5 averías frecuentes de los frenos de tu bicicleta y cómo solucionarlas

5 averías frecuentes de los frenos de tu bicicleta y cómo solucionarlas

Reparación de discos de freno

Los frenos de una bicicleta es uno de los componentes que se desajustan o sufren averías con mayor frecuencia, sobre todo cuando se usan de forma muy intensa. Tanto frenos de zapata como de disco. Y estas averías requieren de una reparación prioritaria debido a la importancia de los frenos en materia de seguridad para el ciclista y de buen manejo de la bici.

Obviamente ninguno queremos acabar con los huesos en el suelo debido a un accidente por un fallo en el sistema de frenado cuando estamos bajando un puerto de montaña o rodando por una senda. De ahí la conveniencia de realizar una revisión periódica al sistema de frenado de tu bicicleta.

En este artículo recopilamos las averías más importantes que pueden aparecer en los frenos de tu bicicleta de manera recurrente. Asimismo, también te indicamos cómo solucionarlas rápidamente, o si por el contrario es necesario acudir a un mecánico debido a su complejidad.

1. El freno suena mucho o chirría

Discos de freno con barro

Es uno de los problemas más típicos y frecuentes que tienen los frenos, tanto de disco como de zapata. Sobre los primeros pueden escucharse pequeños ruidos al girar la rueda sin haber accionado la maleta. La causa más común es que la pinza no esté bien instalada o mal apretada, lo que provoca que el pequeño canal que deja al paso del disco roce con una o las dos pastillas. Esto puede ocasionar desgaste prematuro y desigual de las pastillas y obtener una frenada irregular.

Cómo reparar la avería

Identificado el origen del ruido, toca desaflojar los tornillos de sujetan la pinza al cuadro (o a la horquilla en el caso del delantero) y reubicarla, moviéndola ligeramente para asegurarse de que disco y pastilla no rozan y volver a apretarla después. En el caso de los frenos de zapata, habría que centrar el puente de freno con ayuda de una llave de tipo Allen para separar las zapatas de la pista de frenado de la llanta y ambas frenen al unísono.

2. Vibraciones molestas al frenar

Ciclista tomando curva

Tanto en los frenos de disco como en los de zapata las vibraciones aparecen en la mayoría de ocasiones por defectos en la superficie de frenado. En los primeros es el disco (que podría estar doblado, mal instalado o sucio), y en los segundos la pista de frenado de la llanta (sucia o con deformaciones por golpes o desgaste).

Cómo reparar la avería

En el caso de los discos, hay que limpiar bien su superficie utilizando agua y jabón suave, así como comprobar visualmente que al girar no esté doblado, examinando el borde. De verse oscilaciones en éste o provocar roces con la pastilla deberás revisar el apriete de los tornillos al buje de la rueda, porque puede que estén desaflojados.

En el caso de los frenos de puente o zapata habrá que realizar los mismos pasos, solo que con la pista de frenado de la llanta: limpieza (en este vídeo de Velodrom Cycling Channel te muestran cómo hacerlo con eficacia) y verificación de su estado. Si está ya muy desgastada por el uso, presentando un perfil cóncavo en lugar de recto, llegará el momento de desechar la llanta e instalar una nueva.

3. Falta de tacto en la maneta de freno

Guantes de ciclismo

Éste es un síntoma común de avería o desajuste de tus frenos. Aprietas fuerte la maneta, apurando todo su recorrido, pero la bicicleta apenas frena o lo hace tras realizar un gran esfuerzo con tus dedos. Los frenos acusan falta de tacto y la frenada se hace incómoda o complicada.

Cómo reparar la avería

La falta de tacto de los frenos puede deberse a la entrada de aire en el circuito de líquido, en el caso de los de disco hidráulicos. También a algún desajuste del recorrido de la maneta, que es posible solucionar apretando o desaflojando para obtener el adecuado a tus necesidades. En los frenos convencionales de zapata o en los de discos de tipo mecánico (no hidráulicos), la pérdida de tacto obliga a revisar la tensión del cable.

Pero también puede deberse a que los pistones de la pinza estén muy pegados o sucios. Desde casa puedes probar a desmontar la rueda y realizar esta operación, antes de lanzarte a hacer un purgado del circuito:

  1. Con la rueda desmontada, acciona varias veces las manetas hasta que las pastillas se queden pegada.
  2. Introduce el separador de pastillas de los frenos entre éstas.
  3. Vuelve a montar la rueda y acciona de nuevo la maneta varias veces para recolocar y alinear las pastillas.

Si el problema persiste, lo más probable es que el circuito de frenado tenga aire y debas hacer una operación de purgado. En este vídeo de Globeros BTT te explican cómo hacerlo desde casa y las herramientas que tienes que usar.

4. Poca potencia de frenado

Enduro MTB

Si el tacto al accionar el freno es bueno pero éste no frena lo suficiente es que puede haber perdido parte de su potencia original. La pérdida de potencia media del freno puede traducirse en problemas de manejo en tramos técnicos y dificultades para detener completamente la bici, por lo que compromete de forma directa la seguridad del ciclista.

Cómo reparar la avería

Es una avería de reparación prioritaria por sus implicaciones en la seguridad del ciclista. La causa más común es el desgaste de las pastillas o mal estado del líquido de frenos en el caso de los sistemas de disco, y del desgaste de las zapatas o de la pista de frenado en el caso de los de puente (zapatas). Una revisión con purgado del sistema y cambio de pastillas, así como sustitución de zapatas, puede solucionar el problema.

5. Sobrecalentamiento de los frenos

Ciclista con bicicleta de montaña

Por último, es bastante frecuente que al bajar con tu bicicleta de montaña por una larga y empinada bajada los frenos pierdan algo de potencia debido al calentamiento por la fricción entre las pastillas y el disco. Esto también sucede en el ciclismo de carretera cuando bajamos un puerto de montaña y tenemos que accionar el freno de manera constante.

Cómo solucionarlo

La mejor manera de evitar el sobrecalentamiento es aprender a usar el freno de manera adecuada para no frenar continuamente, utilizándolo sólo para corregir la trazada o aminorar la velocidad antes del paso técnico. Pero si aun así los frenos se han recalentado y no obtienes la potencia de frenado necesaria es conveniente parar y hacer una pausa para que se enfríen y vuelvan a recuperar su tacto.

No son pocos los ciclistas que aprovechan el agua del bidón o la mochila para rociar el disco y que así se enfríe rápidamente. No es una práctica muy recomendable, ya que la diferencia de temperatura entre el agua fría y el metal caliente puede terminar dañando el disco y, a la larga, empeorar el funcionamiento de los frenos. Lo más conveniente en estos casos es la prevención: frenar poco y de manera progresiva, evitando un uso continuo.

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