Ajustes y mantenimiento básicos del amortiguador de tu MTB

Ajustes y mantenimiento básicos del amortiguador de tu MTB

La suspensión de una bici es el conjunto de elementos que contribuye a disipar las fuerzas que afectan a nuestro cuerpo y al cuadro de la bici cuando pedaleamos. El amortiguador es uno de ellos y, seguramente, el más determinante.

El amortiguador es uno de los componentes más expuestos al desgaste en una mountain bike. Por esta razón, necesita de una serie de ajustes y cuidados básicos para prolongar su vida útil y prevenir averías.

Unas averías que, por lo general, resultan ser muy costosas. Pueden llegar, incluso, a dejar inutilizado este componente antes de lo previsto. En muchas ocasiones, estos desperfectos se pueden prevenir con un mantenimiento sencillo y eficaz, que tú mismo puedes realizar desde casa sin ninguna complicación.

Te explicamos en qué consiste.

Ajustes básicos del amortiguador

Existen tres tipos de ajuste básico a los que debes prestar especial atención.

1. Presión del aire: el SAG o prehundimiento

Si quieres que tu amortiguador funcione correctamente, debes comenzar por calibrar la presión de su cámara de aire, ajustándola a tus necesidades. Lo primero que deberías hacer es comprar una buena bomba específica para suspensiones, si es que todavía no dispones de una.

Amortiguador trasero Fox

Con ella, vamos a inflar el amortiguador y a regular el SAG o prehundimiento. Este se identifica como el porcentaje de la carrera del cuerpo del amortiguador (barra inferior) que se introduce dentro del manguito al comprimirlo con el peso del ciclista y su equipación. Sin ejercer ningún otro tipo de fuerza.

Relacionado:  Cinco ajustes básicos de la suspensión de tu bicicleta que puedes hacer en casa

 

Revisa, como mínimo, una vez al mes la presión de aire de tu amortiguador.

A través de esta guía general podrás tener un punto de partida sobre qué SAG es el adecuado según el tipo de MTB o recorridos:

  • XC (100 – 120 mm): 10 – 20%.
  • Trail/All Mountain (120 – 150 mm): 20 – 30%.
  • Enduro/Freeride (150 – 180 mm): 30 – 40%.
  • DH: 30 – 40%.

Beneficios.
Ajustar el SAG implica adaptar tu peso al amortiguador para que funcione correctamente. De este modo, trabajará con unas compresiones progresivas y adaptadas al terreno, sin forzar su mecanismo interno o el basculante de la bici. Recuerda que el basculante es la parte del cuadro que une la rueda trasera al triángulo principal, un elemento básico para el buen funcionamiento de las bicis con doble suspensión.

Un correcto ajuste del SAG es también es un punto de partida básico para que el resto de ajustes (rebote y compresión) sean correctos.

2. Rebote

El ajuste del rebote se realiza a través de un dial o rueda pintada, generalmente, en color rojo. Está ubicada sobre el manguito del amortiguador y regula la velocidad de extensión de éste tras recibir un impacto. Después de ajustar el SAG, es conveniente modificar el rebote a tus necesidades de conducción y tipo de terreno.

Mediante el dial, que se desplaza mediante clics o pequeños topes, puedes tener un rebote rápido, que recuperará mejor el recorrido ante baches u obstáculos pequeños y contiguos, o rebote lento, para un terreno menos irregular, pero con obstáculos más grandes.

Beneficios
Un rebote bien calibrado aporta estabilidad en la conducción de la bicicleta ante terreno irregular. Y, a nivel mecánico, retrasa el desgaste del cartucho interno y de las juntas o retenes (componentes que evitan que la suciedad se cuele en el interior del amortiguador).

3. Compresión

Por último, hay que ajustar la compresión del amortiguador, mediante un dial específico; por lo general, de color azul. Supone el ajuste contrario al rebote. Es decir, regula la velocidad a la que se comprime el cuerpo del amortiguador, mientras que el rebote se encarga de la extensión. Puede tener de dos a doce posiciones, dependiendo del modelo, incluyendo la posición de bloqueo total.

Amortiguador trasero Fox

Algunos amortiguadores específicos para enduro o descenso cuentan, además, con dos diales para regular pro separado la compresión a baja velocidad (proveniente del pedaleo y pequeños baches) y a alta velocidad (derivada de obstáculos grandes).

Beneficios.
Tener la compresión adecuada al tipo de superficie supone filtrar con eficacia las irregularidades del terreno, mitigar las vibraciones y evitar  oscilaciones al pedalear. De este modo, aprovechamos toda la energía para avanzar y el pedaleo es más eficiente. También evitará hacer tope con el recorrido para no dañar el mecanismo interno del cartucho o los retenes.

Limpieza y lubricación

Además de estos tres ajustes (presión, rebote y compresión), es importante mantener limpio el amortiguador. Emplea agua y jabón. Con un trapo seco, frota tanto el manguito como el cuerpo y su unión, además de los diales y anclajes al basculante. Hazlo antes y después de cada salida. Esto evitará la entrada de polvo, barro o agua en la parte interna del amortiguador, algo que puede acelerar el desgaste de las juntas o retenes.

Opcionalmente, puedes reducir la fricción y conseguir un funcionamiento más suave y preciso, lubricando externamente el cuerpo del amortiguador. Para ello, emplea siempre aceite y lubricantes específicos para suspensiones. Asegúrate de quitar el excedente con un trapo seco.

Limpieza y mantenimiento interno: cuándo realizarlos

Tan importante o más que una limpieza externa frecuente, es realizar el mantenimiento periódico del amortiguador. Aquí te recomendamos hacerlo en un taller especializado, si bien las grandes marcas de suspensiones (Fox, RockShox, SR Suntour) ofrecen tutoriales para que puedas hacerlo tú mismo. Si te atreves, ten en cuenta que necesitarás herramientas específicas: juego de retenes, juntas, aceite específico, martillo de goma, etc.


📺 Aquí tienes un vídeo de RockShox para aprender a realizar un buen mantenimiento del amortiguador.


Como norma general, habrá que realizar una limpieza y sustitución de retenes una vez al año.

La operación de mantenimiento interno, que implica sustitución de los retenes, del aceite lubricante y limpieza del cartucho, debería realizarse anualmente. Pero este plazo se puede reducir en función de la frecuencia del uso o del tipo de amortiguador. En los de enduro y descenso, por ejemplo, se debería realizar dos veces al año.

¿Y los amortiguadores de muelle?

En modalidades de MTB radicales como el enduro o el descenso, es habitual ver montados amortiguadores de muelle, en lugar de los de aire, mucho más extendidos en los montajes actuales.

Amortiguador de muelle

Los ajustes, mantenimientos y limpieza son muy similares a los de aire, incluso más sencillos. En este caso, el SAG no se ajusta con una bomba de aire, sino que se calibra mediante una tuerca que comprimirá más o menos el muelle, así como la compresión o el rebote. Asimismo, unos diales permiten controlar la entrada y salida del aceite del cartucho hidráulico, en los modelos más avanzados. De esta forma, se ajusta tanto la velocidad como la dureza de la amortiguación.

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