conservado en ambiente templado hasta el último momento.
Iniciada la marcha, es momento de tener en cuenta algunas otras recomendaciones.
Cuando las temperaturas son muy bajas, es aconsejable optar por un desarrollo que te permita rodar con más cadencia de lo normal (unas 80 pedaladas por minuto) y de la forma más uniforme posible. Las arrancadas y paradas reiteradas consumen más energía. De este modo, optimizarás la autonomía de tu dispositivo.
Otra cuestión que puede ayudarte es emplear niveles de asistencia altos en lso primeros momentos. Descargas de energía más potentes contribuye a calentar la batería y a optimizar su rendimiento. En cierto modo, es algo similar a lo que nos ocurre a las personas.
Al realizar tu ruta, emplea el modo Eco siempre que no requieras la máxima potencia. Recuerda también que la resistencia al viento puede agotar la batería más rápido que en un día calmado.
En definitiva, cada bicicleta y cada ciclista es un mundo, por lo que se trata de probar y equivocarte para encontrar la mejor solución en cada caso. Es parte del juego.
Después de una fría salida en bicicleta, guarda también algunas precauciones. Una batería fría se carga muy lentamente, por lo que es aconsejable cargarla a temperatura ambiente. Deja reposar la unidad antes para evitar la condensación. Esto podría interferir en el ciclo de carga o, incluso, dañarla.
Mantenimiento general de tu e-bike
Otro asunto ligado a la vida útil de la batería es el mantenimiento propio de la bici. Hablamos de aspectos tan simples como limpieza, lubricación o estado de las ruedas. No son cuestiones exclusivas de las eléctricas, pero tienen una enorme importancia e influyen en el rendimiento del sistema eléctrico.
Por principio, una rutina de limpieza frecuente evitará el óxido y la corrosión. Utiliza un paño suave para limpiar tu bici después de cada salida; especialmente, si has pedaleado con mal tiempo.
Puedes emplear agua a presión siempre que no apuntes directamente al motor o a los puntos donde actúan rodamientos y elementos móviles.
Antes de limpiar en profundidad tu bici, retira la batería. Si acabas de llegar de una ruta con lluvia, asegúrate de secar la humedad que pueda contener antes de conectarla a la fuente de alimentación.
En cuanto a la limpieza de la propia batería se refiere, procura mantener limpios y secos los bornes o conexiones de la misma. Con un paño húmedo, más que suficiente. Evita a toda costa emplear grasa o aceite, ya que podrías provocar corrosión en la batería.
En general, debemos ser particularmente cuidadosos con la transmisión de nuestra e-bike. La cadena es uno sus componentes críticos, ya que transfiere la potencia de los pedales a la rueda trasera. Si está sucia o en mal estado, puede desgastarse rápidamente y dañar otros componentes de la transmisión. De ahí la importancia de mantenerla impoluta y bien lubricada.
No debes olvidar tampoco ajustar la tensión de la cadena. Sin la tensión oportuna, puede deslizarse o salirse, con el consiguiente desaprovechamiento energético.
Una cadena bien engrasada y una presión adecuada en los neumáticos alivian, en parte, el esfuerzo que debe realizar la batería para impulsar al motor.
Un correcto engrase de la transmisión y unos neumáticos a presión correcta ahorran esfuerzo a la batería de una bici eléctrica.
En terreno asfaltado, una presión baja genera un efecto arrastre que conlleva una pérdida de velocidad. Se requiere más energía para alcanzar la velocidad óptima deseada. Con e-bikes de montaña, por caminos y trialeras, ocurre lo contrario. Unas ruedas excesivamente infladas impiden una tracción adecuada, desaprovechando energía.
En ambos casos, tu e-bike compensará este desequilibrio, enmascarando el problema pero agotando la batería más rápido de lo deseable.
Por último, antes de salir a rodar, asegúrate de que la batería está cargada al 100%. No hay nada más fatídico que montarse en la bici y comprobar que sólo te queda una barrita de batería. Podrías echar el traste tu ruta.
